En octubre de 1997, una descarga eléctrica hizo que Alexander Rivera, ahora de 46 años, perdiera parte de su pierna derecha. Esta tuvo que ser amputada luego que por accidente tocó con una varilla de hierro unos cables de alta tensión.

22 años después de ese fatídico momento, Alexander, quien ahora tiene una hija de 10 años y un hijo de 6 años, trabaja como motorista de la ruta 19 que desde el centro de Soyapango va hasta el cantón San José Cortez, en Ciudad Delgado. 

Media hora antes de las 6 de la mañana, Rivera llega al parqueo de los autobuses de la ruta 19 para revisar niveles de agua, aceite, líquido de frenos, llantas y limpiar los asientos y el piso del automotor.

Foto: LPG/ Luis Martínez

Si bien en el lugar hay algunos jóvenes que limpian los autobuses por una pequeña paga, Alexánder, es quien hace todo el proceso de limpieza y revisión de la unidad por seguridad de los usuarios.

«He trabajado en construcción, con mi papá, que es contratista, en estructuras metálicas, también en una empresa de prestigio de San Salvador, en una escuela de manejo que es donde cambié la licencia de conducir, ya que cuando llegué a ese lugar tenía la licencia liviana, y así he venido trabajando», comentó Rivera.

Según él, los momentos más duros que ha vivido en los últimos años fue el período de la pandemia, de marzo de 2020 hasta que comenzó a trabajar de nuevo en el transporte. «No quería volver aquí, he estado trabajando en construcción que es más duro, pero en los autobuses hay que soportar el tráfico, hay que hacer por lo menos seis viajes para sacar algo de dinero para llevar a casa, ya que ganamos $3.00 dólares por viaje, y además, hoy en día estoy teniendo problemas con mi prótesis, que es la única que me queda de todas las que he tenido, y el pie sach se me ha partido en dos partes en la parte de abajo», agregó el trabajador.

Foto: LPG/ Luis Martínez

El pie sach tiene la forma de plantilla humana y va en la parte baja de la prótesis, y sobre esa forma la persona se coloca el zapato. Esa pieza, que se vende de forma individual, tiene un precio de $150 dólares, lo que Alexánder no ha podido reunir para sustituir el dañado.

«Aquí no se gana mucho, y lo que obtengo al día lo utilizó para la alimentación de la casa, para mis hijos, para los gastos diarios. He estado cotizando algunos en Internet y una persona que vive en Estados Unidos dice que quiere ayudarme, pero necesita cotizaciones, medidas y que tenga una cuenta en Chivo Wallet», agregó.

El hombre trabaja todo el día para poder hacer la mayor cantidad de viajes y de alguna forma ir ahorrando un poco para en algún momento comprar un pie sach. «Me gustaría que una empresa, que el gobierno de El Salvador y personas particulares me ayuden, ya que la prótesis es para mí como una herramienta de trabajo, ya que con esa pieza camino, hago los cambios de velocidad en el bus, me desplazo hasta la casa y hago todo tipo de movimientos», explicó.

Foto: LPG/ Luis Martínez

Según él, el tiempo que estuvo trabajando como ayudante de albañil dañó más la pieza y la rompió, ya que le tocaba hacer mezcla, acarrear agua, arena, cargar cemento, todo lo propio de un albañil. «Como se hace presión con la pierna, ahí se me deterioró la pieza», agregó.

Juan Adelso Coto, de 60 años, quien ha trabajado durante más de 30 años en la ruta 19, también como motorista, comentó que sería bueno que alguna institución del gobierno o la empresa privada ayudara a su compañero, ya que es un hombre trabajador. «El compañero necesita eso, somos compañeros, tenemos que ayudarnos unos a otros. Nunca he conocido a otro motorista que maneje con prótesis, en ninguna ruta. Lo que él quiere es ganar para él y su familia, necesita que le echen la mano», comentó Coto.

La primera prótesis que tuvo Alexánder se la donó un vecino que estudió en la Universidad Don Bosco la carrera de Técnico en Prótesis y Órtesis. Fue su trabajo de graduación y luego se la entregó, tal como habían acordado.

Después de esa pieza, según Alexánder, ha tenido más de diez, pero la que le regaló su vecino es la mejor, ya que no le daña músculos ni tejidos. Es que a los 39 años, a este conductor también le detectaron diabetes, por lo que debe cuidarse de heridas, golpes o de provocarse llagas en la piel. La dos condiciones médicas son difíciles, pero por el momento le urge la pieza de su prótesis o recibir ayuda de algún médico que le colabore con controles, ya que por el momento no tiene Seguro Social y en las unidades de salud, explicó, le han dicho que no hay insulina y que solo lo pueden remitir a la red de hospitales nacionales.

Foto: LPG/ Luis Martínez

 «Sería bueno que los empresarios y los vecinos le ayudaran para comprar lo que necesita, más aún cuando anda trabajando y tiene niños pequeños», consideró Joaquina Hernández, de 55 años, usuaria de la ruta 19.

Alexánder realiza el primer viaje del día saliendo a diez o quince minutos antes de las seis de la mañana y regresa de este a las 7 de la mañana a la meta. En el segundo y tercer viaje hace menos tiempo en el recorrido ya que hay menor tráfico en la zona, pero en las denominadas horas pico la situación se complica.

El padre de familia dice que lo pueden contactar en el WhatsApp al número 7040-0102 o en el punto de autobuses de la ruta 19, en San José Cortez, en la zona del punto en Soyapango, en la cuadra donde está un banco, en la salida al bulevar del Ejército.

El hombre manifiesta su deseo de seguir trabajando de la mejor forma y en condiciones óptimas, tanto con una prótesis en buenas condiciones como estabilizado de su diabetes.

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