Ampliar los fondos en cooperación y ayuda humanitaria para salud, la otra vacuna contra la Covid-19

el DiarioSolidario

La Covid-19 tiene varios efectos devastadores en los sistemas de salud de países de renta alta o baja. La pandemia ha ralentizado o interrumpiendo los programas de lucha contra enfermedades como la malaria, VIH/sida y tuberculosis en más de 70 países. Como consecuencia, los decesos por estas causas se verá incrementada en los próximos años. El impacto del colapso sanitario en relación a la mortalidad infantil y materna puede alcanzar el 40% en estados de ingresos bajos y medios.

De continuar la situación como hasta ahora, la OMS estima que 5.000 millones de personas no tendrán acceso a atención sanitaria en 2030, lo que convierte a la cobertura sanitaria universal en el mayor desafío sanitario

Un panorama del sistema sanitario mundial aterrador, recogido en el informe “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2020”, publicado por Médicos del Mundo y medicusmundi. Las ONG remarcan, asimismo, la desigualdad en la salud: “se estima que la quinta parte más pobre de la población tiene un 32% más de posibilidades de morir por esta pandemia que la más rica”.

#laotravacuna

Las organizaciones plantean el aumento de fondos para la cooperación internacional en salud y en emergencias sanitarias, #laotravacuna contra la injusticia sanitaria. “La Covid-19 ha puesto de manifiesto la importancia de la cooperación sanitaria internacional y la necesidad de conseguir el 0,7% e incrementar la ayuda al desarrollo destinada a salud”, han puntualizado. Sin embargo, en 2019, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) dedicada al sector salud por parte del conjunto de países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) alcanzó los 18.585 millones de euros, un 6,5% menos respecto al año anterior.

La Cooperación Española ha destinado a salud poco más de 63 millones de euros, un 2,39% del total de la ayuda al desarrollo frente al 12,91% de la media de los países donantes del CAD. En cifras globales, aunque la asistencia en España aumentó en 177 millones de euros en 2019, alcanzando el 0,21% de la renta nacional bruta, el porcentaje está lejos del 0,30% de la media del conjunto del CAD, del 0,47% de los países de la Unión Europea y del compromiso del 0,7% adquirido hace 50 años en el seno de las Naciones Unidas.



Vacunas universales

“La respuesta a la pandemia de la Covid-19 no debe hacerse a costa de desatender a millones de personas afectadas por crisis humanitarias, sino que debe acometerse con fondos adicionales”, insisten. Hasta finales de octubre, el Plan Global de Respuesta Humanitaria Covid-19 lanzado por Naciones Unidas sólo había recibido 2.798 millones de euros de los 7.833 millones solicitados, apenas el 35,7%.

Médicos del Mundo y medicusmundi se suman a varias organizaciones sociales a nivel mundial que demandan “que los procesos de investigación, elaboración y distribución de las vacunas sean transparentes y que su precio sea accesible para todas aquellas personas que los necesiten. En un mundo interconectado, si las personas de países con ingresos bajos o medios se ven excluidas de la vacunación, el virus continuará matando y la recuperación a nivel global se retrasará”.

Las organizaciones alertan también de que sólo entre un tercio y la mitad de la población mundial ha tenido cubiertos los servicios esenciales de salud en 2020, y que el gasto directo en atención médica ha aumentado en el mundo. La inequidad afecta sobre manera a las sociedades y personas más empobrecidas y vulnerables: el 12,7% de la población mundial gastó más del 10% de su presupuesto familiar en atención médica. La mayor proporción de mortalidad infantil y de muertes por enfermedades infecciosas se sitúa en África Subsahariana, que junto a Asia Meridional tiene las peores tasas de mortalidad materna, en su mayoría por causas evitables.

Sistema público de salud

Médicos del Mundo y medicusmundi están convencidas de que para mejorar la vida de las personas hay que apostar por los Sistemas Públicos de salud y dotar a la atención primaria de una inversión adicional de 165.104 millones de euros en los países de ingresos bajos y medianos si queremos salvar 60 millones de vidas de aquí al 2030.