Salud mental y adicciones: una dualidad invisible

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Al menos seis de cada diez personas a tratamiento por problemas de salud mental o de adicciones presentan ambas condiciones a la vez. Así se recoge en el primer gran estudio sobre la llamada patología dual en España, un informe que, además, nace con marca asturiana, ya que dos de los cinco autores trabajan en Gijón. Son Juan José Fernández Miranda, actual jefe de Salud Mental del área sanitaria V, y Silvia Díaz Fernández, experta adscrita al Centro de Tratamiento Integral (CTI) de Montevil.

La investigación logra dar cifras concretas de una problemática sobre la que el gremio sanitario lleva años alertando y que exige, a juicio de los autores, la «integración» de las redes de atención de salud mental y adicciones, una unificación que sí existe en Asturias pero de la que carecen aún la mayoría de los servicios sanitarios del país.

«Las redes de salud mental y adicciones están integradas en Asturias, pero es poco común»

Juan José F. Miranda – Jefe de Salud Mental del área sanitaria V (Gijón)

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Tras estudiar los casos de más de 1.780 pacientes de casi todas las comunidades autónomas españolas –entre ellos, 191 asturianos–, los datos son claros: se registra una prevalencia del 71 por ciento de trastorno de salud mental en pacientes que ya están a tratamiento por adicción a sustancias y una presencia de problemas mentales en el 59 por ciento de los pacientes diagnosticados con algún tipo adicción.

El informe se realizó durante la pandemia y acaba de publicarse en la revista especializada «International Journal of Mental Health and Addiction», una de las más importantes de su categoría. La idea, explica Fernández Miranda, era realizar un estudio «de alto impacto» que confirmase las sospechas que los sanitarios de salud mental refieren día a día en consulta.

Doble estigma

Explica Icíar Abad, responsable de la planta de desintoxicación del Hospital Monte Naranco (Oviedo), que esta patología dual continúa envuelta en un estigma que surge de la «falta de información». «Aún hay estigma por la sensación de que esto en un problema de una parte de la población que no te toca a ti, que está excluida socialmente o incluso asociada a la delincuencia. Pero la experiencia de los que trabajamos en esto es otra», señala. «Si tu situación psicosocial es adversa, es más probable que tu evolución sea peor, pero eso se aplica también a infartos. Hay que recordar que la droga más frecuente es el alcohol, y eso no se limita precisamente al mundo marginal», añade. En estas patologías duales –indica la doctora Abad– suelen entran en juego dos factores: la disponibilidad genética y los factores ambientales; es decir, la predisposición biológica del individuo y cómo se comporta después el individuo. Y estas variables –añade– no entienden de clases: «Ya sabemos que si esa predisposición genética es muy fuerte, problemas así pueden surgir incluso si naces en la mejor de las familias».

«Tu entorno influye, pero estos problemas pueden surgir en la mejor de las familias»

Icíar Abad – Unidad de desintoxicación del Hospital Monte Naranco

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El huevo o la gallina

Por la relación entre ambas condiciones, la pregunta de si es más habitual que una persona con problemas de salud mental se refugie en las drogas o que un adicto acabe manifestando un problema de salud mental por su abuso de sustancias sigue siendo una incógnita. «Hay teorías en ambos sentidos, pero ninguna confirmada», asevera. Sí se sabe que el abuso de cannabis se ha vinculado a trastornos psicóticos, y también se han registrado casos de pacientes que, tras años a tratamiento por problemas de ansiedad o depresión, acaban volviéndose codependientes de sustancias tranquilizantes. Según la psiquiatra del Hospital Monte Naranco, se dan también casos de pacientes con una adicción concreta que se ha desarrollado a raíz de un trastorno mental no diagnosticado. Pone de ejemplo el trastorno de hiperactividad y la cocaína: «En este tipo de pacientes, esta sustancia genera un efecto paradójico, porque les relaja, y pueden demorar su acceso a un recurso de salud mental porque odian sentirse drogadictos cuando, en realidad, tienen un problema de base que explica esa conducta».

Relaciones peligrosas

Lo que sí está claro es que ciertas sustancias y trastornos mentales van con frecuencia de la mano. Uno de los ejemplos más recurrentes es la adicción al cannabis y los cuadros psicóticos. Eduardo Carreño, psiquiatra experto en adicciones, afirma: «Llevamos años alertando de esto, está constatado de sobra. Es un problema serio, porque el cannabis es una droga hoy en día muy banalizada, sobre todo en jóvenes». Y explica: «No logramos que se entienda que el cannabis no es una droga al uso porque estimula o deprime el sistema nervioso central, como el alcohol o la cocaína. El cannabis es psicodisléxico: altera la percepción del sistema nervioso, distorsiona el sentimiento de las emociones». Esta droga, por lo tanto, se asocia a brotes psicóticos, pero también a trastornos del pánico y alteraciones de la memoria.

«La relación del cannabis con brotes psicóticos preocupa porque es una droga banalizada»

Eduardo Carreño – Unidad de Desintoxicación del Hospital Covadonga

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Asturias, un ejemplo

La conclusión lógica de estos nuevos datos es la necesidad de que los pacientes con patología dual sean tratados por un mismo equipo de sanitarios y con un tratamiento que aborde a la vez ambas condiciones. Y quizás este estigma que rodea aún a estas dolencias explica que la red sanitaria nacional tenga todavía pendiente la tarea de unificar los recursos. Señala Fernández-Miranda que en Asturias sí hay recursos integrados para estas patologías duales, pero aclara que la región es, en ese sentido, «casi una excepción». «En el resto del país aún abundan las redes paralelas con trasvases de pacientes con tratamientos también en paralelo», lamenta. En Asturias, un paciente con adicciones es tratado por los servicios de Salud Mental. Carreño, no obstante, explica que, aunque la integración de ambas redes en Asturias es «incomparable» con la de otras comunidades, a nivel regional la situación es también «muy mejorable». «Todavía estamos en una fase en la que la atención de estas patologías duales es como dos vasos en un mismo cubo», ejemplifica. «Una adicción debe tratarse como cualquier otro trastorno mental: bajo la supervisión de un psiquiatra y con tratamientos que puedan dispensarse bajo receta en farmacia», concluye.

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