[ad_1]

El llamado oro verde se hace fuerte en la Isla. Para muestra, un botón: solo en tres años se han pasado de cinco hectáreas registradas a la PAC (Política Agraria Común) a las 16,5 de 2022, es decir, su producción se ha multiplicado por tres. Aumenta especialmente en la zona de la Tramuntana y Muro, donde se concentran la mayor parte de las fincas que dedican sus terrenos al cultivo de este fruto tropical que, gracias a las bondades del clima mallorquín, muchos payeses han comenzado a cultivarlo. Curiosamente, la mayor parte del aguacate producido no se vende aquí, si no que llega a los estantes de tiendas y supermercados alemanes. El aguacate ‘made in Mallorca’ gana cada vez más peso fuera de nuestro territorio.

Solo hay que echar un vistazo a los datos para saber que la producción del aguacate se ha convertido en el nuevo cultivo estrella a nivel nacional. Según datos de 2018, solo en Europa se consumieron 650 millones de kilos. España destina actualmente a la producción del aguacate alrededor de 19.000 hectáreas, siendo el principal productor de Europa y manejando prácticamente un tercio de la exportación a los países vecinos. La producción se concentra en Andalucía, con un 97 % de la producción, concretamente en Málaga, Granada, Huelva y Cádiz, además de Canarias y la Comunidad Valenciana.

En Baleares, debido en gran parte a la idiosincrasia del terreno, los datos palidecen respecto a estas comunidades, pero desde la Conselleria de Agricultura no descartan que «pueda ser un cultivo de mucho interés en los próximos años, observando el comportamiento en otros lugares similares del Mediterráneo». La mayor concentración de este cultivo se ubica en las zonas cercanas a la Serra de Tramuntana y próximas al litoral, donde no existan riesgos de heladas; Sóller es un ejemplo. Sin embargo, también se han intentado sembrar aguacates en Valldemossa, pero la altitud ha impedido que el proyecto siguiera adelante, así como en Mortitx y Escorca.

PB2501230011450.jpg
Árboles de aguacate en la zona de Sóller.

Mucha gente se pregunta si el cultivo de este árbol tropical es factible en Mallorca. Lo es. Así lo explican los expertos: esta especie arbórea presenta una resistencia al frio similar a los cítricos, como el naranjo o el limonero, existiendo variabilidad según la edad del árbol y la variedad del aguacate, y pudiendo llegar a soportar, en casos excepcionales, temperaturas de hasta -7 grados.

Miguel Tugores dirige una explotación de entre 7.000 y 8.000 hectáreas en Biniaraix. Su suegro sembró aguacates hace ya 35 años, cuando, ni mucho menos, este fruto era tan popular como ahora. Sin duda, todo un adelantado a su tiempo. Empezaron con 28 árboles, el año pasado plantaron 25 más. Produce las variedades Hass y Bacon, que en Mallorca ha llegado a vender a un precio que ronda entre los 2,60 y los 3 euros el kilo. Sin duda, un precio muy bajo respecto al que cobran en las tiendas, mercados y grandes superficies comerciales. «Es un árbol fuerte, coge pocas enfermedades y no necesita fitosanitarios, solo abono natural o químico y, eso sí, mucha agua», apunta Tugores.

Ahí está el caballo de batalla de los ecologistas: el desmesurado consumo de agua que necesitan estas explotaciones para subsistir. Según datos de la FAO y del IFAPA el consumo máximo de agua por hectárea y año oscila entre los 6.000 y 8.000 metros cúbicos por hectárea y año. Esto equivaldría a un consumo de agua entre 100 – 150 litros diarios en lo meses más calurosos del año (julio y agosto), muy similar a las necesidades de los naranjos en la misma época del año.

PB2501230011444.jpg
Tugores trabajando en la explotación.

En este sentido, Miguel Tugores señala que, sobre todo en la zona de Sóller, hay cada vez más interés por sembrar aguacates, ya que en dos o tres años un árbol puede llegar a producir entre 40 y 50 kilos de aguacates. «En un par de años, el aguacate va a ser tan habitual como los naranjos o limoneros».

[ad_2]

Source link