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Ichi Tanaka, investigador del telescopio Subaru, operado por el Observatorio Nacional Japón y situado en el monte Mauna Kea de Hawai, estaba trabajando la noche del 18 de enero cuando recibió un mensaje de un compañero que en ese mismo momento estaba viendo retransmisión en vivo del mismo observatorio. Le envió una captura de pantalla en la que aparecía una extraña espiral en el cielo que se desvaneció y desapareció de repente sin dejar rastro. El científico quedó sorprendido en aquel momento, pero luego recordó un caso similar que tuvo lugar el pasado. 

Todo apunta a Space X

A Tanaka le vino a la mente lo ocurrido en abril del año pasado, cuando se formó en el cielo una espiral parecida que finalmente fue atribuida a una operación de carga de combustible del cohete Falcon 9 de Space X, la compañía operada por Elon Musk. Todo apunta a que esta vez sea un caso similar, pues, igual que lo que sucedió entonces, la mañana del 18 de enero la empresa aeroespacial privada lanzó al cielo un satélite militar. Además, la ubicación de la espiral detectada por el telescopio coincide con el punto en el que previsiblemente estaría la segunda etapa del cohete de Space X después de su lanzamiento. 

Una de las hipótesis es que estas espirales y otras formas aparecen cuando los cohetes descargan el combustible sobrante, un gas que se expulsa a una mayor presión de la de la atmósfera. Cuando se iluminan por la luz solar, aparecen ante nuestros ojos en estas formas tan originales. De momento SpaceX sigue sin pronunciarse sobre lo ocurrido, una buena noticia para los amantes de las teorías conspirativas.

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