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Mario Aráez | Benimaclet es conocido en Valencia por ser un barrio obrero, diverso y combativo. Por este motivo coincidieron en el mismo día (12 de octubre) la “marcha de las antorchas” convocada por España 2000 y la convocatoria de unas jornadas antifascistas como respuesta. La marcha de la extrema derecha a penas pudo convocar a 50 manifestantes venidos de varias partes del Estado; por el contrario, las jornadas antifascistas congregaron a un gran número de vecinos de todas las edades.

Imagen: CSOA l’Horta

En la noche anterior a ambas convocatorias, a parte de la cartelería que ya se había colocado con anterioridad, en la plaza del barrio se habían colocado diversas pancartas antifascistas. La policía local decidió retirar todas las pancartas que reclamaban un espacio libre de odio y recordaban a víctimas del fascismo como Guillem Agulló. Unas pancartas inofensivas, pero que parecía que solo molestaban a los cuerpos de seguridad del Estado.

Pese a lo comentado, las jornadas empezaron a las 11 horas en la plaza de Benimaclet (lugar donde se iba a realizar posteriormente la marcha fascista) congregando a varias decenas de personas, en especial a niños que realizaron durante hora y media unos murales cargado de consignas en pro de la diversidad. El espacio que había sido vaciado la noche anterior volvió a ser decorado por el mensaje diverso que habían plasmado en los murales los niños.

Imagen: @Jorgee1131

A las 12:30 las jornadas se trasladaron a las canchas de Vicent Zaragozà, donde fue llegando más gente. La actividad que iba a dar lugar se realizó bajo el título “res a celebrar” (nada que celebrar) organizado por Apthapi que convocó a alrededor de un centenar de personas. Posteriormente, tras la pausa para comer se reanudaron las jornadas con un trivial feminista organizado por Arada.

El punto fuerte de la convocatoria era la concentración de las 18h de la tarde. Bajo un fuerte despliegue policial (varias decenas de furgones policiales) comenzó la concentración. Se congregaron alrededor de 500 vecinos antifascistas que corearon lemas como “els carres seràn sempre nostres” (las calles serán siempre nuestras), “ací estàn les antifeixistes” (aquí están las antifascistas) o “Guillem Agulló, ni oblit, ni perdó” (Guillem Agulló, ni olvido, ni perdón). La concentración, que fue una gran muestra de músculo del movimiento antifascista frente al fracaso de la concentración derechista, se desarrolló sin incidentes, pero con tensión debido a fuerte la presión policial y su actitud amenazante. El cordón de seguridad tuvo que unirse en alguna ocasión a modo de prevención en caso de una posible carga de una policía que rodeó totalmente la concentración y encapsuló a los concentrados. Mientras la policía intentaba amedrentar a los antifascistas, la extrema derecha coreaba cánticos fascistas por las calles de Benimaclet bajo la protección de la policía y el abucheo de los vecinos que hicieron sonar sus cacerolas en forma de rechazo. La concentración se alargó más de una hora de lo esperado, ya que la policía no dejaba salir a nadie, ni a los vecinos del barrio que querían ir a su casa.

Imagen: CSOA l’Horta

A nivel represivo la policía identificó a varios manifestantes pese al carácter pacífico que demostró la movilización en todo momento. Según informó con posterioridad El Salto Diario una pareja de 60 años habría sido multada por desobediencia y desacato al cuestionar estas identificaciones injustificadas. Además, también hay información de 3 detenciones a antifascistas en los aledaños de la concentración que pasaron las noches en dependencias judiciales según informa Alerta Solidària. Pese a la represión al movimiento antifascista y la impunidad del fascismo, tanto el 9 de octubre como el 12 de octubre se demostró que València no es una ciudad bienvenida para los fascistas y que allá donde vayan a provocar se encontrarán con una respuesta contundente.



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