Construcción necesitará 3 años para recuperarse

El sector de la construcción sufrió una caída drástica el año pasado, según detalla el Informe Situacional Mensual de la Construcción de la Cámara Salvadoreña de la Construcción (CASALCO).

Se proyecta una caída del PIB nacional en -10.2 % y el de la construcción en -19.4 % en el tercer trimestre. Según datos a noviembre de 2020, de los créditos otorgados solo un 4 % fueron para adquisición de viviendas, los mayores índices fueron para consumo 31 %, industrias manufactureras 23 % y comercio 22 %. En 2020 se aprobaron $26.48 millones para la construcción de viviendas, -55.7 % comparado con los $59.8 millones de 2019.

Aunque este sector fue de los primeros en reiniciar operaciones luego de la cuarentena, la mayoría de proyectos que se desarrollan ya habían iniciado antes de la pandemia. «¿En cuánto tiempo creemos que podemos recuperarnos? Siendo realistas en tres años. Estimamos que podemos tener un crecimiento de un 4.5 % anual en nuestro sector, para llegar a donde nos encontrábamos antes de la pandemia», dijo el director ejecutivo de CASALCO, José Antonio Velásquez.

Para lograr dicha recuperación se requiere, explica el experto, una inversión privada de alrededor de $600 millones y otros $600 del sector público en ejecuciones reales. «En el sector privado ya tenemos una matriz de proyectos que ronda los $1,050-$1,200 millones recordando que estos no se ejecutan en un año, son plurianuales».

Para la inversión del sector público la Cámara espera que el Gobierno haga llegar los planes de inversión de los principales ministerios y principalmente del Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT). «Estamos trabajando con la Secretaría de Comercio e Inversión, con Miguel Kattán, y están encargándose de proporcionarnos la información que están cuadrando con las diferentes instituciones siendo las principales para nosotros MOP, Fondo de Conservación Vial, ANDA, CEPA, CEL y en Ministerio de Salud. Ya sabemos de varios proyectos, uno de ellos es el Puente Arce, paso fronterizo de El Salvador con Guatemala, la continuación del Baipás de San Miguel y el proyecto Los Chorros, que ya está en su fase de diseño», dijo Velásquez.

Sin duda, algo que beneficiará al sector es la agilización de trámites. Velásquez espera se ponga en funcionamiento la ventanilla única para trámites, un convenio que firmó en diciembre la ministra de Vivienda, Michelle Sol, donde participaron instituciones como ANDA, Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Cultura, Centro Nacional de Registros, Ministerio de Vivienda y el Organismo de Mejora Regulatoria.

Proyectos de altura

En este momento, los proyectos habitacionales se pueden catalogar en dos grandes grupos: apartamentos, cuyos precios oscilan entre los $100 y $250 mil, y viviendas entre $150 a $250 mil.

Son escasos los de casas entre $80,000 y $100,000, explicó el director ejecutivo de CASALCO, «en los últimos 10 años no se ha atendido la parte baja de la pirámide». El ejecutivo explica que la gremial ha mantenido contacto con el nuevo Ministerio de Vivienda y su titular, Michelle Sol, para llegar a acuerdos que permitan cubrir el déficit habitacional aunque no hay resultados concretos. Actualmente hay una tendencia hacia la construcción vertical en zonas desarrolladas, «Le llamamos construir sobre lo construido. Nosotros estamos incentivándolo porque tiene menos impacto ambiental, aunque obviamente tiene otras implicaciones, como la necesidad de mejorar infraestructura como acueductos, alcantarillado, red vial», explicó.

Los proyectos multifuncionales, que puedan atender las múltiples necesidades de los núcleos habitacionales, ayudan a mejorar el flujo de tráfico. Explica que «ha habido un cambio cultural», pues ahora personas de toda edad se inclinan por vivir en departamentos pues requieren menos trabajo de mantenimiento, les dan seguridad, y algunos ofrecen numerosas ventajas arquitectónicas y amenidades. «Nos esforzamos mucho en tener proyectos autosostenibles, con verdaderas innovaciones en uso de materiales, en sistemas de reutilización del agua, infiltración de propiedades, nuevas tecnologías antisísmicas, certificaciones LEED, es decir que han tenido bajo impacto en el medio ambiente «, añadió Velásquez.