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Se aproxima el otoño y este año la estación más melancólica de todas se tiñe de preocupación: nos toca convivir con la COVID-19, nos toca diferenciar las gripes y catarros propios de esta época del año del contagio de coronavirus. ¿Cómo hacerlo? El doctor José Daniel Alcázar, jefe del Servicio de Neumología del Hospital Quirónsalud Málaga, explica que sí existen diferentes síntomas que nos permiten diferenciar estas tres afecciones.
La tos, la falta de aire y la fiebre son los síntomas más alarmantes de las tres, pero el doctor Alcázar reconoce que «en la fase inicial de estos tres procesos, los síntomas pueden resultar prácticamente indistinguibles; sin embargo, aunque la mayoría de los síntomas que se les relacionan no son específicos de ninguna patología, hay algunos que pueden guiar en el diagnóstico».
Para diferenciar los procesos más frecuentes que ocurren en otoño e invierno, el catarro, la gripe y ahora el COVID-19, el facultativo explica que «podemos fijarnos en una serie de síntomas que nos pueden dar la clave, como la fiebre elevada y la presencia de cansancio o astenia intensa; más relacionados con un proceso gripal o de COVID que con un simple catarro. La fiebre suele estar presente tanto en la gripe como en la COVID pero es muy infrecuente en el catarro común. También, ojo a la presencia de complicaciones respiratorias; mucho más frecuente en la Covid que en la gripe, aunque también puede haberlas y no así en el catarro».
Sin embargo, el doctor incide en la atención a los síntomas respiratorios, la tos y el ahogo; «son los síntomas más alarmantes y que más pueden identificar un caso COVID, porque no son frecuentes o tan frecuentes en una gripe ni mucho menos en un catarro, donde predominan los síntomas de congestión nasal y moqueo».
Por otro lado, la gripe suele tener un inicio mucho más abrupto que la COVID-19. «Ante una gripe, podemos estar un día bien y al día siguiente tener una fiebre muy elevada, por ejemplo, mientras que el Covid suele tener un inicio más paulatino. El período de incubación también es fundamental, porque en una gripe suele ser de 3-4 días y en un Covid suele ser en torno a dos semanas», argumenta Alcázar.
Tratamiento y actuación
A pesar de que existen fármacos antivirales diseñados específicamente para la gripe y la COVID-19, hoy en día, no hay un tratamiento específico claramente eficaz para ninguno de los tres procesos.
«El tratamiento en los tres casos suele ser de mantenimiento y, en el caso de sospecha de COVID-19, con síntomas como una complicación respiratoria o fiebre de más de cuatro días, habría que acudir al Servicio de Urgencias para practicar exámenes complementarios, diagnosticar y descartar una neumonía, lo cual puede ser motivo de ingreso hospitalario», apunta el neumólogo José Daniel Alcázar.
Así, el doctor señala que cuando los síntomas son menores, como un ligero cansancio, malestar, moqueo, «se deben tratar de una manera convencional; con medicamentos de mantenimiento sin necesidad de ir a Urgencias por ello».
No obstante, ante fiebre de tres, cuatro o cinco días y si encima existe la presencia de ahogo, «siempre se debe acudir a Urgencias para ser valorado».
Inicio del nuevo curso
Con el inicio del nuevo curso y ante la incertidumbre de muchos padres, el doctor les recuerda que en el caso de que un niño presente síntomas respiratorios o fiebre, «debe evitar ir al colegio y consultar con el pediatra para que indique el procedimiento a seguir».
Otro motivo de actuación es el factor epidemiológico de contacto con otros pacientes con diagnóstico confirmado de COVID-19, que siempre debe ser un elemento de alarma que obligue a descartar la presencia de esta enfermedad en todos los miembros que hayan estado en contacto a través de las pruebas PCR.
Igualmente, «dado el contexto epidemiológico, en caso de padecer fiebre de más de cuatro días en personas de más de 30 años sin contacto previo de riesgo, también obligaría a descartar la COVID-19», concluye el jefe de Neumología de Quirónsalud Málaga.
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