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Stewart Rhodes, en una imagen de archivo. / Reuters

Stewart Rhodes, fundador de la milicia de extremaderecha Oath Keepers, ha sido acusado junto a otras diez personas por los hechos ocurridos el 6 de enero de 2021

Más de 700 personas han sido detenidas por la violenta toma del Capitolio con la que el 6 de enero del pasado ejercicio los seguidores de Donald Trump intentaban evitar que se certificara la victoria electoral de Joe Biden, pero aquellos con cuernos de res y pieles de castor, que se tomaban fotos en las redes sociales y posaban para las cámaras, solo eran los peones. El FBI ha pasado un año construyendo minuciosamente el caso contra una decena de líderes de milicias que no serán acusados de traspaso o destrucción de propiedad privada, sino de cargos tan serios como la sedición, nunca antes presentados.

Entre ellos destaca Stewart Rhodes, líder de Oath Keepers, una milicia creada en 2009 en Lexington (Massahusetts), al calor de la elección del primer presidente negro, que se nutre de ex agentes de policía y veteranos de guerra y rezuma teorías de la conspiración por los cuatro costados. Mientras muchos de los que rompieron puertas y se llevaron suvenirs lo hicieron en la adrenalina del momento, los Oath Keepers reclutaron soldados para la operación y acumularon en un hotel de la capital todo un arsenal de armas.

Rhodes, de 55 años, fue detenido a las 13.00 en su casa de Granbury (Texas), acusado de cargos que entrañan más de 20 años de prisión. A la misma hora, en Phoenix (Arizona), el FBI le ponía las esposas a Edward Vallejo, de 63 años, otro de los cabecillas que llevó armas y equipo táctico militar. El operativo se repitió por todo el país contra otros nueve líderes.

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