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Fernando Aguilar Rigaud | En 2018 nace lo que supone el primer texto legislativo de la historia para dotar de derechos de forma igualitaria a todas las personas trans del territorio español. A día de hoy la legislación LGTBI+ está encomendada a las comunidades, lo que supone una gran desigualdad de derechos para las personas del colectivo, cuya única diferencia reside en la comunidad en la que se sitúe, habiendo aún comunidades como Castilla-La Mancha o Castilla y León que no tienen ningún tipo de legislación, y por lo tanto carecen de una protección específica para el colectivo. Y si nos centramos en la determinación de género, sólo se contempla en 10 comunidades autonómicas.

La aparición de este borrador y la posibilidad de dotar de derechos a las personas trans de forma unificada, real y efectiva, supondría la victoria de una larga lucha y exigencias históricas que el colectivo viene haciendo desde el inicio de la democracia. Además, sería un gran paso para acabar con el estigma social y la exclusión que viven las personas trans, cuya gravedad lo reflejan cifras como que el 80%, debido a su identidad, se encuentra sin empleo, o que más del 40% hayan sufrido maltrato o acoso.

En un principio, la proposición de ley presentada por Podemos tuvo el visto bueno de la mayoría de aliados políticos, aunque conforme fue avanzando la posibilidad de su aprobación, sus opositores fueron creciendo tanto fuera como dentro del mismo partido. En IU/PCE se formaron dos bandos tras la denuncia pública del Partido Feminista, lo que supuso su expulsión de IU y el abandono de algunas militantes del PCE; en el PSOE varias feministas históricas también cogieron parte y lideradas por la vicepresidenta Carmen Calvo, se oponen de forma rotunda y clara a dicha ley; pero Podemos no queda libre de estos conflictos, puesto que un grupo de militantes lanzaron una carta donde tampoco apoyaban la Ley Trans.

Ante estos conflictos y las intransigentes posiciones de las feministas transexcluyentes, la posibilidad de que esta ley salga adelante se ha ido haciendo cada vez más difícil.

Con todo esto el colectivo LGTBI+, encabezado por las personas trans y no binaries, nos hemos ido radicalizando y tomando una decisión firme ante el conflicto convocando numerosas movilizaciones, huelgas de hambre y dejando claro que no queremos limitarnos a salir con una bandera. Es el momento de conquistar los derechos que durante tanto tiempo se nos han negado.

La ley será llevada al congreso el próximo martes 18 de mayo y puesto que la derecha nunca va a posicionarse a favor, solo queda que la izquierda se posicione y muestre si de verdad está del lado de las personas LGTBI+ sólo les somos útiles para sus intereses electorales.

Por todo esto, el próximo 15 de mayo salimos a las calles para exigir una Ley Trans Estatal Integral y Efectiva.



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