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Hola, amigos. 

En Madrid, no hay rey que no reine ni macarra sin peine. Este proverbio lo escuchaba yo, a menudo, en una tasca de Chamberí que solía frecuentar en mi juventud. Enigmático, ¿verdad? Ahora los macarras madrileños no llevan peine, me parece a mí, amén de que tampoco se les conoce como macarras sino como canis (uno de esos palabros que no sabemos si resistirá el paso del tiempo). Y en los bolsillos traseros del pantalón, los canis o macarras ya no llevan peines sino teléfonos móviles. Pero vayamos a lo que íbamos: el peine. Porque tal utensilio -que, como sabemos, sirve para desenredar o componer el cabello- nos servirá de inspiración la semana que viene. A ver qué sabéis hacer con él. A partir del lunes. 

Veamos, mientras tanto, quiénes son los finalistas de esta semana dedicada al dinero. 

Sergio C 
Flores nuevas cada día y el mármol siempre limpio. Lo dejó todo bien atado para demostrar que era el más rico del cementerio.

Sueño 
Meses después de entrar en la cárcel, su cuenta en Suiza engordó por donaciones secretas de compañeros de partido.

Huelgo 
Cada vez que le decía a su abuelo que lo quería, éste le daba un euro. Ahora, de adulto, paga para que alguien se lo diga a él.

Telnem 
Tras rechazarla las editoriales anteriores, mandó una copia de su novela escrita sobre billetes de cincuenta.

Repio 
En la lectura del testamento, hijos, nietos y demás familiares se fueron cuando el abogado empezó diciendo que lo importante era el amor.

RIP 
La lectura del testamento no aclaró al hijo único cómo repartir la herencia entre sus diferentes personalidades.

Huelgo 
Todo el dinero que logró con el atraco al banco, lo invirtió en protección en la cárcel.

Juanvi 
Cuando le llamaron por haber sorprendido a su hijo con el dinero de la colecta, un rayo de esperanza iluminó los ojos del devoto financiero.

Mudito 
Tiró la moneda a la Fontana, sin desear amor sino poder gobernar un navío como el grabado en el dorso del metal. Murió solo en alta mar.

Millonetis 
Cuando la crisis hizo quebrar todas sus empresas, el magnate se ahorcó con una cuerda de seda trenzada traída expresamente de Damasco.

Brasi 
Encontré una cartera en el suelo, rebosante de dinero. Al abrirla, leí escrito sobre un billete: si no la devuelves, te buscaré y te mataré.

Adams 
La anciana y su joven prometido contrajeron matrimonio, a pesar de que entre ellos había una diferencia de sesenta millones de dólares.

Huapi 
Dio a un siervo cinco talentos, a otro tres y a otro uno. Éste último contrató a un sicario y entregó cuatro talentos a su señor.

Winslow 
Estaba mirando su cuenta corriente en la web y el saldo pasó de 11.000 a 1.100.000. Días después del infarto la viuda demandó al banco.

Felicidad 
El dinero no da la felicidad, le dice el psicólogo a su paciente, y sonríe al pensar en todas las sesiones que faltan para que lo asuma.

Pilar Alejos
Se volvió adicto al dinero desde que se vio obligado a dormir en un cajero automático.

Cordelia 
El primero que le enseñó el verdadero valor del dinero fue el ratoncito Pérez.

Gambo
Demostró que todo se puede conseguir con dinero cuando, a falta de leña, hizo la barbacoa con billetes de quinientos.

Doncel 
“Me llamo Sheila y lo hago para pagar mis estudios de enfermería”. Años después, en el hospital, comprobó que ella mentía sólo en el nombre.

Gabriel Pérez 
Al ver que le había tocado el décimo, empezó a llorar como un niño mientras repetía: “Por fin podré tener amigos”.

Y uno, de regalo: 

Sergio C 
El atraco al banco fue perfecto. Pero al salir, deslumbrado por el brillo del juego de cubertería, cometió el error de domiciliar la nómina.

Para aparecer en el concurso con nombre y apellidos escribid por favor a cuenta140@elcultural.es

Saludos cordiales

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