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A Jorge Campos han puesto el jueves por testigo un grupo de militantes de la CUP-Crida por Palma de que es mejor hacer el amor que la guerra. Las revoluciones a veces no empiezan con una bala, sino con un beso, y los miembros de esta formación se han plantado ante la sede de Vox para pedir más besos y menos agresividad y para reivindicar que hay muchas otras formas de amar más allá de la que han impuesto los cánones sociales y políticos durante años.
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