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A Jorge Campos han puesto el jueves por testigo un grupo de militantes de la CUP-Crida por Palma de que es mejor hacer el amor que la guerra. Las revoluciones a veces no empiezan con una bala, sino con un beso, y los miembros de esta formación se han plantado ante la sede de Vox para pedir más besos y menos agresividad y para reivindicar que hay muchas otras formas de amar más allá de la que han impuesto los cánones sociales y políticos durante años.

Ningún dirigente de Vox ha estado en la sede en esos momentos, al menos en apariencia, así que los protagonistas de esta ‘besada’ popular han tenido que conformarse con hacer la performance ante media docena de carteles con la cara del candidato. Los miembros de la formación han reivindicado el orgullo de la diversidad. «No tenemos miedo y plantaremos cara a la extrema derecha en las instituciones y en la calle», han asegurado ante la sede de Vox.

«Hemos venido para decirles que no queremos normalizarlos y que se paseen impunemente por instituciones que queremos libres de fascismo», han añadido. Los miembros de este partido político, en el que se ha integrado el expresident del Parlament y miembro de Podemos, Balti Picornell, ya organizaron una concentración similar hace cuatro años.

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