entrevista con María Díaz de la Cebosa

Es presidenta de la CIS University (CIS) y propietaria de la ONG Cruzada por los Niños, que ha sido clave en la solidaridad con Ucrania

María Díaz de la Cebosa es una mujer de gran vitalidad, profundamente humanista de pensamiento y acción, que cree en una educación transformadora de la sociedad en que vivimos y cuya ONG Cruzada por los Niños ha sido muy importante en la solidaridad con Ucrania. Una educación que debe llevar a que cada estudiante, cada ciudadano, se plantee individual y colectivamente qué puede hacer por construir un mundo más libre, solidario, responsable y sostenible.

Desde su posición de presidenta de la CIS University (CIS), no deja de insistir a los alumnos en estas ideas y que “nuestros sueños están para cumplirlos”. Además, es impulsora y presidenta  en España de la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights , y fundadora de la ONG Cruzada por los Niños. Doctora Honoris Causa en Human Letter por Endicott College, Beverly (Massachusetts), y Llave de Oro de la ciudad de Miami (Florida) en 2018.

Entrevista con María Díaz de la Cebosa

– Usted es una mujer muy positiva. ¿Cómo se debe reaccionar ante las situaciones difíciles y dramáticas tan habituales en el mundo actual?

– María Díaz de la Cebosa: Las penalidades y las carencias, como estamos comprobando, hoy en día no son exclusivas de determinados continentes o capas sociales. Todos hemos comprobado en nuestras propias carnes, sobre todo desde finales de 2019, que el dolor está más cerca de lo que pensábamos. En la vida, lo estamos viendo en los medios de comunicación, confluyen una serie de acontecimientos que no pueden contenerse. Ante estas situaciones, no se debe tirar la toalla ni dejar que el pesimismo nos hunda. A mí la respuesta de los ucranios y también la de muchas personas de todo el planeta me está enseñando mucho. He aprendido numerosas lecciones.

– ¿Qué es lo que más le ha sorprendido desde aquel fatídico 24 de febrero en el que los tanques y los bombarderos rusos hicieron acto de presencia en Ucrania?

– Trato de pensar cómo fue el día anterior. El 23 de febrero se convirtió en su último día de libertad. Al día siguiente todo cambió.  El caos entró en el seno de las ciudades, el miedo se apoderó de las personas, la incertidumbre y la inseguridad nublaron sus sueños y mataron sus ilusiones. Pero lo que ha ocurrido desde ese día me reconforta y llena de esperanza.

– ¿Por qué?

– Primero, porque la respuesta de los ucranianos y sus líderes fue ejemplar. A pesar de la fuerza del ejército invasor, se rebelaron poniendo en riesgo lo más importante que todos tenemos. Al mismo tiempo, se produjo algo increíble: un movimiento íntimo y silencioso. Muchas personas sintieron en sus corazones un impulso que los llevó a entrar en acción y, sin más, sin apenas organización, se subieron a sus coches camino de la frontera de Polonia con Ucrania para sacar a muchas familias de las garras de la guerra.

Propietaria de la ONG Cruzada por los Niños, clave en la solidaridad con Ucrania

– Su ONG Cruzada por los Niños jugó un papel importante en esta coyuntura y en la solidaridad con Ucrania.

– Sí. Decidimos unirnos a la Fundación Sepla Ayuda y ponernos en acción. Y, así, el 15 de marzo, nuestros queridos pilotos Kim, Toño, Pablo, Carlos, Pedro y Juan Luis aterrizaron en Madrid con 9 adultos y 12 niños.

– Todas ellas pertenecientes a cuatro familias.

– Cierto. Las familias Ponomarenko, Bocharnikova, Dunayeska y Morozov. A la primera, esta es la segunda vez que un conflicto armado les aleja de su hogar. La abuela de los Bocharnikova aúna a las mujeres y descendientes de sus hijos que se han tenido que quedar allí. Los Dunayeska sufrieron varios ataques en la base militar de su ciudad, a medio camino entre Kiev y Leópolis.

– ¿Qué lección aprendieron los estudiantes compartiendo el día de su graduación, una fecha que nunca olvidarán, con representantes de familias que simbolizan el sufrimiento y el afán de superación?

– Fue un día muy especial, reflejo del verdadero significado de la palabra hermandad.  Hemos visto cómo bajo este sentimiento se puede cambiar la suerte del destino.

– ¿Por qué cree que tanta gente se ha volcado en ayudar?

– A veces, no sabemos claramente lo que queremos, pero sí tenemos muy claro lo que no queremos. No queremos que nos quiten la libertad, que nos apaguen la luz de la vida, ni que nada nos sea indiferente. La magnanimidad del ser humano se manifiesta en situaciones límites, pero por qué no esa grandeza se convierte en una constante de nuestras vidas. Sin duda, contribuiríamos a que el mundo fuera mejor.

«Es el momento de vivir con mayúsculas»

– ¿Qué significa para usted la grandeza?

– La que tienen todas esas personas anónimas que hacen el bien en silencio, pero con ilusión y entusiasmo.

– ¿Qué consejos suele dar a los estudiantes de la CIS University?

– Pues les suelo reiterar que la vida es una fusión de días plenos y felices con otros tristes, vacíos y repletos de miedo. Ellos y ellas son los dueños de su presente y su futuro. Son los protagonistas de ese movimiento íntimo y silencioso que debería ser continuo porque lo necesitamos. En sus manos está el mundo. Algo que impulso en proyectos como “Speak Truth to Power”.

– ¿Qué espera de quienes acaban de empezar una nueva etapa tras salir de sus aulas?

– Es momento de vivir con mayúsculas. Espero que, aparte de los conocimientos, se lleven un modo de entender la vida muy centrado en la defensa y promoción del ser humano y de sus derechos. El mundo es de los soñadores y los inconformistas.