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El ayuno intermitente es un nuevo tratamiento para el control del peso corporal y de las comorbilidades asociadas a la obesidad que hoy en día cuenta con un gran éxito y reconocimiento social.
Consiste básicamente en diferenciar dos periodos de tiempo determinados, uno de ingesta y otro de ayuno.
El tiempo para cada uno puede variar, pero la versión más conocida y practicada es el 16-8, 16 horas de ayuno y ocho horas para comer.
Y aunque es una práctica muy generalizada actualmente, la investigadora Idoia Labayen Goñi, profesora titular de Fisiología en la Universidad de Navarra y directora del Instituto de Investigación ISFOOD, subraya la importancia de ser cautos con la efectividad de este tipo de patrón alimentario a la hora de tratar la obesidad.
- «Debemos ser muy cautos porque todavía no hay evidencia científica. Es muy probable que no sea recomendable para todos los pacientes con obesidad, como ocurre con otros tratamientos, y los especialistas deberán valorar su indicación en el futuro», asegura la investigadora.
Tipos de ayuno intermitente
Los tipos de ayuno intermitente pueden clasificarse en dos grupos:
- Los métodos basados en alternar días en los que se ayuna con días en los que se come con normalidad
- Los que consisten en restringir el número de horas en las que se puede comer.
Actualmente, la restricción de la ventana de alimentación es el método más estudiado en el ámbito de la investigación, así como el que cuenta con mayor popularidad en la sociedad.
La duración del espacio de tiempo en el que se pueden ingerir alimentos también varía, desde las 6 hasta las 10 horas, entre los distintos trabajos de investigación.
- «La evidencia científica en relación con su eficacia cómo método de control del peso corporal es muy escasa. En general, hasta la fecha, los trabajos se han realizado en muestras muy pequeñas y con intervenciones de poca duración. Lo mismo sucede con su posible uso terapéutico en la diabetes mellitus tipo 2 o en comorbilidades de la obesidad como la hipertensión arterial, las dislipemias, etc..», concluye Labayen.
Ventajas del ayuno intermitente
Los expertos en nutrición y endocrinología saben por experiencia que el tratamiento clásico de la obesidad basado en la restricción de calorías en la dieta (dieta hipocalórica) fracasa en la inmensa mayoría de los casos, ya que los pacientes suelen recuperar el peso perdido en cuanto la abandonan.
Además, como explica la investigadora:
- «Este tipo de dietas son difíciles de enseñar por parte de los profesionales clínicos, así como de seguir por los pacientes, ya que deben aprender acerca de la composición nutricional de los alimentos y controlar las cantidades que ingieren».
Sin embargo, el ayuno intermitente «es muy sencillo de explicar, así como de entender y aplicar por los pacientes: solo hay que indicar un horario para comer y ayunar el resto del tiempo», añade.
Además de su sencillez, la investigadora comenta que también proporciona algunos beneficios para el organismo, que nada tienen que ver con la pérdida de peso.
Entre ellos están la mejora del metabolismo de la glucosa (sensibilidad a la insulina, hemoglobina glicosilada, control glucémico, etc.) y de la presión arterial, según los resultados preliminares extraídos de algunos estudios.
Desventajas
Aun así, la experta plantea algunas cuestiones que hacen poner en duda este tipo de tratamientos para combatir la obesidad.
- «Por ejemplo, que el ayuno intermitente sea compatible con nuestro estilo de vida ya que los estudios realizados son de corta duración».
- «Sin olvidar que los tratamientos de la obesidad son siempre de larga duración e incluso crónicos, por lo que deben ser compatibles con la vida laboral, social y familiar de las personas que la padecen».
- «Además hay que tener en cuenta que los resultados relacionados con la pérdida de peso también son discretos.
Pero eso no es todo. Labayen asevera que una de las principales preocupaciones es la posible pérdida de masa muscular como consecuencia del prolongado tiempo de ayuno.
- «La pérdida de masa magra es un efecto indeseado de los tratamientos de pérdida de peso porque conlleva la disminución del gasto energético y, en consecuencia, la recuperación del peso perdido. Esta es una de las cuestiones que estamos investigando».
Asimismo, remarca la importancia de acudir a un endocrino cuando se quiere iniciar un tratamiento de pérdida de peso, más relevante si cabe en el caso del ayuno intermitente, ya que “no conocemos sus posibles efectos adversos y, además, para algunos pacientes puede estar desaconsejado”.
¿Está recomendado el ayuno intermitente para todo el mundo?
Todos los aspectos vistos, más la falta de evidencias científicas claras, llevan a los expertos en endocrinología a no recomendar el ayuno intermitente de forma general.
“En la actualidad, no podemos todavía recomendar hacer ayuno intermitente hasta que estemos seguros de que es eficaz, factible y no conlleva riesgos para la salud. Hay colectivos para los que está contraindicado y, en general, no se debe realizar sin supervisión médica porque podría tener riegos para la salud”.
- La restricción de la ventana de alimentación (número de horas en las que se puede comer) se ha propuesto como una forma de alinear la alimentación a los ritmos circadianos, así como para respetar períodos regulares y consistentes de ayuno.
Sin embargo, es un método que no ha sido suficientemente contrastado científicamente por lo que se desconocen sus riesgos. “En pacientes con patologías crónicas como la diabetes mellitus tipo 1 o en la insuficiencia renal crónica está contraindicado”, puntualiza la experta.
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