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Manifestantes del Movimiento Nacional Socialista, uno de los mayores grupos neonazis de EE UU, en una concentración en Draketown (Georgia), en 2018, en la que se temió que se produjera la violencia vivida en Charlottesville (Virginia).
Manifestantes del Movimiento Nacional Socialista, uno de los mayores grupos neonazis de EE UU, en una concentración en Draketown (Georgia), en 2018, en la que se temió que se produjera la violencia vivida en Charlottesville (Virginia).Spencer Platt (GettyImages)

Un jurado federal de Charlottesville, en el Estado de Virginia, ha declarado este martes culpables de conspiración civil, según la ley de la entidad, a los conocidos supremacistas blancos Richard Spencer, Jason Kessler y Christopher Cantwell, además de otras 14 personas. Todas ellas estuvieron involucradas en una confabulación en la que participaron cientos de supremacistas blancos en agosto de 2017, que derivó en disturbios raciales que ocasionaron la muerte de una mujer de 32 años, arrollada por un neonazi de 20, que condujo su coche contra la multitud antifascista que rechazaba la presencia de los ultraderechistas.

El jurado fue incapaz de lograr una resolución en dos de los tres cargos que pesaban sobre los acusados que participaron en la manifestación de Unite the Right en el verano de 2017. En lo que sí estuvo de acuerdo el jurado fue en otorgar 26 millones de dólares para las víctimas. James Fields, el autodenominado neonazi que atropelló a Heather Heyer y que fue declarado culpable de asesinato en primer grado en un juicio previo, es responsable de 14 de esos 26 millones.

Diecisiete personas y 10 organizaciones supremacistas blancas fueron demandadas civilmente por asistentes al mitin que argumentaban que sufrieron lesiones a consecuencia de lo sucedido, cuando salieron a protestar contra los supremacistas blancos que se oponían a que las autoridades retiraran las estatuas de Robert E. Lee y Thomas Jackson, dos generales del ejército confederado que se rebelaron contra Estados Unidos para defender el esclavismo provocando la Guerra Civil. Los antifascistas defendían desmantelar los monumentos al considerarlos un legado esclavista. Los demandantes sostienen que los organizadores de la manifestación participaron en una conspiración y planearon aquella jornada violenta para iniciar una guerra racial y religiosa.

El jurado fue incapaz, sin embargo, de llegar a un veredicto sobre dos de las principales acusaciones: la de conspiración federal, que alegaba que los acusados conspiraron para cometer actos de violencia por motivos raciales, y la de que los acusados tenían conocimiento de una conspiración y no la evitaron.

En declaraciones a la cadena CNN, Joshua Smith, el abogado que representaba a los tres principales acusados, advertía antes de conocerse el veredicto de que se trataba de una situación con “mucha carga política”. “Va a ser difícil lograr que 11 personas estén de acuerdo”. Para el letrado, el hecho de que el jurado haya sido incapaz de tener un fallo unánime en dos de los cargos es “una victoria”. Las abogadas de los demandantes, Roberta Kaplan y Karen Dunn, se mostraron satisfechas con el resultado del dictamen ya que consideraron que finalmente se había hecho justicia tras el horrible fin de semana de violencia e intimidación vivido en agosto de 2017″.

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