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Manuel Navarro, Director de Byte TI web windows 365 netflix

¿A cuántas plataformas de streaming estás suscrito? ¿Cuántas de ellas utilizas con frecuencia? Salvo si vives aislado, es imposible seguir todo el contenido que hay en ellas por lo que empiezan a ser muchas las voces que ponen en entredicho el modelo de negocio de todas ellas. Sobre todo el de una: Netflix. Fue la primera en ofertar un catálogo online que además era de calidad. Para ello, gastaba ingentes sumas de dinero de producciones lo que hizo que el número de suscriptores fuera incrementándose de forma sostenida. La pandemia hizo el resto: con medio mundo encerrado en sus casas, a la gente no les quedaba otra que ver series y películas. Pero ahora las personas quieren algo más que pasarse la vida delante de su smartTV.

Además a Netflix se le añade un problema que son matemáticas puras: lo que gana con las suscripciones no sirve para recuperar lo que gasta en los contenidos. Su modelo está en entredicho con el añadido de que también tiene que hacer frente a competidores que tienen mucho más dinero que ella como pueden ser Amazon o Disney.

Todo ello era algo ya conocido, pero el pasado 19 de abril se pulsó el botón nuclear: en el último trimestre la compañía no pudo conseguir más de 500.000 suscriptores en todo el mundo y sus previsiones apuntan a que en los próximos meses van a perder más. La consecuencia de ello es que las acciones de la compañía sufrieron un batacazo espectacular y en un sólo día la acción paso de valer 348 dólares a sólo 226. De ese impacto todavía no se ha recuperado y las acciones siguen bajando.

Lo que gana Netflix con las suscripciones no sirve para recuperar lo que gasta en los contenidos

Reed Hastings, presidente y uno de los fundadores de la compañía, se ha caído de su trono dorado y por una vez, en vez de vanagloriarse y reírse de sus competidores, no ha tenido más remedio que tomar decisiones: subir tarifas, establecer una estrategia para impedir las cuentas compartidas, reducir gastos elevados en la producción de contenidos y sí, también introducir publicidad en su servicio a cambio de suscripciones más baratas. Hastings se ha dado cuenta de que conseguir suscriptores nuevos ya no es una tarea sencilla y que sobrevaloró el mercado al que podía llegar. No, es imposible llegar a 1.000 millones de abonados y más en un entorno competitivo.

Lo que se preguntan los analistas es si estas futuras acciones que va a tomar la compañía podrán salvarla o por el contrario estamos ante el estadillo de la burbuja del streaming. Lo cierto es que reducir gasto, reduce la calidad y ahí no podrá competir con Disney o Amazon, que van sobrados de dinero. Insertar publicidad, puede suponer que aquellos que pagan la cuota completa se pasen al otro modelo, más barato, lo que tampoco redundaría en un aumento de ingresos. Lo mismo con las cuentas compartidas, ¿cuántos apostarán por ir a Netflix teniendo opciones más baratas y que tienen un buen contenido?

Netflix lo tiene, de esta forma, complicado. Pero una cosa es cierta: no hay sitio para tanta plataforma de pago y el sector tendrá que pasar por un periodo de transformación. Un periodo en el que todas las plataformas están mejor posicionadas que Netflix

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