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Las aves marinas son uno de los grupos de aves más amenazados a escala global y la depredación por especies introducidas, como gatos y ratas, es su principal amenaza. En las islas Canarias (España), gatos y ratas fueron introducidos en el siglo XV con la llegada de los europeos.

 

Gatos y ratas causan gran mortalidad entre las aves marinas (y otra fauna nativa) con importantes impactos en su demografía, pues pueden depredar sobre huevos, polluelos y adultos en grandes cantidades. Así la depredación por parte de las especies introducidas determina el área de cría de las aves marinas, relegándolas a lugares donde los depredadores no han sido introducidos. Estos lugares suelen ser roques marinos de pequeño tamaño donde la densidad de nidos puede ser muy alta.

 

En un estudio reciente, investigadores del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Grupo de Ornitología e Historia Natural de las islas Canarias (GOHNIC), y SEO/BirdLife visitaron todas las colonias conocidas de petrel de Bulwer de la isla de Tenerife, Canarias, gracias al proyecto INTERREG MAC LuMinAves de SEO/BirdLife.

 

Durante estas visitas, Airam Rodríguez (UAM), Beneharo Rodríguez (GOHNIC) y sus colegas determinaron la densidad de nidos del petrel de Bulwer (Bulweria bulwerii), un ave marina de pequeño tamaño (75-130 g) que nidifica en madrigueras o bajo piedras. Observaron que las variables que mejor explicaban la densidad de los nidos eran las relacionadas con la presencia de gatos y ratas. “De hecho, las mejores colonias se localizan en roques marinos donde estos depredadores no están presentes. Así, los roques marinos del norte de Tenerife constituyen un santuario para la especie (también para otras aves marinas) pues allí su principal amenaza (los depredadores introducidos) no incide sobre ellas”.

 

Nueva amenaza

 

Sin embargo, los investigadores observaron una nueva amenaza para las aves marinas en estos santuarios: la competencia por lugares de nidificación con palomas cimarronas (Columba livia). La competencia por los nidos con palomas fue la causa identificada más frecuente de fracaso reproductivo de los petreles (7,3%), seguida de la depredación de las ratas (6,3%).

 

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Una bandada de palomas. (Foto: Beneharo Rodríguez)

 

“Además, comparamos los nidos de petreles y palomas y encontramos un gran solapamiento de nicho de nidificación, es decir, los nidos de ambas especies son parecidos según las variables físicas estudiadas (profundidad, altura, anchura, etc.)”.

 

Las palomas cimarronas han incrementado en Canarias como consecuencia de los escapes de ejemplares provenientes de palomares (pues la colombofilia es una práctica muy arraigada en Canarias) y de la gran disponibilidad de alimento en granjas o zonas urbanas.

 

Al igual que los petreles, las palomas podrían beneficiarse de la ausencia de depredadores (gatos y ratas) en los roques, por lo que los usan masivamente para descansar y nidificar. Las palomas al ser de mayor tamaño (230-370 g) que los petreles podrían ganar las contiendas por los limitados lugares de nidificación disponibles en los roques.

 

“Nuestro estudio proporciona información sobre una amenaza, la competencia por nidos entre aves marinas y palomas cimarronas, que había sido pasada por alto en la literatura científica. Sin embargo, preguntamos a investigadores extranjeros y conseguimos compilar evidencias de competencia entre palomas y al menos 15 especies de aves marinas repartidas por todo el mundo. Esto hace pensar que el impacto es mucho mayor del imaginado, particularmente que si consideramos que las palomas pueden también afectar a la vegetación nativa por la acumulación de excrementos y transmitir enfermedades”, concluyen los investigadores.

 

El estudio se titula “Introduced predators and nest competitors shape distribution and breeding performance of seabirds: feral pigeons as a new threat”. Y se ha publicado en la revista académica Biological Invasions. (Fuente: UAM)

 

 

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