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Llevo muchos años siguiendo la política colombiana, soy español de origen y ostento la nacionalidad colombiana por adopción. Conozco la trayectoria política de Gustavo Petro, un personaje político con claroscuros, más oscuros que claros. Atrás queda, su más que cuestionable gestión en la Alcaldía de Bogotá, por lo que incluso por grave perjuicio al erario público de la ciudad, lo cual le valió ser inhabilitado como dirigente municipal, e incluso tuvo embargado todo tipo de ingresos durante largo tiempo.

Petro es el rey de las fake news, sus montajes en redes sociales para enaltecer aquello que le interesaba o desacreditar a sus oponentes han sido sonados, siendo la culminación de sus métodos de estrategia electoral más cuestionables, los famosos petrovideos, con los que enlodó con falsedades y guerra sucia a sus rivales electorales en los recientes comicios presidenciales. Todo ello aderezado junto a episodios turbulentos todavía no aclarados como la recepción de bolsas de basura, llenos de fajos de billetes, de dudosa procedencia, testimoniado con un vídeo y fotos de gran viralidad en redes sociales.

Sus críticas a España y a la Monarquía, a la que trata de colonialista y opresora, junto con su ensañamiento con la figura de la institución de la Corona, el Rey actual y el Emérito incluidos, han sido variadas. El hostigamiento hacia nuestro país, apoyando la retirada y caída vandálica de los vestigios de España en Colombia, aplaudiendo cuando no incitando y justificando la ejecución por las organizaciones indígenas de esos deleznables hechos, ha sido habitual. La única España que valora Petro es la de los postulados de Podemos, del Partido Comunista de España e Izquierda Unida, o la de un PSOE radicalizado de un Pedro Sánchez en caída libre, quien por cierto pronto visitará Colombia.

Nunca antes la espada de Bolívar formó parte de la simbología o las enseñas oficiales de Colombia… Es símbolo del M-19″

Por todo ello, era previsible, al menos para este humilde columnista, dada la personalidad egocéntrica, mesiánica, del presidente colombiano lo que vimos el 7 de agosto en su toma de posesión. El incidente de la famosa espada de Bolívar, depositada en la Casa de Nariño, de la cual por cierto se cuestiona su originalidad por los expertos, pues al parecer hay varias que se reconocen como auténticas, no fue algo circunstancial o fortuito, sino claramente premeditado. Son muchos los réditos políticos que Petro obtendrá de esta puesta en escena.

El presidente saliente, Iván Duque, se negó a que la espada bolivariana símbolo del M-19, estuviese presente en el acto, en un gesto similar al de Chávez en Venezuela. Duque ya sabía que, dada la personalidad megalómana y el carácter mitómano del dirigente izquierdista colombiano, iba a instrumentalizar el hecho en beneficio propio.

Ha sido evidente el homenaje y guiños permanentes que el propio Petro ha realizado en su toma de posesión al grupo terrorista M -19, al que perteneció. Además de la espada, símbolo del citado movimiento, había banderas del grupo terrorista por doquier en su posesión. La banda presidencial se la impuso una de las hijas de Carlos Pizarro, comandante en jefe del m-19, en lugar del presidente del Congreso, como es habitual. El acto se celebró a las puertas del Palacio de Justicia que el M-19 asedió junto al narcotraficante Pablo Escobar. Hubo una matanza que aún se recuerda. Petro llegó a estar preso cerca de dos años por su pertenencia a dicho grupo terrorista.

Con todos estos ingredientes, unido por la inesperada suspensión de los fastos para traer la espada a su presencia, sin avisar, sin estar en el protocolo, ni en el orden del día anunciado, no es raro que Su Majestad el Rey Felipe VI, permaneciera sentado al paso de un vestigio importante para Petro y su grupo terrorista, pero no oficialmente para Colombia. Hay que recordar que nunca antes dicha espada formó parte de la simbología o las enseñas oficiales de Colombia.

Más bien, todo este incidente se produce para ensalzar la vanidad de un Petro que aspira como Chávez a ser un nuevo sucesor de Simón Bolívar y a ganarse con fuertes dosis de populismo a su masa más radical, cuando no, alargar su mandato, hecho sobre el cual hay serias dudas.

En su visita a España Petro ya avisó a los empresarios que se iban a mirar con lupa sus contratos en vigor»

En realidad, no va a ser la última polémica populista y de provocación de Petro con España en el gobierno que ahora se inicia. Ya en su última visita a España, avisó a los empresarios españoles que se iban a mirar con lupa sus contratos en vigor en Colombia, a sabiendas de que es más partidario tener como socio de infraestructuras para su mandato a China, Rusia o Irán, con cuyo vicepresidente se reunió estos días su canciller, Álvaro Leyva. No sería raro el cálculo del nuevo Gobierno Petro de desplazar a España como uno de sus socios económicos preferenciales, de acuerdo a lo anunciado por él mismo hace unos meses.

No entiendo a aquellos, que han expresado al hilo de este incidente, que el Rey debería haberse levantado y saludar la presencia de un arma que per se tiene muchos significados y por cierto nada buenos, algunos aquí expuestos, para evitar problemas y por tanto seguir consintiendo y dando concesiones a los ataques de esta nueva izquierda, que ya da muestras que solo de populismo político, no viven sus pueblos (Cuba,Venezuela, Nicaragua, Perú, Chile, Argentina, etc.)  y que más que una solución, están agudizando más los problemas en lo económico y lo social.

Todo ello ayuda a entender que Gustavo Petro no va a ser un mandatario confiable para con España, en este futuro que se inicia, si sus aliados socialcomunistas aquí dejan de gobernar en 2023.

Deseo resaltar que en dicha toma de posesión congresistas afines al ex presidente Álvaro Uribe decidieron ausentarse del acto en clara oposición al circo que Petro estaba montando con el asunto de la espada. Con posterioridad voces muy autorizadas afines a Uribe como el ex vicepresidente de su Gobierno, Francisco Santos, criticó el acto y envió en sus redes sociales un mensaje de apoyo al Rey de España. También lo hicieron otras personalidades de la vida política, económica y social colombiana. Petro paraece que empieza a ignorar que representa a todos los colombianos y no solo al poco más de la mitad que lo votó. Hay otra mitad que entiende que su elección no es lo mejor para el futuro de Colombia.

Solo Podemos, el PCE y los independentistas, afines a la izquierda latinoamericana, han criticado feroz e injustificadamente al Rey Felipe VI»

En España, ni el PSOE, PP ni VOX han expresado crítica alguna al Monarca y solo Podemos, el PCE y los independentistas, todos ellos afines a la izquierda iberoamericana, posiblemente ante la perspectiva de buscar algunos nuevos asideros, si las urnas les dan la espalda en el futuro próximo, se han posicionado en criticar feroz e injustificadamente al Rey Felipe VI.

El Rey ha demostrado un gran talante y ha defendido a ultranza la España más iberoamericanista e inclusiva, ante el sectarismo bolivariano más casposo, que no dudó en homenajear públicamente al terrorismo y provocar con la Historia, intentando reescribirla, a una nación hermana, como España y todo ello con premeditación y alevosía.

Creo que tanta humillación de indigenistas y bolivarianos contra España, precisaba ya de un gesto de desaprobación, haya sido intencionado o casual, diciéndole indirectamente, en este caso a Petro, que su todo vale en política, con España tiene un límite.

Viendo lo que Petro está haciendo en sus inicios, nos preguntamos qué hará si le van mal las cosas y tiene que radicalizar su gobierno para justificar el incumplimiento de las ingentes promesas expresadas en su campaña presidencial.

¡Bien por Su Majestad!


Néstor Laso es abogado español con nacionalidad colombiana



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