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Redacción Madrid | La mañana del 28 de diciembre ha sido testigo de un paso más en la violencia contra el movimiento por la vivienda. Este ya está acostumbrado a ver a decenas de unidades de antidisturbios para desahuciar a personas que superan los 70 años y a la pasividad cotidiana de las administraciones públicas con las personas que no tienen un techo en el que dormir. Pero, hasta ahora, la piromanía no había estado en la lista de posibilidades.

Un edificio okupado en Collado Villalba ha sido incendiado. Nueve personas han acabado hospitalizadas y, si no hubiera sido por la rápida intervención de los bomberos, ahora mismo estaríamos lamentándonos por el fallecimiento de muchas de las decenas personas que vivían en ese inmueble. Tanto la Asamblea de Vivienda de Villalba como la policía científica apuntan a que el fuego ha sido intencionado, puesto que se han detectado varios focos sin ningún tipo de conexión entre ellos. ¿Por qué?

Este edificio –abandonado desde su construcción en 2008- fue okupado hace dos años. Pertenece a la SAREB, una entidad nacionalizada que rescató con fondos europeos a muchas cajas de ahorro quebradas mediante la compra de sus activos inmobiliarios. Ahora, el Estado ha decidido vender estos activos, y ha encomendado esa tarea a fondos de inversión privados. Es como poner al lobo a cuidar de las ovejas. Lo que hicieron las más de cien personas que okuparon el inmueble no es sino hacer justicia: devolver al pueblo lo que es suyo y darle una utilidad real como vivienda, lejos de la especulación. Mientras el Estado rescata económicamente una y otra vez a empresas y bancos, las clases populares nos tenemos que rescatar a nosotras mismas.

No es difícil pronosticar de qué lado se ha situado el Ayuntamiento de Villalba. Durante estos dos años, ha lanzado una campaña de criminalización y ataque de esta okupación, incluso aliándose con mafias de “desokupación” que sabemos que son medio de actuación y refugio para grupos nazis. Su negativa a intentar regularizar la situación de las decenas de personas que viven en el inmueble a través de una negociación con SAREB se suma a que, ahora, no están ofreciendo ninguna alternativa habitacional a estas personas. Van a dormir en la calle después de que su vida haya sido consumida por las llamas y el Ayuntamiento mira hacia otro lado.

Convocatoria de movilización en repulsa al incendio provocado.

Desde la Asamblea de Vivienda de Villalba condenan este atentado –no se puede llamar de otra manera- y señalan a las instituciones que aseguran las ganancias de los especuladores; a los bancos, inmobiliarias y constructoras que desahucian familias; a los medios que mienten sobre la okupación; a las empresas de alarmas y seguridad que necesitan crear un clima de inseguridad para ser rentables; y a las mafias de desokupación, brazo ejecutor de los fondos buitre. No saben quién ha prendido la mecha, pero tienen muy claro quiénes son los responsables: Todos aquellos a los que les molesta un movimiento de vivienda fuerte y organizado que luche por el derecho universal a la vivienda, tomando si es necesario con sus propias manos los edificios de bancos y fondos de inversión. Les molestan quienes valientemente se organizan y ponen en práctica algo muy básico: Las viviendas son para para vivir en ellas. Las vecinas afectadas y la Asamblea de Vivienda de Villalba ya están organizando la recogida de materiales y alimentos urgentes, así como el apoyo económico y las necesidades que se prevén para los próximos días, como el apoyo psicológico a las víctimas del incendio o los productos de limpieza. Un ejemplo más de que sólo el pueblo salva al pueblo.




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