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Jadiyetu El Mohtar: “El abandono del Sahara forma parte de la historia negra de España”

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Jadiyetu El Mohtar: “El abandono del Sahara forma parte de la historia negra de España”

Jadiyetu El Mohtar: “El abandono del Sahara forma parte de la historia negra de España”

by Crónica Pupular • 20 septiembre, 2020 • 0 Comments

Taleb Alisalem||

Periodista||

https://www.ecsaharaui.com/ El Confidencial Saharaui (ECS), 19 de septiembre de 2020.

Jadiyetu El Mohtar Sidahmed nació en la ciudad de Villa Cisneros, Dajla, en el Sáhara Occidental. Jadiyetu es una periodista, profesora y activista saharaui con una larga trayectoria de lucha y activismo, es miembro desde 1985 de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis (UNMS) y forma parte de la Delegación del Frente Polisario en España.
También ejerce como representante y miembro del aparato diplomático saharaui que recorre el mundo sensibilizando sobre esta causa y llevando la voz del pueblo saharaui a los foros internacionales en todas las partes del mundo.
Ejerció la docencia, desde 1978 a 1985, en la escuela Sidi Brahim Basiri en la Wilaya de Auserd de los campos de refugiados saharauis (Tinduf) y es una de las pioneras en el fomento de la lengua de Cervantes en los campamentos de refugiados saharauis.
Fue la voz del Sahara Libre a través de la Radio Nacional de la República Árabe Saharaui Democrática (noviembre 1975 hasta febrero 1977), que emitía sus programas en lengua castellana desde las zonas liberadas durante el colonialismo español.

Estudió traducción e interpretación en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid, España) y desempeña una gran labor en las campañas diplomáticas para conseguir apoyos políticos y humanitarios a favor de la causa saharaui.
Uno de los episodios más sonados que ha vivido esta extraordinaria mujer fue el 9 de septiembre de 2017 cuando fue retenida diecisiete días en el aeropuerto internacional de Lima a la espera de que Perú autorizara su entrada tras un incidente diplomático donde el lobby marroquí presionó a este país para que denegara la entrada de Jadiyetu a Perú en un viaje oficial para establecer relaciones entre Perú y el Sáhara Occidental.
Jadiyetu es mujer, es saharaui, es madre, es activista, es política, es constancia y determinación. Hoy, nuestra entrevista y nuestro homenaje es para Jadiyetu El Mohtar Sidahmed.
Siendo miembro del movimiento político organizado saharaui al que te uniste muy joven y al cual has aportado, y lo sigues haciendo de forma activa, me gustaría saber ¿A qué edad y cuál fue el principal motivo por el cual te uniste a las filas del Frente Polisario?

En primer lugar, doy las gracias a El Confidencial Saharaui por dar visibilidad una vez más a nuestra lucha, y especialmente a la lucha de muchas personas que estamos dando voz a esta causa y a las que de alguna manera estamos en primera línea de lucha en estos difíciles tiempos de pandemia y de bloqueo mediático que sufre especialmente la causa saharaui.
En respuesta a tu pregunta he de decir que los saharauis nos unimos al Frente Polisario de forma natural y totalmente altruista sin entender realmente la dimensión de nuestra aportación a la lucha por la liberación del colonialismo.
La respuesta fue una respuesta del pueblo saharaui en su conjunto, una respuesta unánime a la llamada de iniciar la lucha por los derechos inalienables del pueblo saharaui en una etapa en la que todos los pueblos de África estaban reivindicando su autodeterminación y su independencia a las metrópolis que colonizaban sus territorios. El pueblo saharaui, por desgracia, fue el último en reivindicar este derecho debido a la peculiaridad de la colonización española que no tenía una presencia muy llamativa en el territorio, pues, de algún modo había respetado las costumbres y tradiciones del pueblo saharaui. Tampoco había un intercambio profundo cultural o político que pudiera contar esa colonización. Por lo tanto, cuando el Frente Polisario reivindicaba la independencia, el pueblo saharaui en su conjunto y los jóvenes especialmente abrazamos esa idea de reivindicar nuestro derecho a la autodeterminación.
Yo personalmente me uní al Frente Polisario a una edad muy temprana, a los 13 o 14 años. En esa época, estaba estudiando en un internado y un grupo de compañeras decidimos unirnos a este movimiento saharaui ya que éramos personas con una cierta formación y cultura y queríamos aportar a este nuevo movimiento saharaui pero para nada éramos conscientes del papel que íbamos a ocupar más tarde ni de cómo se iban a desarrollar las cosas.
Me gustaría aclarar respecto a esta pregunta, que siempre se nos hace, que el Frente Polisario no es un partido político, ni una corriente política ni tampoco una opción: el Frente Polisario es un instrumento para alcanzar los anhelos y objetivos que persigue el pueblo saharaui, que es la libertad. Por lo tanto, el Frente Polisario es un movimiento popular, nacional, en el que todos los saharauis nos sentimos identificados hasta que consigamos nuestra independencia. Después, este movimiento podría convertirse en uno o varios partidos políticos o desaparecer y quedar en los libros de historia como el movimiento social que ha conseguido liberar al pueblo saharaui y entregarle la independencia. Pero, hoy por hoy el Polisario no es una opción: todos los saharauis somos Frente Polisario.
Me gustaría volver a tus inicios. ¿Cómo fueron aquellos años, los comienzos, la guerra, el exilio…? ¿Qué recuerdos tiene Jadiyetu de esa época?
La verdad es que el abandono de España al territorio saharaui ha marcado la vida de muchísimos saharauis; teníamos plena confianza en que nuestras reivindicaciones pacificas iban a tener una respuesta pacífica y justa. El pueblo saharaui es un pueblo pequeño, un pueblo pacífico y tiene lazos culturales con el pueblo español. No esperábamos que España nos traicionara y nos vendiera a Marruecos de esa forma. Fue frustrante no solo para nosotros sino también para muchos españoles que, en aquella época, estaban muy cerca del Sahara y los saharauis. Este abandono forma parte de la historia negra de España.
Los primeros años fueron duros porque fueron años de éxodo masivo, de guerra, de separación de familias. Llegamos a un territorio totalmente inhóspito como es el desierto de la Hamada, al sur de Argelia, donde llegamos como refugiados sufriendo en el camino de la huida de bombardeos de la aviación marroquí donde murió muchísima gente.
En aquellos años, el futuro era incierto y los saharauis tuvimos que hacer todo lo posible para sobrevivir a un intento de exterminio de una población pequeña, sin un ejército realmente preparado y sin tampoco poder quedarse en sus territorios. Fueron años muy duros en los que las mujeres optamos por la retaguardia, por construir y organizar los campamentos de refugiados, construimos escuelas y hospitales. Fue una contienda general en la que las mujeres se pusieron las botas y trabajaron con ahínco, con determinación, con tesón y con un pundonor realmente increíble.
Yo creo que las mujeres saharauis fuimos quienes realmente le dimos significado y dimensión a la palabra sororidad.
En aquella época, los primeros años de exilio, yo, como cualquier mujer saharaui, pasé por diferentes etapas en el proceso de creación y construcción de los campamentos de refugiados saharauis, desde hacer ladrillos de adobe para la construcción de colegios y hospitales, hasta el reparto y distribución de alimentos, trabajé también en los centros de salud, trabajé en la radio nacional saharaui como locutora en castellano… Con esto quiero decir que hemos tenido que hacer de todo sin tener ni la mínima experiencia, pero, hoy por hoy, es un bagaje de gran valor para las mujeres saharauis.
Ya el año 1985 fue cuando realmente comencé a trabajar en la parte meramente política al incorporarme a la ejecutiva de la Unión Nacional de Mujeres Saharauis tras su primer congreso ese mismo año.

Teniendo en cuenta este papel indiscutible que tuvo la mujer saharaui en la construcción de la república y tu aporte a la revolución de la que, sin duda, formaste parte, aparte de la lucha por la independencia y contra la ocupación marroquí, me gustaría saber si también había un sentimiento feminista entre las mujeres saharauis en aquella época y si hubo dificultad en la conquista de ciertos derechos en una sociedad que, hasta cierto punto, es conservadora
Creo que las mujeres saharauis estábamos haciendo feminismo sin darnos cuenta. Realmente, solo teníamos que concienciarnos de que estábamos asentando las bases del feminismo en una sociedad que estaba y sigue luchando por lo más fundamental que es su territorio y la vuelta a su país en unas condiciones de libertad y de paz.
Nuestro trabajo como mujeres saharauis no solo fue luchar por conseguir la libertad y la independencia del pueblo saharaui de forma pacífica, sino que también fue un trabajo por concienciar y educar a la sociedad saharaui en la igualdad y la tolerancia.
Creo que, en un Sahara Occidental independiente, las mujeres saharauis serán un modelo de feminismo árabe, musulmán y también occidental porque las mujeres saharauis con su secularidad, con su ahínco y con la larga experiencia que han tenido en estas cuatro décadas de lucha y de resistencia han asentado las bases de un feminismo que no tiene color, ni etiquetas, en un momento donde se está fraccionando el feminismo en diferentes tipos, feminismo blanco, feminismo decolonial, feminismo islámico… Pero nosotras, las mujeres saharauis, hemos sentado las bases de un feminismo neutro que vale para todas, no queremos marcar nuestro feminismo como islámico, africano, ni como europeo o blanco; simplemente, defendemos un feminismo que respete la identidad y lucha contra aquello que obstaculice el avance de la lucha de las mujeres por sus derechos.
El feminismo saharaui ha tenido muchos logros. Por ejemplo, en muchos países avanzados hay movimientos feministas que consideran la lucha contra la violencia de género el grueso de sus reivindicaciones mientras que en la sociedad saharaui la violencia de género es un crimen que no solo está castigado por la ley, sino por la misma sociedad. Otro ejemplo que se puede considerar también un avance en la lucha feminista saharaui, es en relación a la tutela de los hijos: en cualquier caso de divorcio, la mujer saharaui tiene el derecho primordial de mantener la tutela de sus hijos. Estos logros y conquistas no hay que obviarlos.
Hay una nueva generación de mujeres saharauis, en su mayoría residentes en Europa, que abandera una lucha feminista alejada de lo que defiende la Unión Nacional de Mujeres Saharauis. ¿A qué crees que se debe esta discordancia? ¿Se debe, quizás, a un cambio generacional, de visión o perspectiva o, quizás, el punto de partida y el objetivo no es el mismo para estos dos movimientos?
Pienso que es una evolución totalmente natural el hecho de que surjan nuevos movimientos feministas radicales basándose en la cultura y el contexto geográfico donde se encuentran. Yo creo que la tolerancia del pueblo saharaui se entendería cuando se pueda aceptar este tipo de feminismos. Pero mi discrepancia con estos nuevos movimientos de feministas saharauis residentes en Europa es que, realmente, tienen poco o nulo conocimiento de la sociedad saharaui y su cultura. Hay que entender que son jóvenes que han crecido desde niños en Europa, en Occidente, y la influencia de este es evidente y palpable; esto no es malo cuando se entienda y se respete todo el esfuerzo de la lucha de las mujeres saharauis a lo largo de tantos años y que lo hacen desde dentro de la sociedad saharaui.
También creo que en el futuro tendremos otros movimientos feministas mucho más radicales que los actuales. Pero, como feminista saharaui que me baso en mi cultura, entiendo que no se puede exportar un feminismo desde fuera del contexto saharaui. Creo que el feminismo se construye desde dentro, desde abajo hacia arriba y no al contrario. Estos nuevos movimientos feministas tienen que entender que no pueden llevar ideas sin consensuar, sin aunar esfuerzos con el feminismo saharaui ya existente: si esto no ocurre, creo que será muy difícil que haya una conexión o un consenso.
Estamos trabajando para que se entienda esta idea y que nuestra lucha es única y el enemigo es uno: el sistema patriarcal. Pero tenemos que partir desde nuestro contexto cultural propio y no desde un contexto externo, porque, si no, estaríamos insertando unas ideas que pueden ser rechazadas por ese cuerpo feminista ya existente en nuestra sociedad.
Cambiando de tema, me gustaría saber, según tu punto de vista ¿en qué punto se encuentra la causa saharaui y hacia dónde se dirige?
Creo que el pueblo saharaui actualmente está en una bifurcación: o bien sigue esperando que las Naciones Unidas aplique sus resoluciones y lleve a cabo un referéndum, que nombre un enviado especial para la cuestión del Sahara Occidental, que reanude las negociaciones entre el Frente Polisario y Marruecos … mientras el pueblo saharaui sigue viviendo de la ayuda humanitaria en unos campamentos de refugiados totalmente adversos en tiempos de pandemia donde esta ayuda humanitaria escasea y donde los recursos sanitarios son escasos y donde la juventud está cada vez más harta de que Naciones Unidas no avance en la resolución de este conflicto, todo esto mientras en los territorios ocupados del Sahara occidental el saqueo de los recursos naturales es cada vez más impune y tiene la complicidad de las grandes potencias… O, bien, podría optar por otras vías de presión.
Quizás resulte contradictorio que yo como mujer que defiende la resistencia pacífica exija al Frente Polisario llevar otra forma de presión contra la ocupación marroquí, sé que suena contradictorio, pero estamos ya hartos, jóvenes y no tan jóvenes, porque han llevado al límite nuestra resistencia. Creo que los pueblos tienen que utilizar todos los mecanismos de lucha a su alcance para llegar a sus objetivos, sin descartar ninguno; es el único modo de mantener viva está causa.
Jadiyetu, tu activismo deja tras de sí una trayectoria de muchos años de lucha y esfuerzo, has ocupado varios cargos de importancia dentro de la organización política saharaui y también formas parte del aparato diplomático saharaui, estuviste en decenas de países, foros internacionales, asambleas populares, nombramientos presidenciales, congresos nacionales e internacionales… Después de tantos años, de tantos pasos y lucha constante, ¿cómo te sientes hoy? ¿Cuál es tu principal motivación para seguir este camino de lucha incansable?
Hace exactamente 7 años, un fotógrafo catalán organizó una exposición de fotografía bajo el título “Mujeres en resistencia” y a cada una se le pedía una frase que definiese su lucha. Yo recuerdo que la palabra que elegí fue compromiso. El compromiso es lo que me impulsa, lo que me mantiene y lo que me motiva, el compromiso con mi sociedad, el compromiso con mi pueblo y con nuestro derecho a vivir en nuestro territorio libre e independiente.
Yo siempre digo que no elegí nunca ser político, si yo hubiera podido estar en mi tierra, libre e independiente, sin colonialismo español ni ocupación marroquí, quizás habría elegido ser cualquier otra cosa que no sea político, como cualquier niña del mundo, pero, como muchos saharauis, estamos obligados a ser políticos de alguna manera. De hecho, no me considero realmente político, simplemente soy una mujer comprometida con su causa, con su pueblo y con su lucha.
En el año 2017 tuviste un percance del que los medios de comunicación internacionales se hicieron eco durante semanas, también hubo una gran campaña de apoyo solidario contigo, personalidades del cine, como Javier Bardem o Pedro Almodóvar, se sumaron a esta campaña tras ser retenida contra tu voluntad en el aeropuerto internacional de Lima, ¿qué pasó exactamente?
Lo que pasó exactamente es un cúmulo de casualidades. Yo fui designada como representante de la República Saharaui en el Perú, este país llevaba 21 años con las relaciones diplomáticas congeladas con la República Saharaui, no había relación diplomática y hacía años que no había ningún representante saharaui en este país. Al llegar a Perú, decidí iniciar las actividades que consideraba necesarias para la sensibilización sobre la lucha saharaui. En esa época, Marruecos había iniciado un despliegue presencial en América latina en forma de política muy agresiva en contra de los apoyos a la República Saharaui. El mecanismo marroquí consistía en el soborno a personalidades políticas, periodistas, intelectuales, gobiernos y partidos políticos con el objetivo de entorpecer los reconocimientos a la república saharaui y también para expulsar a los representantes saharauis en diferentes países de América latina.
Marruecos logró paralizar el reconocimiento República Árabe Saharaui Democrática por parte de Argentina, Brasil, o Chile sobornando a ministros y congresistas de diferentes países, y, por lo tanto, le llegó el turno al Perú, donde yo me encontraba y ya había comenzado mi trabajo diplomático viajando por todo el país y organizando diferentes actividades y foros.
El turno me llegó ya que todo lo que hacía en el Perú por sensibilizar sobre la causa saharaui molestaba a Marruecos y tenían que actuar presionando al gobierno peruano para mi expulsión que fue lo que llevó a mi retención en el aeropuerto de Lima.
Más tarde, también salió a la luz que el presidente del movimiento peruano solidario con el pueblo saharaui, en realidad trabajaba para los servicios secretos marroquíes; por eso digo que fue un cúmulo de cosas.
Pero, de esa experiencia, quiero resaltar la parte positiva, y es que ese incidente provocó una oleada de solidaridad con la mujer y la causa saharaui y también destapó la corrupción y la forma mafiosa de funcionar que tiene Marruecos para contrarrestar los esfuerzos saharauis.
Por último, me gustaría que lanzaras un mensaje a todo el que esté leyendo esta entrevista, al pueblo saharaui, a los jóvenes, a los solidarios y simpatizantes con nuestra causa…
Primero es un mensaje de gratitud a los solidarios, sé que no es fácil apoyar una causa de forma continua durante cuatro décadas, y me enorgullece el movimiento solidario organizado que apoya la causa saharaui. Eso nos anima a nosotros a seguir luchando y quisiera transmitirles un mensaje de optimismo, decirles a todos los solidarios con nuestra causa que el pueblo saharaui nunca escatimará ningún esfuerzo, ningún mecanismo de resistencia para reafirmar su derecho a la libertad y a la independencia.
Al pueblo saharaui quiero decirle que tenemos claro que no somos marroquíes, no somos mauritanos ni tampoco españoles, somos saharauis y tenemos el derecho a estar sobre nuestra tierra libre e independiente. La lucha sigue y seguirá hasta alcanzar nuestro principal objetivo. Si no lo conseguimos nosotros lo conseguirán nuestros hijos, o nuestros nietos, pero venceremos. Hasta la victoria siempre.