Juanma Tapia es uno de esos madrileños que se han enamorado de Asturias. Tanto que este artista multidisciplinar se ha comprado una casa en Tapia de Casariego y planea cerrar su estudio en Madrid y abrirlo en Asturias, aunque reconoce que «no es fácil cerrar un estudio y mucho menos aún abrir otro», pero seguro que lo hará.
Está enamorado de Asturias y más concretamente de Tapia pero no es de los que se quedan viendo pasar el verano sentado en el banco de la rula o en la playa del Murallón. En sus estancias asturianas guarda tiempo para recorrer el Principado y una de esas escapadas le llevó a las cuencas mineras.
Tapia no tiene ninguna vinculación con la minería «más allá del interés y de las lecturas» pero es una cultura que siempre que le ha llamado la atención.
Tras su visita a las cuencas del Caudal y del Nalón se le metió en la cabeza que tenía que hacer una escultura que fuese «una referencia o un homenaje a las gentes de la mina». Recordó que tenía unas maderas que había rescatado de algún lugar y se le vino a la mente la figura de los entibadores mineros. Ahí estaba. Así nació la obra «Homenaje a los entibadores mineros» que desde el miércoles y durante todo el trimestre estará instalada en la casa de cultura Teodoro Cuesta de Mieres.
La obra está compuesta por cuatro grandes piezas de madera en forma de arco, reforzadas con planchas de hierro y que pueden ser ensambladas por medio de varas de madera de distintos largos. Todas las piezas son móviles e independientes, por lo que los visitantes podrán montarlas y desmontarlas de tantas maneras y tantas veces como su imaginación y su creatividad les permitan. Se trata, por tanto, de una escultura que invita al espectador a interactuar con ella y a convertirse en creador activo.
Para facilitar el proceso las cuatro piezas están realizadas también a escala, en pequeño tamaño. Así, cada persona podrá proyectar con facilidad su escultura con esas pequeñas maderas antes de componerla con las piezas grandes; mientras unas estén haciendo su escultura, otras podrán estar diseñando la suya y de esta manera unas personas interactuarán con otras, y unas propuestas con otras y así sin solución de continuidad…
El artista va más allá de lo meramente expositivo. Busca la participación del visitante, despertar sus inquietudes y tal vez sus recuerdos de la mina.