Los recientes problemas alrededor del fútbol nacional son otro ejemplo de las arbitrariedades realizadas por las autoridades públicas; también sirven para ilustrar la situación del Estado de Derecho en El Salvador.

Primero, en su definición más simple, el Estado de Derecho es el respeto a las reglas aceptadas por la sociedad. Desde hace unos años, El Salvador vive un estado de permanente violación a algunas reglas establecidas en la Constitución y con una consecuente impunidad a nivel nacional. Por ejemplo, las detenciones ilegales de personas sin respeto al debido proceso, el atraso injustificado de pagos por el Gobierno y la elección inconstitucional de magistrados de la Corte Suprema de Justicia.

Las afectaciones al deporte más popular del país ocurren por el irrespeto a las obligaciones legales por una parte, previamente establecidas, y a las reglas de funcionamiento del fútbol profesional por otra parte.

Segundo, para asegurar el respeto al Estado de Derecho se distribuye el poder político entre varias instituciones. Es así que, la independencia de la Fiscalía General de la República, los tribunales judiciales y las entidades del Ejecutivo busca evitar abusos como los que se vivían en el pasado, y generar contrapesos que aseguren el respeto a las reglas.

Desde 2021, El Salvador vive una concentración extrema de poder político bajo un mismo grupo partidario y ha eliminado la autonomía de la Fiscalía y la independencia judicial. Por ello, ante la decisión política de una entidad del Ejecutivo no hubo una valoración jurídica independiente que atempere los arrebatos y las ansias exageradas de poder, y mucho menos, asegure el respeto a la Constitución. La misma dinámica de actuación arbitraria con las finanzas públicas o la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia del pasado, hoy fueron aplicadas al fútbol nacional.

Tercero, la violación al Estado de Derecho genera consecuencias nacionales e internacionales. Es así que, las decisiones y actuaciones de las autoridades son controladas por los tribunales judiciales nacionales; sin embargo, estos tribunales dejan de ser creíbles en un contexto de control de las instituciones e impunidad generalizada. El siguiente proceso es solicitar el control de las actuaciones de las autoridades en foros internacionales.

En el caso del fútbol profesional, la entidad internacional es la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), y la posible consecuencia ante la arbitrariedad de las autoridades del Gobierno de El Salvador es la suspensión de las selecciones y equipos salvadoreños de las competencias internacionales. Estas acciones tienen graves consecuencias en las selecciones nacionales, así como a los equipos profesionales, los jugadores y sus familias, y en general a todas las familias salvadoreñas aficionadas al deporte.

Desde el Centro de Estudios Jurídicos hacemos un llamado a todos los involucrados a respetar el Estado de Derecho del fútbol profesional, para que el respeto a las reglas nos permita seguir participando en las competiciones internacionales. Asimismo, invitamos a la población a continuar defendiendo el respeto a las reglas del deporte, y ampliarlo a las reglas de la Constitución.

Así como en el deporte, el trabajo ordenado, profesional y constante permite asistir a una nueva edición del torneo mundial de fútbol profesional; también el respeto al Estado de Derecho es esencial para alcanzar la prosperidad y bienestar para todas las familias salvadoreñas.

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Tags:

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