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La decisión de incluir en la nueva bandera de la localidad granadina de Guadix un yugo de oro entrelazado con una cuerda y un haz de siete flechas de oros, ambos flanqueados por dos ramas de laurel sobre un fondo carmesí y blanco, ha generado una controversia social y política. Izquierda Unida y las asociaciones memorialistas andaluzas alegan que supone la adopción de “símbolos franquistas” en lo que consideran un “insulto a las víctimas de la dictadura y sus familiares”, que incumple la Ley de Memoria Histórica. Por contra, un informe histórico para la definición y adopción de bandera para esta ciudad de 18.700 habitantes, que su Ayuntamiento encargó a un grupo de expertos en septiembre de 2020, argumenta: “El diseño de toda bandera debe estar presidido por un principio básico como es su distinción, considerando esta como la propiedad inmanente mediante la cual la ciudad a la que el símbolo pertenece sea identificada de manera automática por quien la contempla”. El resultado, aprobado el pasado 27 de julio, ha provocado el efecto contrario.

El alcalde de Guadix, el popular Jesús Lorente, en sintonía con el informe encargado, insiste en circunscribir el yugo y las flechas en el contexto histórico de los Reyes Católicos que entregaron estandartes similares a otras ciudades del reino de Granada, entre ellas Málaga o Marbella. “Si hay otras interpretaciones que quieren ver una simbología franquista, esta es una sociedad libre: que las hagan, pero el pendón de la ciudad, el membrete o el atril donde los portavoces ofrecen ruedas de prensa también tienen el yugo y las flechas”, señala a este diario. “Este elemento forma parte de la identidad material y simbólica de la ciudad”, se afirma en el informe.

“Guadix dispone de una simbología muy extensa, más allá de estos símbolos que, si bien pueden tener su origen en los Reyes Católicos, al haber sido utilizados por la Falange y luego la Dictadura, tienen una simbología que se identifica con el dolor, la tortura y el asesinato”, explica Manuel Ortiz, edil de IU en el consistorio de Guadix. En la misma línea, pero con términos incluso más duros, se enmarca el manifiesto que publicó esta semana la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica del Zenete y Comarca de Guadix y al que se han adherido las 40 asociaciones que forman parte de la Asamblea Memorialista de Andalucía. “Sin duda el yugo y las flechas satisface a quienes añoran la dictadura”, se indica en el comunicado.

Ortiz fue el único representante político del Ayuntamiento de Guadix que presentó alegaciones a la propuesta para la adopción de la bandera como símbolo municipal. Además de aludir al enorme rechazo que esa simbología suscita en buena parte de los accitanos, el edil de IU proponía buscar otros elementos diferenciadores y poner en marcha un proceso de participación ciudadana en la que otros profesionales pudieran aportar ideas. Finalmente, la propuesta se votó en el pleno con los votos a favor de PP y Ciudadanos, la abstención de Gana Guadix y los votos en contra de PSOE e IU.

Falta de transparencia y unanimidad

La falta de unanimidad y de transparencia en el proceso son criticadas y cuestionadas tanto desde el Grupo Memorialista Zenete como por Ortiz, que están buscando vías para evitar que el acuerdo llegue hasta el Gobierno andaluz, que es quien debe validar la bandera para que su uso sea efectivo. “Nosotros nos enteramos el sábado pasado de todo este proceso”, explica Jorge Fernández, portavoz de Zenete. “Cualquier bandera debe aprobarse con un consenso amplio, pero es imposible si cuenta con reminiscencias de un determinado pasado”, abunda. Desde la asociación están estudiando la posibilidad de presentar algún tipo de alegación una vez que el acuerdo llegue a la Junta de Andalucía. A Ortiz, desde el Ayuntamiento, le han comunicado que la única opción es un recurso por la vía contencioso-administrativa. “Lo estamos estudiando”, sostiene. Ortiz denuncia que cuando el alcalde citó a los grupos parlamentarios en marzo se les presentó ya el informe encargado al comité de expertos. “No se nos informó ni de la intención de encargarlo o de por qué se ha elegido a esos miembros o no se recabaron más propuestas”, alega el edil.

Lorente explica que en el comité de expertos, formado por ocho personas, hay profesionales del arte, profesores de historia, arquitectos… “Se primó sobre todo que fuera accitanos y se comprometieron a hacerlo de manera gratuita”, abunda. Uno de los redactores del informe es Santiago Pérez López, diputado del PP y antiguo alcalde de Guadix, doctor en Historia por la Universidad de Granada y que acaba de publicar Terror Rojo en la provincia de Granada, 1936-1939. “Para aprobar la bandera se necesita la mayoría absoluta y en el Ayuntamiento hay 17 ediles y la apoyaron 10, y hubo un plazo de 20 días que se publicitó por radios y televisiones. Solo se presentaron dos alegaciones y tres propuestas”, se defiende el regidor.

Aunque en el informe se hace mención a simbología de la época romana, entre ella la hoja de laurel que consta en el escudo de la bandera, o de la nazarí y almohade, en alusión a los colores grana y blanco del fondo, la mayor parte del informe se ciñe en justificar el uso del yugo y las flechas. “Desde la primera a la última palabra parece querer justificar estos símbolos”, sostiene Rafael Gil Bracero, profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada y presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica. “Se podrían haber utilizado otros símbolos referentes a la época romana o griega, o incluso al siglo XVIII”, alega. “El yugo y la flecha están reconocidos con rigor y son un símbolo histórico de Guadix, pero lo que se denuncia es la utilización torticera con intereses políticos para evitar que desaparezca un símbolo que pueda dar paz y tranquilidad a los añorantes del Franquismo”, sostiene Gil Bracero.

El profesor recuerda que en su calidad de historiador y de miembro de una asociación memorialista participó en 2015 en el asesoramiento para la eliminación de un símbolo de la dictadura en Guadix y también participó en los trabajos de exhumación de una fosa común en esa localidad con más de 150 personas. “Esta propuesta va a servir para desunir mucho más”, aventura.

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