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El Tribunal de Apelación de Bruselas ha reconocido este jueves el título de princesa a Delphine Boël, hija ilegítima del rey emérito Alberto II de los Belgas, según han informado medios locales que citan a los abogados de la artista, poniendo fin así a una larga batalla judicial que se remonta a 2013.
Las pruebas de ADN a las que se sometió el rey emérito confirmaron en enero de este año que es el padre biológico de Boël, quien a partir de este jueves será considerada como princesa de Bélgica y podrá utilizar, al igual que sus hijos, el apellido de la familia real: Sajonia-Coburgo Gotha.
«Delphine de Sajonia-Coburgo Gotha ha tomado nota de la sentencia del 1 de octubre por parte del Tribunal de Apelación que es plenamente satisfactoria. Sus otras demandas para que sea tratada igual que sus hermanos y su hermana también han sido satisfechas», ha informado su equipo de abogados en un comunicado recogido por la cadena RTBF.
«Celebra esta decisión de justicia que pone fin a un largo procedimiento particularmente doloroso para ella y su familia. Una victoria judicial nunca remplazará el amor de un padre pero ofrece un sentimiento de justicia, reforzado todavía más por el hecho de que muchos niños que han pasado por las mismas dificultades puedan encontrar la fuerza para afrontarlas», continúa el texto.
En noviembre de 2018, la Justicia determinó que la mujer que reclama desde hace años en los tribunales ser hija, fruto de una relación extramatrimonial, de Alberto II no es hija del que figura como su padre biológico, Jacques Boël, y dio un plazo de tres meses al padre del actual soberano belga para someterse a la prueba de ADN.
En 2013, Jacques Boël ya se sometió a una prueba de paternidad con la que se concluyó que Delphine no era su descendiente, pero los tribunales le consideraron padre legal. Esta decisión fue recurrida por la afectada y es este expediente el que seguía abierto.
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