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La creación de memoria es un proceso que involucra a todos los sentidos. Por eso las tres salas de Casa de América que componen Recordar es Resistir. Archivo en Construcción están pobladas por proyecciones, piezas de sonido, animaciones, textos o dibujos. La muestra es una búsqueda de expresiones que se construyen frente a políticas autoritarias y que, valiéndose del caso concreto de la historia reciente de Nicaragua, reflexionan sobre la construcción de una memoria colectiva independiente de las narrativas ideológica u oficialmente impuestas. El proyecto es fruto del Colectivo Tríptico, formado por jóvenes nicaragüenses que hacen parte de la diáspora del país centroamericano que se ha producido en los últimos años. Su misión, en última instancia, es dar pie a un diálogo transatlántico, donde cada uno aporte con sus experiencias históricas propias, para pensar un mundo más diverso, al margen de una dicotomía ideológica que creen anacrónica, pero que se apropia de todos los debates.

La exposición surgió como una continuación del primer proyecto del colectivo. En el 2018, en medio de la crisis sociopolítica que azotó al país, estos nicaragüenses radicados en Europa —dos de ellos en Alemania y la tercera en España— aprovecharon su plataforma dentro del mundo de la cultura y lanzaron una convocatoria a través de una página web para armar una muestra de protesta ante la represión que se vivía en aquel momento en Nicaragua. Recibieron alrededor de 200 obras de distintos tipos en dos semanas. Con una selección de ese material se hizo la primera exposición del grupo, Miradas de Resistencia, que terminó viajando por varias ciudades de Europa, denunciando a través del arte contemporáneo la brutalidad de un régimen autoritario en ocasiones opacado por la actualidad de otros países de la región que reciben mayor atención internacional.

En primer plano la pieza de 'Dibujitxs Rojitxs' que es una irónica simulación de un videojuego con personajes históricos de Nicaragua. En el fondo, una proyección de escenas en las que la artista deambula por las calles sobre los colores que han definido la nación ideológicamente
En primer plano la pieza de ‘Dibujitxs Rojitxs’ que es una irónica simulación de un videojuego con personajes históricos de Nicaragua. En el fondo, una proyección de escenas en las que la artista deambula por las calles sobre los colores que han definido la nación ideológicamenteCASA DE AMÉRICA

Por los temas que tocan, todo lo hacen desde el anonimato. Tanto el colectivo como muchos de los artistas mantienen secretas sus identidades ante la posibilidad real de represalias contra ellos o sus familias. Esta también es una de las razones por las cuales no se menciona explícitamente al país a lo largo de la exposición, pero no es la única. “El proyecto va de construir memoria frente a política autoritaria, a una ‘narrativa oficial’, algo que va más allá de territorios o de ideologías. Entonces pensamos que si poníamos Nicaragua de primeras, sobre todo aquí con la concepción de Nicaragua que se tiene, el mensaje se podía perder en esos prejuicios”, explica uno de los miembros del colectivo. Por lo tanto, independientemente del origen del visitante, dentro de las salas es posible relacionar lo que se refleja en las obras con su contexto local o vivencias personales.

Pero no es tarea fácil despolitizar un tema que suele estar tan cargado ideológicamente. En España la construcción de memoria histórica ha sido un reclamo tradicionalmente de la izquierda, pero eso no quiere decir que siempre sea así. El caso del Colectivo Tríptico, visto estrictamente desde una visión dogmática, como la del oficialismo de su país, se tildaría como una memoria de derechas, desacreditando esas voces de resistencia. Sin embargo, estas etiquetas son las que buscan evitar, incluso trascender, pues consideran que lastran el proceso orgánico, desfigurando el cúmulo de vivencias individuales y produciendo una memoria histórica ficticia y estéril. “Nosotros nos posicionamos contra el autoritarismo y por eso recurrimos a la memoria colectiva, como concepto anterior a la política; como una colección emergente y vulnerable de todo lo que anda en un país, de todas las historias, los chismes, los chistes, las expresiones artísticas que florecen y se resisten a ser manipuladas por fuerzas mayores sin importar su tendencia ideológica”, sentencia otro de los miembros de Tríptico.

Obra de Gustavo Ayón, quién se apropia de la Constitución a través de la superposición de imágenes para ofrecer una lectura irónica y crítica de la misma
Obra de Gustavo Ayón, quién se apropia de la Constitución a través de la superposición de imágenes para ofrecer una lectura irónica y crítica de la mismaCASA DE AMÉRICA

Las tres salas que componen la exposición mezclan los formatos con el objetivo de demostrar que la memoria colectiva se manifiesta de muchas maneras. En la planta baja de la Galería Torres García de Casa de América se proyectan dos cortometrajes y una instalación. La sala aborda el entramado de violencia, dolor y trauma desde la sensibilidad de la metáfora y la cercanía de lo afectivo. La segunda sala, pone el foco sobre las calles con piezas auditivas y una proyección de grafitis. Se busca representar la manera en que el espacio público es lienzo y un lugar para la expresión anónima y reivindicativa. La tercera es la más prepositiva. En ella, las piezas, a través de la ironía, la cultura pop y la reapropiación de símbolos, demuestran cómo se puede construir una memoria propia, lejos de las definiciones estáticas que los autoritarismos buscan imponer.

El recorrido termina con una serie de preguntas que se hacen al visitante. “Es una especie de bonus track. Dejamos esas preguntas abiertas para crear diálogos y buscar algún tipo de reflexión conjunta, en vez de pretender tener las respuestas”, explica uno de los tres del colectivo. Siguiendo esa línea el proyecto también incluye otras actividades. En las próximas semanas anunciarán una charla online -que se podrá seguir en streaming desde cualquier parte del mundo- entre dos artistas de la muestra, un historiador y una antropóloga visual. Además, tienen la intención de cerrar la exposición con una performance en el auditorio de Casa de América. Para los miembros del colectivo todo esto es una oportunidad de expresarse, un reclamo a construir su propia narrativa en el espacio que han tenido el privilegio de recibir; y aunque la reflexión es amplia, no cabe duda de que lo que buscan es un futuro que el autoritarismo del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, les niega una y otra vez.

Recordar es Resistir. Archivo en Construcción se podrá visitar de manera gratuita en la Galería Torres García de Casa de América (Plaza Cibeles) hasta el 26 de mayo de lunes a viernes de 11.00 a 19.30 y sábados de 11.00 a 15.00; los domingos y festivos está cerrado.

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