La ministra del Interior británica encadena una nueva polémica a cuenta de una infracción de tráfico

MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) –

La ministra del Interior de Reino Unido, Suella Braverman, se ha visto envuelta en las últimas horas en una nueva polémica a cuenta de una supuesta violación del código de conducta ministerial por intentar evitar un cursillo de formación de tráfico, tras superar el pasado verano los límites de velocidad, si bien por ahora el Gobierno ha evitado hablar de posibles ceses o dimisiones, como reclaman ya desde la oposición.

Braverman ha alegado este lunes, en declaraciones a Sky News, que no hubo «nada inapropiado», mientras que el primer ministro, Rishi Sunak, se ha limitado a pedir un informe ético sobre el caso, después de pasar de puntillas al término de la reunión del G7 en Japón alegando que no estaba al tanto de todos los detalles.

Downing Street sí ha enfatizado que Sunak «por supuesto» respalda a su ministra, que llegó a dimitir del Gobierno en la etapa de Liz Truss alegando un supuesto error en el envío de información oficial. La reforma migratoria que ultima el Ejecutivo, con medidas como la que contempla deportaciones a Ruanda, ha convertido a Braverman en una de las figuras más cuestionadas del gabinete.

La última polémica, desvelada por el ‘Sunday Times’, se remonta al verano de 2022, cuando Braverman incumplió los límites de velocidad a las afueras de Londres. Para evitar el pago la multa, la administración plantea para los conductores cursillos de formación, pero la ministra, que por entonces era fiscal general de Reino Unido, intentó pactar clases privadas a medida para evitar la exposición pública.

Inicialmente, lo intentó por su cuenta, pero tras una primera negativa le encargó a un asesor que intercediese. Braverman terminó abonando la multa y perdiendo los correspondientes puntos de carné, como ha recordado ella misma en sus primeras declaraciones públicas sobre este caso, en las que ha dicho estar «centrada» en cumplir su actual labor política.

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, considera en cambio que sí se produjo algo «inapropiado», por lo que ha reclamado una «investigación completa». «La consecuencia habitual de violar el código ministerial es irse», ha sugerido el principal representante de la oposición, según la BBC.