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Iosu del Moral | Es indignante que las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio, el SAD, sean sistemáticamente ninguneadas por aquellas empresas privadas que gestionan su actividad. Buitres que solo tratan de obtener el máximo beneficio económico posible en vez de asegurar a quienes desempeñan ese tipo de trabajo, unas buenas condiciones para que puedan ofrecer un buen servicio a los usuarios del mismo.

Mientras tanto, vemos como unas instituciones, aquellas cómplices de esta situación, primeramente por ejecutar la privatización del sector y más tarde por dejar a estas personas en manos de estos empresarios carroñeros, no hacen absolutamente nada por revertir esta realidad. No olvidemos que estamos hablando de un servicio tan básico para todo el mundo como los cuidados, además con el agravante de desempeñar una asistencia domiciliaria durante una pandemia. Algo tan fundamental como los cuidados de todas las personas no se puede permitir que termine en manos de la bazofia especuladora.

Uno no puede sentir sino la más absoluta de las rabias cuando escucha, de boca de una de las trabajadoras del SAD, Eider Borrego, las condiciones de trabajo a las que se ven abocadas, por realizar una labor como ella misma nos la define y redacta en la siguiente entrevista, ESENCIAL, en mayúsculas. No cabe duda, Eider, que vuestro trabajo es verdaderamente mayúsculo y que las condiciones que reivindicáis tantas veces en las calles, debieran ser una prioridad absoluta para nuestros gobernantes.

Eider, además de ser delegada sindical de ELA, es una de tantas compañeras que el otro día salieron a las calles de Euskal Herria a defender sus derechos y a exigir a los responsables políticos, dignidad para poder realizar su trabajo.

 

¿Cuál es la situación general del Servicio de Ayuda a Domicilio/SAD en Euskal Herria?

La situación es de total precariedad, la gran mayoría somos mujeres con contratos de pocas horas que nos van regularizando según el trabajo de cada mes, sin garantía de horas y privatizando cada vez más el servicio, sin saber lo que vamos a trabajar cada mes y sin saber lo que vamos a cobrar.

Además, los pliegos salen cada cuatro años, se presentan empresas cada una ofreciendo servicios más baratos a costa de precarizar más nuestros sueldos y nuestras condiciones de trabajo.

 

¿Qué cambios ha traído con sigo para el desempeño de vuestra actividad laboral la pandemia del COVID-19?

Los cambios que ha traído el COVID-19 han sido sobre todo en las jornadas de trabajo. Como cada mes nos regularizan las horas, estos meses que muchos usuarios por miedo al contagio han suspendido servicios a las auxiliares, no se les ha regularizado su jornada y en consecuencia ha habido unos sueldos mínimos por esa escasez. De contratos de jornadas de doce horas a cuatro horas por mes, se ha convertido en una situación aún más precaria y en peores condiciones, sin poder garantizar un sueldo digno.

 

¿Habéis recibido algún tipo de apoyo por parte de las instituciones?

La verdad que los primeros meses de la pandemia fueron un descontrol por parte de ayuntamiento. Sí hemos recibido algún apoyo, pero no el suficiente como para presionar a la empresa que gestiona el SAD, ya que ésta no nos ha dado ningún apoyo, ni ninguna respuesta a las dudas y problemas que nos iban surgiendo en durante el estado de alarma. Estando prohibido estar en la calle, nosotras seguimos atendiendo a usuarios con muchas de las auxiliares tenían que esperar en la calle por haber perdido horas de trabajo. Mientras tanto las instituciones y la empresa sin darnos ninguna solución.

 

¿De qué manera os estáis organizando las trabajadoras del SAD?

Nos organizamos como podemos, al ser un sector que trabajamos de forma individual en casa del usuario, a penas nos conocemos. Tratamos de organizamos para vernos en asambleas Y movilizaciones, aunque en este estado de pandemia, está siendo mucho más difícil el poder reivindicar que el SAD es un servicio ESENCIAL.

 

¿Cuáles son las principales reivindicaciones de vuestro colectivo?

Las principales reivindicaciones son, como el SAD es un servicio ESENCIAL, como tal debería ser servicio digno, público, universal y gratuito.

Sobre las jornadas de trabajo, la reivindicación es una jornada de trabajo digna y contratos regularizados que no sean directamente un fraude de ley y que garanticen un sueldo digno.

 

¿Qué esperáis de la movilización recientemente celebrada?

Esperamos que se nos vea, que se nos escuche y que se nos tome en consideración. Siendo un servicio ESENCIAL que sea público y de calidad, porque por esa etapa de necesidad de cuidados vamos a pasar todas las personas. Las instituciones deberían tomen nota para garantizar a las auxiliares contratos dignos y así poder ofrecer un servicio de calidad.

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