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Un ataque a la hidroeléctrica de Kajovka eleva una vez más la preocupación en torno a Zaporiyia. La hidroeléctrica es la reponsable de suministrar energía a la central nuclear.

Sin embargo, tras el ataque, solo tres de sus 6 turbinas siguen en funcionamiento, según el ministerio de Defensa ruso, que acusa a Ucrania del ataque.

Si el sistema de la hidroeléctrica llegáse a fallar esto podría generar un accidente nuclear.

La delicada situación de Zaporiyia mantiene en vilo a los habitantes de la zona. Muchos aún recuerdan lo que ocurrió en Chernóbil. 

«Esto puede ser como Chernóbil. No hay nada bueno respecto a lo que está pasando, y no sabemos cómo acabará», lamenta Anastasiya Rudenko, viuda de uno de los trabajadores de rescate de Chernóbil. 

«La gente está nerviosa, ya que la central nuclear está cerca. A menudo el viento sopla en nuestra dirección. Así que la radiación vendría inmediatamente hacia nosotros o a nuestra agua», dice con tono de preocupación Viktor Shabanin, vecino de la zona. 

En su último discurso, el presidente Volodímir Zelenski ha instado a los rusos a condenar la guerra públicamente.

«Y no importa dónde estés -tanto en el territorio de Rusia como en el extranjero-, tu voz debe sonar en apoyo de Ucrania y contra esta guerra».

Entre tanto, el primer cargamento de trigo del Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha salido del puerto de Odesa para Etiopía.

El barco «Brave Commander» transporta unas 23 000 toneladas de grano. Etiopía es uno de los cinco países que ya se encuentran en situación de hambruna.

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