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Se considera que los loros son los únicos animales aparte del ser humano capaces de pronunciar palabras de nuestros idiomas. Pero aparte de esto, no se sabe mucho más acerca de tan admirable habilidad de los loros.

 

¿Cuán extenso es el vocabulario de las distintas especies de loros? ¿Los machos «hablan» más que las hembras? ¿Aumenta el vocabulario de los loros con la edad?

 

En una investigación reciente, realizada por científicas de la Universidad del Norte de Colorado (UNC) y la Universidad de Pittsburgh en Johnstown (UPJ), ambas instituciones en Estados Unidos, se ha intentado obtener datos que ayuden a responder esas y otras preguntas.

 

El equipo, integrado, entre otras, por Lauryn Benedict, de la UNC, y Christine Dahlin, de la UPJ, ha conseguido documentar bastante detalladamente el uso de palabras por los loros y ha llegado a una conclusión fascinante: muchos loros usan palabras en contextos adecuados, lo que demuestra que tienen una cierta idea de su significado.

 

Las autoras del estudio reunieron los datos a analizar gracias a la colaboración de personas que viven con loros de compañía. Se le solicitó a cada persona la cantidad de «palabras» y «frases» humanas utilizadas por sus loros, así como la cantidad de sonidos asociados a humanos que el loro usa (como por ejemplo silbar una melodía) y el uso contextual de los sonidos. Este enfoque permitió a las investigadoras recopilar datos estandarizados sobre el aprendizaje vocal de casi 900 loros de 73 especies, una muestra que habría sido imposible reunir en loros salvajes.

 

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Uno de los loros cuyo uso de palabras humanas ha sido estudiado. (Foto: Christine Dahlin)

 

A continuación, exponemos algunos de los hallazgos más destacados del estudio.

 

La especie a la que pertenezca el loro importa mucho. Algunas especies reproducen palabras mucho mejor que otras. Se descubrió que los loros grises africanos, considerados durante mucho tiempo los mejores en aprender sonidos humanos, tienen los repertorios más amplios, con una media de unas 60 palabras humanas. Las cacatúas y los guacamayos también eran excelentes imitadores, con repertorios medios de entre 20 y 30 palabras. La mayoría de las especies aprendieron más palabras o frases que sonidos, pero unas pocas aprendieron más sonidos humanos que palabras o frases.

 

Los resultados del estudio indican que la edad y el sexo no son buenos predictores del mimetismo vocal. Los análisis basados en la edad mostraron que los jóvenes ampliaron sus repertorios hasta alcanzar la madurez, pero después el tamaño de los repertorios se detuvo en una meseta. Las aves de 50 años de edad no tenían repertorios mayores que las de 5 años. Los análisis basados en el sexo mostraron que los machos y las hembras de la mayoría de las especies eran igualmente buenos imitadores. Hay, sin embargo, hubo algunas excepciones: en una especie los machos tenían repertorios vocales mayores, en otra solo los machos «hablaban», y en otra las hembras aprendían más sonidos que los machos.

 

Una proporción muy elevada de loros domésticos (89%) utilizó espontáneamente su pronunciación de palabras u otros sonidos humanos en contextos apropiados. Dicho de modo sencillo, los loros aprenden qué decir y cuándo decirlo.

 

El estudio se titula “A survey of vocal mimicry in companion parrots”. Y se ha publicado en la revista académica Scientific Reports.

 

Esta línea de investigación sigue en marcha, por lo que las autoras del estudio continúan interesadas en que nuevas personas que conviven con un loro contesten a unas preguntas sobre la conducta de su mascota. El formulario es accesible en este enlace.

 

(Fuente: NCYT de Amazings)

 

 

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