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«El tiempo es el bien más preciado. Una queja muy común de la gente en nuestros días es la de estar demasiado ocupado y de necesitar más tiempo», cuenta Marissa Sharif profesora asistente de marketing en la Escuela de Negocios Wharton de Filadelfiay autora principal de un artículo que se publica esta semana en la revista Journal of Personality and Social Psychology. «Pero, ¿tener más tiempo está realmente relacionado con una mayor felicidad?, plantea a modo de pregunta que ella misma responde. «Descubrimos que tener una escasez de horas discrecionales durante el día resulta en un mayor estrés y un menor bienestar subjetivo», continúa. «Sin embargo, aunque tener poco tiempo es malo, tener más tiempo no siempre es mejor». Se trata de una de las principales conclusiones del estudio que bajo el titulo Having Too Little or Too Much Time Is Linked to Lower Subjective Well-Being,indaga en las consecuencias del exceso de ociosidad.

«Aunque tener poco tiempo es malo, tener más tiempo no siempre es mejor»

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores analizaron los datos de los más de 21.700 estadounidenses que participaron en la Encuesta Estadounidense sobre el Uso del Tiempo entre 2012 y 2013, en la cual los participantes proporcionaron un relato detallado de lo que hicieron durante las 24 horas anteriores. En esta, los sujetos del estudio indicaron la hora del día, así como la duración de cada actividad llevada a cabo durante el mismo, mientras que al mismo informaban de su sensación de bienestar. Los investigadores encontraron que a medida que aumentaba el tiempo libre, también aumentaba el bienestar, pero este se estabilizaba aproximadamente a las dos horas y comenzaba a disminuir después de las cinco.

Los investigadores también analizaron datos de cerca de 13.500 estadounidenses trabajadores que entre 1992 y 2008 participaron en el denominado National Study of the Changing Workforce, en el cual se analiza de forma integral la vida de los trabajadores tanto dentro como fuera del trabajo. Entre las muchas preguntas de dicha encuesta, se preguntó a los participantes sobre la cantidad de tiempo discrecional del que disponían en los días laborables, cuánto tiempo pasaban realizando sus pasatiempos, cuál era su sensación subjetiva de bienestar y cuán satisfechos se encontraban con su vida en general. Así, una vez más, los investigadores encontraron los niveles más altos de tiempo libre se asociaban significativamente con niveles más altos de bienestar, pero solo hasta cierto punto. Después de eso, el exceso de tiempo libre no se asoció con un mayor bienestar.

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Para indagar aún más en el fenómeno, los investigadores también llevaron a cabo dos experimentos en línea con más de 6.000 participantes. En el primer experimento, se pidió a dichos participantes que imaginaran tener una cantidad determinada de tiempo discrecional todos los días durante al menos seis meses. A estos le fueron asignados al azar distintas cantidades diarias de tiempo discrecional: baja, de unos 15 minutos por día; moderada, de 3,5 horas por día; y alta, de 7 horas por día. Después se pidió a los participantes que informaran según sus suposiciones hasta qué punto experimentarían disfrute, felicidad y satisfacción.

A medida que aumentaba el tiempo libre, también aumentaba el bienestar, pero se estabilizaba aproximadamente a las dos horas y comenzaba a disminuir después de las cinco

Los resultados indican que los participantes en los grupos que tenían a su disposición, tanto un tiempo discrecional bajo como alto informaron un menor bienestar que aquellos que dispusieron de un tiempo de ocio moderado. Los investigadores encontraron que aquellos con poco tiempo discrecional se sentían más estresados ​​que aquellos con una cantidad moderada, lo que contribuía a un menor bienestar. Sin embargo, aquellos con niveles muy altos de tiempo libre se sentían menos productivos que los del grupo moderado, lo que les conducía, de igual o mayor manera, a un menor grado de satisfacción.

Productividad y tiempo de calidad

En el segundo de los experimentos, los investigadores se centraron en analizar el papel potencial de la productividad. Así, se pidió a los participantes que imaginaran tener una cantidad moderada o alta de tiempo libre al día, de 3,5 y 7 horas respectivamente, al mismo tiempo que se le instó a imaginar que pasaban ese tiempo en actividades productivas como realizar ejercicio físico o estudiar algo que les gustara; o improductivas, como mirar la televisión o pasar tiempo en Internet. Los investigadores encontraron que los participantes con más tiempo libre informaron niveles más bajos de bienestar cuando participaban en actividades improductivas. Sin embargo, al participar en actividades productivas, aquellos con más tiempo libre se sentían de un modo similar a aquellos con una cantidad moderada de tiempo libre.

“Nuestros hallazgos sugieren que disponer con días enteros libres que llenar a discreción personal puede dejar a uno igualmente infeliz»

“Aunque nuestra investigación se centró en la relación entre la cantidad de tiempo discrecional y el bienestar subjetivo, nuestra exploración adicional sobre cómo las personas gastan su tiempo discrecional resultó reveladora”, explica Sharif. “Nuestros hallazgos sugieren que disponer de días enteros libres que llenar a discreción personal puede dejar a uno igualmente infeliz. En cambio, las personas deberían esforzarse por tener una cantidad moderada de tiempo libre para gastar como quieran. En los casos en que las personas se encuentren con una cantidad excesiva de tiempo discrecional, como la jubilación o haber dejado un trabajo, nuestros resultados sugieren que estas personas se beneficiarían si dedicaran su nuevo tiempo a un propósito «.

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