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Dulceida, «influencer» con miles de seguidores en redes sociales, no inventó nada. En los años 20, en Asturias, ya había mujeres que lucían ropas que luego fueron replicadas. Es lo que pasa con las modelos que pintó el lenense Luis Menéndez Pidal (Pajares, 1861-1932), en cuadros como «La cuna vacía» o «Margaritina». La asociación «Vindonnus», dedicada al cuidado y la promoción del patrimonio del concejo, impulsa visitas al Museo Bellas Artes de Asturias para conocer más en profundidad la obra del lenense y su influencia en la tradición asturiana.

«Esta aproximación al panorama artístico del momento, a la trayectoria del pintor y al significado de su obra, pone especial atención en los aspectos locales y tradicionales que refleja en ellas», explicó Auri Villar, responsable de «Vindonnus» y la encargada de analizar las representaciones folclóricas en la obra de Menéndez Pidal. El recorrido se completa con una explicación técnica de David Ordóñez , también de la entidad lenense, y del propio guía del museo (David Estévez). Los primeros recorridos estuvieron dirigidos a la entidad Amigos del Museo de Bellas Artes y a los miembros de «Vindonnus», con la colaboración de los grupos «Flor de Xanzaina» y «L’ Artusu».

Tienen mucho que decir los grupos folclóricos sobre la obra de Menéndez Pidal. De hecho, sus trajes están inspirados -en su mayoría- en las modelos de sus cuadros. «Gracias a Menéndez Pidal conocimos la ropa tradicional de la época y algunas de las prendas en detalle», señaló Villar. Como por ejemplo «el rodao», una suerte de «pareo» de tela gruesa que las mujeres llevaban en la parte inferior. Es una falda que vestían, sobre todo, las mujeres de Lena por la influencia de León. «En la Meseta era más común utilizar el rodao», matiza Villar.

Lo vestían sobre enaguas abultadas, porque «entonces el canon de belleza era distinto. Se intentaba marcar bien la cintura y que se intuyera una cadera muy ancha». Uno de los cuadros clave para la indumentaria fue «La cuna vacía». Se trata de una escena que representa a una mujer llorando sobre las piernas de su marido, con unos niños velando al pequeño de la casa al fondo. Una cuna vacía es el centro de la pintura. La protagonista de la escena luce un «rodao» negro, con un dengue y una camisa del mismo color. Tiene la cabeza descubierta, peinada en un moño bajo, porque está en casa.

El guía del Bellas Artes, durante la visita.


El pañuelo era obligatorio para todas las mujeres desde la primera menstruación. Es por eso que la niña de la pintura «Margaritina», otra que ha inspirado las indumentarias tradicionales, lleva la cabeza al aire. La obra de Luis Menéndez Pidal fue clave para la reproducción de las indumentarias asturianas de antes de la guerra civil. Durante le franquismo, la Sección Femenina impuso una suerte de «uniforme» para las mujeres: es el traje de falda roja, rayas negras, camisa blanca y dengue de lentejuelas. Sin la obra del lenense, habría sido más difícil conocer la tradición que intentaron borrar los años que siguieron al conflicto bélico.

Son los cuadros «La cuna vacía» y «Margaritina», además de «El Lazarillo de Tormes» y «Paisaje de Pajares», los que centran el recorrido. «Todos están relacionados de una u otra forma con el concejo de Lena». Durante las primeras visitas, «suscitaron gran interés y causaron gran sorpresa, ya que muchos de los visitantes desconocían la calidad de sus obras y la trascendencia del pintor ‘payariegu'», explicó Villar. Es una actividad que da continuidad a la exposición «I Andecha Etnográfica de Lena», de Flor de Xanzaina, y a un estudio titulado «Trajes tradicionales en L.lena», realizado por integrantes de la agrupación. El objetivo de «Vindonnus» es que los recorridos se sigan organizando con cierta periodicidad.

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