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  • Tras intentarlo durante años, decidió opositar porque no veía posibilidad de vivir de la música


  • Probó suerte como profesora de música y se quedó a las puertas del Conservatorio de Manresa «porque no tenía el C1 de catalán»


  • A los 27 años, eligió la fiscalía en vez de intentar ser juez porque le permite «no abandonar la guitarra»

Decida usted por dónde empezar a impresionarse. Con 27 años, Mabel Millán fue matrícula de honor y Premio Fin de Carrera en sus estudios de guitarra, tiene dos discos publicados y ha ganado un Grammy Latino, ha actuado en teatros de medio mundo, da clases para la Universidad de California y como, al parecer, le sobraba algo de tiempo, acaba de sacarse una plaza como fiscal en los juzgados de Lleida.

Y todo a casi mil kilómetros del pueblo que la vio nacer, Montilla, en Córdoba, y al que algún día espera volver. Hoy nos atienda antes de su segundo día en su nuevo trabajo. Le esperan un juicio por exhibicionismo, un robo con violencia y dos por homicidio imprudente. Así ha cambiado la vida de esta joven que ha colgado la guitarra para ponerse la toga.

Mabel MIllan

La fiscal acompañada de su guitarra.Mabel Millá

Pregunta: ¿Qué fue antes, la música o el Derecho?

Respuesta: La música, empecé con ella a los 8 años. Estudiar Derecho era elegir una segunda vía, la cual no me imaginé que me iba a apasionar tanto. Todos sabemos la complejidad de la carrera de música en nuestro país, y yo quería vivir de conciertos y no de la enseñanza, que es la única opción que se presenta. 

Y aún así, lo intenté, buscando trabajo en mis primeros pasos en Madrid, luego en escuelas de música de Barcelona, en el Conservatorio de Manresa, donde me quedé en las puertas porque no tenía el C1 de catalán, y por último en una oposición en Albacete donde tampoco conseguí plaza. Entonces vi que, a pesar de mi técnica, mi currículum, mi pasión por la música… no me han dado opción de poder trabajar en ello, fue ahí cuando me decanté por esta oposición.

P: Como logro… ¿qué ha sido más difícil? ¿Conseguir el Grammy a la ‘Mejor Obra Clásica Contemporánea’ o conseguir la plaza de fiscal?

R: Es una pregunta compleja… el Grammy fue un regalo que me hizo la vida. La discográfica vio desde el principio que había posibilidades porque era la première de esa obra y mi interpretación contaba con el beneplácito Leo Brouwer.

Conseguir la plaza de fiscal ha sido complicado, es una oposición compleja, y yo he abandonado mi vida social y casi familiar por la oposición durante casi tres años. Los descansos y las vacaciones las he dedicado a la guitarra con el estudio y los compromisos más relevantes.

P: ¿Por qué decidió opositar la fiscalía dentro de la carrera judicial?

R: En mi caso, ha sido la vida por el escalafón quien me ha llevado a la carrera fiscal. Ya que conozco la profesión, tengo que agradecer a la vida que me haya llevado por este camino, porque me permite no abandonar la guitarra, como tendría que hacer con la carrera judicial, ya que sería una pena no compartir mi técnica con los demás.

Ser fiscal es una labor muy gratificante, ayudas a la sociedad, no solo tenemos ese papel de las películas americanas de «acusación pública», sino que también velamos por los desprotegidos y por los vulnerables de la sociedad, incapaces, menores, etc. 

P: La música le ha llevado a recorrer medio mundo, conocer gente importante… ¿Qué espera que la de la fiscalía?

R: Simplemente la estabilidad personal y conciliación con mi vida familiar que quería conseguir. Espero ayudar a mucha gente, ser justa en esta profesión y que me ayude a crecer como persona. 

P: Ha dicho un adiós con la boca pequeña a la música, al menos como profesional… ¿Ha sido difícil?

R: Sí, ha sido difícil, pero mientras no se tome conciencia del valor de la música, o no se equipare a cualquier otra profesión, seguirá mucha gente quedándose en el camino.

P: ¿Tienen algo en común la música y la Justicia?

R: El bienestar que produce. La música produce el bienestar de conmover al que la escucha, y la Justicia, cuando es justa, produce otro tipo de bienestar, pero bienestar al fin y al cabo. 

P: Hay gente que se pasa la vida intentando ganar un Grammy y gente que se pasa la vida intentando sacar unas oposiciones… ¿cómo se siente habiendo conseguido las dos cosas con 27 años?

R: Mucha satisfacción y agradecida a Dios y a la vida. 

P: ¿Por los pasillos de los juzgados de Lleida conocen su historia musical? 

R: Sí, me he encontrado con un fiscal jefe y unos compañeros que afortunadamente valoran y aprecian la música.  

P: ¿Ya le han pedido que toque algo?

R: Sí, sí, lo primero que me preguntaron era si me ha traído la guitarra, jajaja.

P: ¿Qué le suena mejor… una buena canción o una buena sentencia?

R: Esta pregunta es de las más complicadas que me han hecho hasta ahora. No podría contestar, son dos caminos diferentes pero al mismo nivel de importancia. Lo mejor es que las dos quedan ahí para escucharlas o releerlas de por vida.

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