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La líder ultraderechista francesa Marine Le Pen se ha sentado en el banquillo para responder ante la justicia por un delito de difusión de contenido violento del grupo terrorista islámico Daesh. Los hechos se remontan a 2015, cuando la política francesa colgó en sus redes sociales ejecuciones del Estado Islámico. «Esto es el Daesh», escribió en respuesta a un periodista francés -Jean-Jacques Bourdin- que había comparado su partido, el Frente Nacional (actualmente, Agrupación nacional) con el grupo terrorista islamista.

La Fiscalía pide para Le Pen 5.000 euros de multa. También para el eurodiputado ultraderechista Gilbert Collard por hechos parecidos. La defensa de ambos ha solicitado la absolución amparándose en la libertad de expresión.

La líder ultraderechista ha calificado el juicio como «político», un intento, ha dicho, de minarla ante las elecciones presidenciales. «Este proceso lo ordenó un ministro para dañar mi candidatura a las presidenciales de 2017″, afirmó ante los medios y repitió después ante los jueces.

«Eso es Daesh, señor Bourdin», escribió en 2015 Le Pen junto a las imágenes de atrocidades cometidas por el grupo en Siria después de que el periodista lo comparara con su partido. Eran tras fotografías: de la decapitación del periodista estadounidense, James Foley; de un prisionero quemado vivo en una jaula y de un hombre aplastado por un tanque.

La Fiscalía argumenta que la difusión de mensajes violentos daña la dignidad humana y que, además, pueden ser vistos por menores. Ante la pregunta de que si no pensó en esa posibilidad, Le Pen ha contestado: «No lo pensé, solo pensé en mi libertad de expresión y de información». Y ha negado que  esas imágenes pudieran tener un carácter de incitación al terrorismo: «Solo provocan asco, rechazo, no adhesión», ha dicho.

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