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Un total de 403 reclusas fueron trasladas entre la tarde del 30 y la madrugada del 31 de agosto hacia diferentes centros penitenciarios. Así lo evidenciaron las 12 páginas que pegaron ayer tres reas a las afueras del Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas para Mujeres de Ilopango, mejor conocido como Cárcel de Mujeres.

Y aunque una de las reclusas que salió a pegar las listas al frente del centro penitenciario dijo que los nombres escritos en las listas corresponden a «penadas», es decir, mujeres que ya tienen una condena en firme, familiares dijeron que eso no era del todo cierto. Varias personas llegaron ayer al lugar y dijeron a LA PRENSA GRÁFICA que al preguntar por su pariente les informaron que había sido trasladada hacia la cárcel de Apanteos, en Santa Ana, pese a que se trataban de mujeres capturadas durante el régimen de excepción que inició el 27 de marzo.

Además de Apanteos, otras personas dijeron que fueron notificadas que hubo traslados al Centro Preventivo de Jucuapa, en Usulután, y al Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas de Cojutepeque, en Cuscatlán.

Misterio. Centros Penales no ha informado sobre la situación que se vive en esa penitenciaría.

Una anciana de más de 70 años que llegó a preguntar por su nieta entró a las instalaciones para preguntar si aún se encontraba en el lugar. Al salir derramó lágrimas pues le informaron que ella había sido trasladada a Apanteos.

Otra familia que llegó desde San Miguel estaba esperando a una privada de libertad que sería liberada, ya que un día antes les avisaron que ya no tenía cargos en su contra. Pero durante las horas que LA PRENSA GRÁFICA estuvo presente el lugar eso no sucedió.

Horas antes del traslado de las 400 mujeres fueron liberadas tres reclusas y en el momento se encontraron con sus familiares y salieron del lugar.

Listas. Ayer pegaron listados donde las familias debían buscar a su pariente y su nuevo destino.

Dos personas que ayudaron a trasladarlas manifestaron que estas mujeres les contaron los malos tratos que recibían dentro de Cárcel de Mujeres y las malas condiciones de la comida que recibían. Dijeron que «les echaban un líquido raro» y que no se les entregaban los paquetes de higiene y alimentos que sus familiares les llevaban periódicamente.

Se consultó al área de Comunicaciones de la Dirección General de Centros Penales sobre estos movimientos masivos de privadas de libertad, pero al cierre de esta nota no se obtuvo respuesta. De manera extraoficial se conoció que los movimiento podrían seguir en los próximos días.



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