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   MADRID, 25 Mar. (EDIZIONES/Portaltic) –

   Microsoft Surface Pro se ha convertido en una opción indispensable para quienes deben trabajar a distancia y necesitan transportar a diario sus dispositivos, ya que pesan poco y ofrecen las ventajas de las tabletas y los portátiles en un único dispositivo.

   El último equipo que la compañía de Redmond ha introducido en el mercado es Surface Pro 9, un convertible que pesa menos de un kilo –concretamente, 879 gramos— y que promete ampliar su batería hasta las 15,5 horas, disponible desde 1.299 euros.

   Este dispositivo se presenta en dos versiones: con procesador Microsoft SQ 5G o con plataforma Intel de 12ª generación, con conectividad WiFi. Ha sido este último precisamente el que hemos tenido la oportunidad de probar en Portaltic.

   Este chip le dota de un rendimiento mayor que a la serie anterior, pero no logra ofrecer la autonomía que comenta la marca. Durante las pruebas y con tareas poco exigentes, hemos comprobado que llega con dificultad a las 10 horas. No obstante, estando en suspensión, la ‘surface’ conserva bien su batería y la alarga durante días.

   A simple vista no parece diferente de los modelos de la anterior generación, Surface Pro 8, puesto que mantiene el color platino en la cubierta –también se ofrece este dispositivo en los colores zafiro, grafito y bosque– y su pantalla táctil PixelSense de 13 pulgadas, con una resolución de 2.880 X 1.920 (267 ppp).

   Otro de los aspectos destacados de su diseño es su acabado premium, con bordes redondeados y de aluminio anodizado, de modo que parece ofrecer resistencia al uso y al paso del tiempo; así como su pie de apoyo, muy flexible y abatible hasta los 360 grados.

   A nivel de imagen, Surface 9 Pro mantiene las mismas especificaciones técnicas que la generación anterior, esto es, cámara frontal con vídeo Full HD 1080P, cámara trasera de 10 megapíxeles (MP) con autofoco y vídeo HD 1080p y soporte 4K.

   Asimismo, repite con la cámara frontal para autenticación facial de Windows Hello, que se puede configurar en el mismo momento en que el dispositivo se enciende por primera vez. Si un lugar del rostro se prefiere otra forma de acceso al dispositivo, este también permite opciones de huella digital o de PIN.

   En el apartado de sonido tampoco cambia la tecnología con la que está fabricado, puesto que tanto el modelo de Intel como en el de SQ están equipados con altavoces estéreo de 2W con sistema de sonido Dolby Atmos, con la diferencia de que la versión 5G presenta efectos de Windows Studio con enfoque de voz. Gracias a ellos, se pueden silenciar los ruidos de fondo durante las grabaciones o videollamadas para que la voz suene nítida y clara.

LOS ACCESORIOS SE MANTIENEN APARTE

   Este dispositivo está pensado tanto para utilizarlo como una tableta como para sustituir un ordenador, aunque es en esta segunda modalidad cuando se les puede sacar provecho a todas las prestaciones que ofrece. De lo contrario, no estaría justificado su precio.

   El problema de las Surface de la marca es que siguen exigiendo la compra de sus accesorios aparte. Microsoft pone a disposición de los usuarios teclados, lápices, auriculares u ratones, entre otros ‘gadgets’.

   Si bien algunos son prescindibles para ciertas tareas –especialmente si se le quiere dotar de un uso como tableta–, quienes deseen utilizar el dispositivo como un portátil deberán desembolsar entre 149,99 euros y 279 euros en un teclado, que incluyen diversas prestaciones (desde el sensor de huella dactilar hasta el lápiz óptico).

   En esta ocasión, Microsoft ha introducido más colores para sus teclados aparte del negro de la anterior generación, como son el platino, el rojo amapola, el verde bosque y el azul zafiro.

   Debido a que el teclado se acopla fácilmente y el sistema lo reconoce de forma instantánea, es sencillo pasar del formato tableta a ordenador. El dispositivo presenta esta misma rapidez, por cierto, a la hora de reconocer otros dispositivos vía Bluetooth.

   Su compatibilidad con Slim Pen 2 es uno de los grandes atractivos de la Surface, que promete proporcionar «una receptividad natural para apuntar notas», según la marca. Con escritura en tiempo real y sombreado realista gracias a que introduce una punta de lápiz más fina que el Slim Pen, este lápiz presenta un manejo muy cómodo y se adapta al teclado, colocado en la parte superior.

   Aunque se vende el modelo con el lápiz integrado, también se puede comprar el lápiz aparte y el teclado sin este otro accesorio. El problema de adquirir solo el Slim Pen es que también se debe comprar su cargador, que tiene un precio de 34,99 euros, por lo que la opción más económica siempre acaba siendo la que combina el teclado y el lápiz (que alcanza un precio de 279,99 euros).

   En cualquier caso, quienes realmente utilicen esta herramienta a diario, podrán comprobar que la Surface identifica la punta del el lápiz óptico en distintos ángulos de inclinación, aunque nuestra experiencia nos ha demostrado que a veces le cuesta distinguir grafías. Especialmente, la letra ‘o’ y la ‘u’.

   Por otra parte, debemos reconocer que para quienes estamos acostumbrados a utilizar ordenadores con ratón físico, se echan en falta unos centímetros de ‘touchpad’. Esto se podría solucionar con otro ratón pero, si no escogemos los que ofrece la marca, Microsoft Arc Mouse –que se conectan de forma inalámbrica a través de Bluetooth– es posible que tengamos limitaciones a la hora de usar nuestro ratón habitual.

Su escasa variedad a nivel de puertos es otro de los puntos negativos que encontramos en esta ‘surface’, puesto que solo presenta dos USB-C y Thunderbolt 4 en modelos seleccionados, así como el puerto de carga Surface Connect y una ranura nano SIM en el caso del modelo con plataforma Microsoft SQ 3/5GB.

   Por tanto, si se quiere conectar el ‘smartphone’, se deberá utilizar un cable con puerto USB-C en ambos extremos. Este mismo problema lo podremos encontrar también si queremos conectar un disco duro externo, unos altavoces o unos auriculares con puerto mini jack.

   En definitiva, Surface 9 Pro ofrece todas las prestaciones que se buscan en un ordenador portátil, tanto a nivel de rendimiento como de usabilidad, de modo que no compensa comprarlo si se desea utilizar como una tableta, ya que hay opciones mucho más económicas en el mercado para esta otra finalidad.

   En caso de optar por ella, también se deben tener en cuenta sus limitaciones a nivel de puertos, ya que es probable que debamos comprar adaptadores para poder conectar otros de nuestros dispositivos que, por ejemplo, utilicen puerto USB. Eso, de nuevo, suma un nuevo coste para nuestro bolsillo, junto con el de los accesorios mencionados.

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