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Representación artística de la Tierra temprana

La Tierra es el único planeta conocido que presenta agua líquida en su superficie, característica fundamental a la hora de explicar el surgimiento de la vida en ella. Sin embargo el debate sobre el origen del agua de nuestro planeta sigue siendo objeto de diferentes hipótesis: ¿estuvo esta agua siempre presente en las rocas que formaban nuestro planeta? ¿fue esta traída durante etapas más tardías a su formación por asteroides y cometas que bombardearon la Tierra? o ¿es el agua de la Tierra el producto de una combinación de ambos factores?

La mayor parte del agua presente hoy en la Tierra probablemente haya estado aquí desde los primeros estadios de formación de nuestro planeta

Ahora, en un artículo publicado en la revista Science titulado Earth’s water may have been inherited from material similar to enstatite chondrite meteorites, un equipo de científicos del Centro de Investigación Geoquímica y para los Estudios Petrográficos de Nancy – CRPG- arroja nueva luz al debate al demostrar que la mayor parte del agua presente hoy en la Tierra probablemente haya estado aquí desde los primeros estadios de formación de nuestro planeta.

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Pese al descubrimiento del equipo dirigido por Laurette Piani del CRPG, hasta ahora todo parecía apuntar a que la Tierra se formó en una región del Sistema Solar en la cual las temperaturas eran demasiado altas para que el agua se condensara y aglutinara junto con otros sólidos en forma de hielo. Debido a esto, la hipótesis de la llegada tardía del agua a la Tierra a través de cometas o meteoritos ha sido una de las explicaciones más factibles y apoyadas por la comunidad científica. No obstante, hasta ahora la cantidad de agua presente en las rocas que componían la Tierra nunca se había estimado con precisión.

Esto es precisamente en lo que se ha centrado el equipo de Piani, quienes analizaron la composición de varios meteoritos con una composición similar a la de la Tierra llamados condritas enstatitas, y más específicamente en un pequeño número de estos que sufrieron poco calentamiento durante el transcurso de su vida y, por lo tanto, aún exhiben una composición primitiva.

Condrita enstatita hallada en el desierto del Sahara  de 10 centímetros y un 0,5% de masa en agua

Condrita enstatita hallada en el desierto del Sahara de 10 centímetros y un 0,5% de masa en agua


Foto: Christine Fieni / Laurette Piani / Museo Francés de historia natural

Para los menos versados en rocas espaciales, decir que las condritas – o condritos– son meteoritos rocosos que no han sufrido procesos de fusión o alteración que los diferencien de los asteroides de los que proceden, por lo que su estudio nutre a los científicos con una gran cantidad de información sobre asuntos como los orígenes del Sistema Solar, la formación de compuestos orgánicos, o bien el tema que nos ocupa en estas líneas: el origen del agua – y por extensión de la vida- en la Tierra. Por su parte las enstatitas, son un subtipo de condritas más escasas que se caracterizan por contener una mayor proporción de elementos refractarios – es decir, con una gran capacidad de resistir altas temperaturas- y las cuales se creen que proceden de las partes más internas del Sistema Solar.

Las rocas primitivas de la Tierra probablemente contenían suficiente agua para proporcionar más de 3 veces la cantidad hoy presente en los océanos

Así, utilizando dos técnicas complementarias, el equipo del CRPG midió el contenido en hidrógeno de dichas rocas para determinar con precisión dónde se encontraba parte de este gas, esencial, como no podría ser de otra manera, para la formación del preciado líquido. Sus resultados muestran que las rocas primitivas de la Tierra probablemente contenían suficiente agua para proporcionar al menos tres veces la cantidad de agua presente hoy los océanos de nuestro planeta, y posiblemente mucha más.

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Además, el hidrógeno de estos meteoritos tiene la misma composición isotópica -proporción de átomos distintos de un mismo elemento- que el agua almacenada en el manto de la Tierra. Mientras, del mismo modo, la composición isotópica de los océanos apunta a una mezcla en la que el 95% de agua procedería de rocas del tipo condrita y enstatita – como hemos dicho, similares en composición y proporción en hidrógeno a las del manto de nuestro planeta- y un apenas el 5% del agua suministrada por cometas o asteroides ricos en agua. Por todo ello los científicos concluyen que estos nuevos datos ayudan a apoyar la hipótesis de que la Tierra parece haber obtenido la inmensa mayoría de su agua de los materiales que la componen.

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