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El Covid-19 ha encendido las alarmas en todo el mundo, la economía ha sido perjudicada estrepitosamente por la pandemia y apunta a dejar secuelas que producirán cambios en el orden mundial. La Argentina se encuentra desde hace más de una década transitando un proceso de estancamiento económico, acentuado ahora por la cuarentena 2020.
Sin embargo, esta etapa plagada de incertidumbres no ha llegado a afectar a ciertos paradigmas, como por ejemplo la tradicional seguridad otorgada por los desarrollos inmobiliarios como alternativa para resguardo de valor y una eventual capitalización. Mientras tanto, sectores como el turismo y la hotelería que sí se ven sumamente afectados por la coyuntura, ven a mediano plazo una oportunidad especial.
La apreciación del tipo de cambio en Argentina ilusiona al turismo nacional de cara al futuro. Ya que el encarecimiento que implica viajar al exterior volverá a producir -al igual que en el período 2002-2009- que los argentinos elijan vacacionar dentro del país, mientras que al mismo tiempo cada vez más extranjeros arribarán a nuestros destinos no sólo por su atractivo natural y cultural, sino ahora también por su abaratamiento relativo respecto a otros países.
Moneda y tipo de cambio al margen, hay consenso internacional que post-pandemia prevalecerán los destinos turísticos con entornos naturales después de tantos meses de confinamiento, más cierto temor residual a evitar los lugares cerrados y multitudes. En esa perspectiva Argentina saca ventajas.
Los destinos corporativos como Buenos Aires, Rosario y Córdoba, también prevén una recuperación significativa ya que sus plazas hoteleras suelen estar ligadas al rebote económico de sus regiones, escenario con alta probabilidad de ocurrencia, después de las fuertes caídas del PBI en 2018, 2019 y 2020. En este sentido, la hotelería para viajes de negocios prevé orientarse a hoteles nuevos, con estándares sanitarios internacionales y que al mismo tiempo ofrezcan tarifas más accesibles que los 5 estrellas.
Proyectos tangibles
Por otro lado, la depreciación de los costos de construcción medidos en dólares en suelo argentino están llegando a un piso histórico, abriendo una nueva oportunidad tanto para desarrolladores como para inversores. La coyuntura complicada, paradójicamente, genera una ventana de oportunidad para quienes tengan capacidad de generar excedentes en pesos, que puedan volcarlo a la construcción de proyectos en el pozo.
Después de algunos años de altos costos en dólares, el ladrillo nuevamente se reposiciona gracias a un track record favorable, con capitales inmobiliarios que siempre han ido en ascenso en el largo plazo, sumado al hecho de ser un activo “tangible”, con todo lo que eso implica en términos de “seguridad”, particularmente en un país donde la desconfianza en los bancos y activos intangibles en general sigue siendo parte de una marca registrada argentina, justo en medio de una renegociación de la deuda pública para evitar un nuevo default.
Dentro de la amplia gama de opciones de “ladrillo”, en los 2000 irrumpieron variantes al formato tradicional que ofrecen la misma seguridad con mayor rentabilidad. La contracara suele ser una menor liquidez, ante un mercado secundario más reducido. Sin embargo para quienes priorizan una “renta a perpetuidad” mayor que la inmobiliaria tradicional, se presenta como un balance muy conveniente.
En consecuencia, la firma rosarina Argenway inauguró en noviembre pasado el primer hotel de la cadena Hilton en la Patagonia, ubicado en la ciudad de San Carlos de Bariloche y a través de “Hampton”, la marca más exitosa de la cadena norteamericana. El desarrollo financiado a través del modelo “condo-hotel” otorgó la posibilidad a 122 inversores argentinos ser parte del arribo de Hampton By Hilton al país.
Los condo-hoteles han crecido con éxito en países como Estados Unidos, Brasil y España, teniendo su rasgo fundamental en añadirle a la seguridad del ladrillo una mayor rentabilidad otorgada gracias al dinamismo hotelero. Argenway lanzó su segundo proyecto hotelero, nuevamente en alianza con Hilton, y bajo el mismo formato: Hampton By Hilton Rosario.
Estará emplazado en pleno casco histórico de la ciudad, rodeada por el río Paraná y sus islas. El diseño arquitectónico está a cargo del prestigioso estudio BMA y formará parte de un complejo de usos mixtos que contará también con una torre de departamentos, locales comerciales, parking subterráneo y espacios corporativos.
La propuesta financiera del “Hilton rosarino” implica un ticket en pozo que arranca en u$s 85.000 por unidad entera, un 50% a u$s 43.500 o un 25% a u$s 22.500. Si el aporte es al contado se accede a una “renta espera” del 5% anual hasta la apertura efectiva del hotel. Sino el esquema financiado prevé hasta 36 cuotas fijas en dólares, en pesos ajustables por CAC o una combinación de ambos, a elección del inversor.
Esta alternativa de inversión se reposiciona dentro de la coyuntura incierta, proponiendo la histórica seguridad del ladrillo, sumándole una mayor rentabilidad anual a mediano y largo plazo.
Cómo acceder
Para conocer más sobre las alternativas de inversión en Hampton by Hilton Rosario puede ingresar a la web de Argenway clickeando aquí.
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