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Dos semicírculos unidos en una punta de flecha hacia abajo, ¿te suena, verdad? Se trata del símbolo usado a nivel internacional para expresar amor, afecto y romance y que representa la figura del corazón. Sin embargo, no deja de ser un hecho llamativo, pues poco tiene en común esa forma con el aspecto real del órgano encargado de bombear sangre por todo nuestro organismo.

De hecho, su origen dista mucho de motivos anatómicos: está directamente relacionado con la sexualidad y la anticoncepción de la antigua cultura grecorromana. La protagonista de esta historia es una planta ya extinta, el silfio, el cual podría ser considerado como un antiguo precursor de la píldora abortiva o, incluso, de la pastilla del día después.

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