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Sevilla nombrará hijo adoptivo al obispo que inmatriculó la Giralda y la Mezquita de Córdoba. Más de 20 organizaciones civiles protestan por el reconocimiento de un prelado que «es el mayor inmatriculador de nuestra tierra».
El Ayuntamiento de Sevilla, que preside el socialista Juan Espadas, nombrará hijo adoptivo de la ciudad al obispo que inmatriculó la Giralda y la Mezquita de Córdoba, dos de las tres joyas del arte andalusí y monumentos de enorme valor catalogados por la Unesco como Patrimonio Mundial. La decisión fue presentada ante la junta de portavoces el pasado lunes, tras una propuesta formulada por Cáritas el pasado mes de marzo ante la inminente jubilación de Juan José Asenjo.
La inscripción de la Aljama cordobesa a nombre de la Iglesia se produjo en marzo de 2006 cuando Asenjo ostentaba el báculo episcopal de aquella ciudad y desencadenó años más tarde una sonora campaña de protesta ciudadana que logró aglutinar casi 400.000 firmas por toda España y la adhesión de decenas de personalidades de la cultura, entre ellas Antonio Gala, Federico Mayor Zaragoza, Norman Foster, Antonio Muñoz Molina, Juan Goytisolo, Emilio Lledó, Rosa Montero, José Manuel Caballero Bonald, Miguel Ríos o Maruja Torres.
La privatización de la Mezquita de Córdoba se convirtió pronto en el símbolo de la polémica de las inmatriculaciones eclesiásticas, cuyo número puede rozar los 100.000 inmuebles en toda España, según estimaciones de la coordinadora Recuperando, incluidos más de 3.000 monumentos de incalculable valor histórico. La ex presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz se posicionó entonces a favor de la titularidad pública de la Mezquita de Córdoba y el propio PSOE asumió el desafío de la reversión de las inmatriculaciones como un compromiso electoral, tal como Pedro Sánchez explicitó en su discurso de investidura de enero pasado.
La posición oficial y reiterada del PSOE contrasta con el tributo que el alcalde de Sevilla le va a rendir a quien fue presumiblemente uno de los ideólogos de la controvertida reforma de Aznar, que abrió la puerta por primera vez en la historia de los registros de la propiedad a los templos de culto, muchos de ellos auténticos tesoros arquitectónicos integrantes del legado cultural español. Fue aquel decreto ley de 1998, cocinado al margen del Parlamento, el que facilitó la privatización de decenas de catedrales y monumentos de carácter religioso que hasta entonces habían sido considerados por muchos juristas como bienes de dominio público.
No es una casualidad que Juan José Asenjo fuera en ese preciso año miembro de la comisión episcopal para el Patrimonio Cultural, que presumiblemente negoció con el Gobierno de Aznar los términos de la reforma legislativa. En 2005, Asenjo presidió esa comisión y solo un año después estampó su firma en un registro de la propiedad de Córdoba para la inmatriculación de la gran Mezquita de Al Andalus y uno de los monumentos más prodigiosos del mundo. En enero de 2009, fue designado arzobispo de Sevilla y doce meses más tarde inscribió a nombre de la Iglesia la Giralda y el Patio de los Naranjos como «dependencias anexas» de la Catedral de Sevilla.
Esa aparente contradicción entre la beligerancia pública del PSOE contra las inmatriculaciones y el reconocimiento del regidor sevillano a uno de sus principales ideólogos es lo que ha impulsado a más de veinte organizaciones civiles a difundir un comunicado de repulsa a su nombramiento. «Alguien que se apropió del patrimonio de todos y de todas nada más llegar al cargo no merece ese reconocimiento«, señala la nota firmada por la Plataforma en Defensa del Patrimonio de Sevilla, la Plataforma Mezquita Catedral, la coordinadora Recuperando, las Comunidades Cristianas Populares, Andalucía Laica y muchas más.
«Que una administración pública conceda esa distinción a una persona que ha inmatriculado el patrimonio de todos los andaluces es una aberración», lamenta Miguel Santiago, portavoz de la Plataforma Mezquita Catedral, Patrimonio de Todxs, visiblemente enojado con la decisión del alcalde de Sevilla. «A quien hay que reconocer es a los ciudadanos que defienden su patrimonio», señaló, en referencia a las decenas de asociaciones nacidas en toda España durante los últimos años para reclamar la devolución de miles de bienes inscritos al amparo del polémico artículo 206 de la Ley Hipotecaria, ya derogada. «Asenjo lo que se merece es el título de obispo inmatriculador«, protestó de manera gráfica.
Guillermo Casellas, coportavoz de la Plataforma en Defensa del Patrimonio de Sevilla, también expresó su repulsa por el nombramiento. «A los tres días de llegar al Arzobispado de Sevilla, lo primero que hizo fue irse al registro de la propiedad para inscribir la Catedral, con la Giralda y el Patio de los Naranjos», subrayó. El colectivo patrimonialista recuerda que el Ayuntamiento de Sevilla aún no ha hecho público el listado de bienes inmatriculados, pese a que el pleno lo aprobó en febrero de 2018.
Ante el creciente escándalo de las inmatriculaciones, el arzobispo de Sevilla se vio obligado en octubre de 2018 a publicar una carta pastoral defendiendo su legalidad. En la misiva, bajo el título de En honor de la verdad, remarcaba la propiedad eclesiástica de la Mezquita de Córdoba y la Giralda, y aseguraba que «la Iglesia no le ha robado nada a nadie». En relación a las demandas ciudadanas para la anulación de las inscripciones diocesanas por su presunta inconstitucionalidad sobrevenida, Asenjo sostenía que esa vía «no tiene recorrido legal».
Juan José Asenjo (Sigüenza, 1945) forma parte del sector más conservador de la Conferencia Episcopal. Cercano a Rouco Varela y seguidor de la contrarreforma impulsada en el Vaticano por Juan Pablo II en los años ochenta, es conocida su oposición a la línea aperturista del papa Francisco. El todavía arzobispo de Sevilla dijo sentirse «honrado» tras ser distinguido por una ciudad a la que afirmó «querer muchísimo», según informa la cadena Cope.
Asenjo recogerá el título el próximo 23 de septiembre, junto a Alfonso Guerra y otra veintena de personas galardonadas en ese acto. Antes, el jueves 17 de septiembre, tendrá lugar el pleno municipal, que con toda seguridad aprobará la propuesta del equipo de Gobierno. Solo Adelante Andalucía ha expresado públicamente su posición crítica al nombramiento de Asenjo y Guerra. En una nota difundida días atrás, la formación política señaló que la designación del arzobispo «huele a naftalina» y atribuyó al prelado haber «expoliado una parte de nuestro patrimonio público», en alusión a la Giralda y el Patio de los Naranjos. También afeó al arzobispo haber protagonizado algunas «actitudes homófobas», tales como haberse opuesto a que un joven homosexual de Écija fuera padrino en el bautizo de su hijo. El grupo municipal de Vox respaldó expresamente en un comunicado público el nombramiento de Asenjo.
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