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La tercera entrega de estudio de la banda canadiense conmemora sus 50 años por todo lo alto. En realidad, se trata de una celebración de la independencia sobre los escenarios de Robbie Robertson, Rick Danko, Richard Manuel, Levon Helm y Garth Hudson, que ya habían entrado al estudio para grabar Music From Big Pink y The Band. Sí, los The Hawks que cometieron el “sacrilegio” de enchufar sus guitarras junto a Dylan (con el que grabaron Self Protrait, otro título cincuentón).

Este nuevo y remasterizado Stage Fright (que aparece en todos los formatos posibles, vinilo incluido) hay que degustarlo no como si fuera una reedición más sino como una compilación de material inédito que incluye las grabaciones del álbum conforme a su orden primigenio, el concierto Live At The Royal Albert Hall, 1971 (colofón de una apoteósica gira en solitario, o sea sin el genio de Duluth, que les llevaría por Hamburgo, Ámsterdam, París y Copenhague) y siete grabaciones de campo desenterradas bajo el nombre de Calgary Hotel, una improvisada sesión nocturna entre Robertson, Danko y Manuel con varios temas del álbum y con versiones en las que predominan desinhibidos y sanguíneos homenajes al blues como Mojo Hannah.

Stage Fright
The Band
Capitol/UME

El resultado, comandado por el omnipresente ingeniero de sonido Bob Clearmountain, es un auténtico monumento por el que no podrán dejar de pasar los peregrinos que aún sigan el rastro de The Band. Además de temas del álbum como Strawberry Wine (en varias versiones), The Rumor, Time To Kill, All La Glory o The Shape I’m In nos encontramos con perlas como el I Shall Be Released de Dylan o el Loving You Is Sweeter Than Ever de Stevie Wonder. Aunque de todos, el mejor regalo es la interpretación inédita de The Weight, el himno de Robertson que recogió en su primer álbum y que solo con la fiebre del directo puede tocarse de esa manera.

La espiritual Daniel and The Sacred Harp, la aplaudida Look Out Cleveland, la experimental The Genetic Method, la roquera Rag Mama Rag y el bellísimo Rockin’ Chair espantan definitivamente el indeseado miedo escénico.

@ecolote



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