[ad_1]

El riesgo de emprender es demasiado alto en la Argentina. Al mismo tiempo, es el segundo país con más unicornios de la región. El concepto de “unicornio” estrictamente financiero apunta compañías con una valuación mayor a los US$ 1.000 millones. En particular, empresas como Globant y MercadoLibre le ganaron a las empresas tradicionales del país en materia de valor de mercado. Son varias las historias de éxito: los grandes emprendedores argentinos como Marcos Galperin, Martín Varsavsky, Wenceslao Casares y Emiliano Kargieman fundaron empresas que triunfan y lideran el sector tecnológico. Según el informe Billionaires Insights 2020 de PwC y UBS, el 94% de los casos de éxito en el sector tecnológico son considerados “disruptivos e innovadores”.

¿Qué tienen en común estos emprendedores? El fundador de MercadoLibre nació en Buenos Aires, emprendió en la Argentina y vive en Uruguay desde 2015. El emprendedor serial Martín Varsavsky vivió en Palermo, dejó el país en su adolescencia y hoy reside en España. El empresario Wenceslao Casares se crió en la Patagonia, precisamente en Chubut, pero actualmente reside en California, Palo Alto. El argentino Emiliano Kargieman se fue de la Argentina y emprende fuera del país. Sus historias son ejemplos de un patrón: los emprendedores argentinos que tuvieron éxito están alejados de la Argentina y planean seguir así. 

El fundador de MercadoLibre, Marcos Galperin, vivió en Uruguay 14 de los últimos 18 años, según Juan Martín De La Serna, su sucesor en la compañía. Desde diciembre de 2019, luego de la derrota de Mauricio Macri en las PASO, visitó Uruguay de vacaciones y decidió quedarse. Cabe recordar que Galperin vivió con su familia durante casi todo el kirchnerismo en Uruguay, volvió con la presidencia de Mauricio Macri –gobierno del que fue bastante cercano: hasta fiscalizó para Cambiemos en las últimas presidenciales, el año pasado y volvió a irse con la victoria de Fernández.

En la filial argentina, el empresario fue reemplazado por Juan Martín De La Serna. «En lo formal y legal, Stelleo Passos Tolda ocupará su rol en el directorio, pero en el día a día será De La Serna quien se encargue en concreto de todos los negocios de MercadoLibre en la Argentina», explicaron desde la empresa. 


Mirá también

Especialistas aseveran que el factor humano está por encima del tecnológico para superar los desafíos impuestos por la pandemia. Cómo aprovechar la situación

Según sus allegados, Galperin “se hartó de la idiosincrasia del país”: “Vivió mucho ahí (en Uruguay), 14 de los últimos 18 años. Debe estar cómodo. Se fue a mediados de diciembre por temas personales. Pero los motivos son una pregunta para él. Eso no le impide seguir al frente de la compañía. Si fuera por el negocio, tendría que estar viviendo en Brasil”, comentó Juan Martín De la Serna.

Días antes de que se difundiera la noticia de la salida de Galperin del país, fue denunciado por el fiscal federal Guillermo Marijuan junto al directorio de MercadoLibre por presunta defraudación contra la administración pública. Según el fiscal, se vendieron $ 1.300 millones en títulos públicos 12 días antes de que el gobierno de Mauricio Macri anunciara el reperfilamiento de la deuda soberana. La denuncia es por «defraudación contra la administración pública» y «delitos contra el orden económico y financiero».

Esta denuncia fue la gota que rebalsó el vaso: diez días después, se dio a conocer que Galperin residía en Uruguay junto a su esposa Karina Galperin y sus tres hijos, a quienes anotó en un colegio local.

El emprendedor y multimillonario Martín Varsavsky vive fuera de la Argentina desde sus 17 años. Estudió en la Universidad de Nueva York y la Universidad de Columbia. Fundó siete empresas (de las cuales seis tuvieron éxito). Es el fundador de Jazztel and Prelude Fertility (una de las empresas de fertilidad más grande de los Estados Unidos) y CEO de Overture Fertility (firma que construye un robot que diagnostica embriones humanos). Tiene una esposa y cuatro hijos. “Mis amigos también viven vidas tranquilas y felices con problemas normales. Afuera de la Argentina no he tenido un problema de gravedad en mi vida comparable a lo que viví”, asegura.

Las razones son varias: su familia abandonó el país luego que la guerrilla explotara una bomba cerca de su casa y su primo fuera secuestrado por las Fuerzas Armadas. “En 1977, mi primo hermano David Horacio Varsavsky fue secuestrado por las fuerzas armadas argentinas vestidas de civil, y asesinado. Tenemos que emigrar urgente a Nueva York. Nunca supimos en qué circunstancias murió este maravilloso chico de 18 años recién cumplidos. Dicen que en los vuelos de la muerte donde tiraban a adolescentes como David desde un avión en vuelo al mar sin paracaídas. La hermana de la chica con la que salía en ese momento también es secuestrada, pero negociando y pagando la encuentran en un campo de concentración y milagrosamente se salva. Ellos también emigran”, cuenta en primera persona.

Cuando quiso contactarse desde el exterior, Vasavsky fue amenazado de muerte  en múltiples ocasionestildado de “corrupto” por varios gobiernos y en su primera visita al país de vuelta, su esposa fue salvajemente asaltada. “En 2007 llega mi esposa Nina Varsavsky a Buenos Aires por primera vez en su vida y a la cuarta hora de estar en nuestra maravillosa y sufrida ciudad es víctima de un robo violento. A los pocos días su amiga Marta es víctima de otro robo violento, esta vez con pistola. Nina fue por dos años periodista en África viajando por numerosos países y nunca fue asaltada”, apunta el empresario. 

En 2010, Varsavsky escribió en su blog una cronología sobre su vida en la Argentina: «Soy argentino, porteño. Me fui de Buenos Aires a los 17 años, ‘me fueron’ como se decía cuando era chico. Me fueron durante la dictadura militar. A esta altura de mi vida he vivido el primer tercio de mi vida en Argentina, el segundo en USA y el tercero en España. Frecuentemente recibo invitaciones para ir a Buenos Aires tanto de tipo personal como de trabajo. Antes iba y trataba de hacer todo lo que podía por mi país. Pero hace un par de años decidí que le dejaba la batalla a otros porque para mí, el contraste de lo feliz que es mi vida afuera con la seguidilla de cosas tristes que me ocurrieron en Argentina era y es muy grande. Así que ya no voy a Buenos Aires”, relata.

“En 2001, escribí un artículo en el que argumento que la Argentina tendría que pasar sus militares a retiro, tener sólo un control fronterizo y una policía mejor y menos corrupta. Que tendría que usar el dinero que se ahorraría en gasto militar y en educación. Que la Argentina tiene un problema de seguridad interna, no externa, y que la seguridad de todo tipo, trabajo, crimen, se aumenta con educación. Desde entonces familiares míos recibieron frecuentes amenazas de muerte hacia mí. Algunas muy precisas tipo ‘sabemos que en qué hotel te quedás, la próxima vez que venís te matamos’. Las amenazas siguieron por años. En 2002, luego de haber donado US$ 11 millones para crear Educ.ar el gobierno se queda con U$5 millones y los usa para cubrir el déficit y no para la educación rompiendo el contrato de la donación. Yo tengo que volver y hacer una campaña política, poner a Educ.ar en la tapa de los diarios, y finalmente Daniel Filmus y Alejandro Piscitelli salvan Educ.ar que ahora es un éxito y tiene hasta un canal de televisión Encuentro que es muy bueno, pero la experiencia fue muchísimo más dura que EducarChile que funcionó muy bien desde el principio”.

Todo esto (y más) le sucedió desde el exterior. Desde los 17 años no pisa la Argentina. Tampoco tiene intenciones de hacerlo. “No pienso ir hasta que las cosas cambien”, concluyó.

Desde el exilio, Varsavsky continúa discutiendo los problemas políticos, sociales y económicos del país en su cuenta oficial de Twitter. En medio de la pandemia analizó las medidas tomadas por el gobierno y habló en contra de la cuarentena. 

“Países como Francia, España e Italia han decidido vivir con la tragedia del COVID y han reabierto economía y sociedad con uso de máscaras en ciertas situaciones. Argentina se está suicidando con la política de la eterna cuarentena de Alberto Fernández”, tuiteó en julio. En medio de la pandemia, se mudó de España a Alemania. Para el emprendedor, la gestión española fue pobre y “solo protegieron a la gente mayor e impusieron el uso de barbijo”. 

Su último tuit viral fue dirigido al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y al economista kirchnerista, Sergio Chouza. Según Kicillof, el gobierno anterior pensaba que “los emprendedores eran algo así como los de las películas norteamericanas que en un garaje se les ocurre una fantástica idea, trabajan solitos, la patentan, la ponen en la Bolsa de Wall Street en Nueva York, se llenan de plata, se compran un yate y se convierten en millonarios que andan por ahí despilfarrando dinero”.

Varsavsky, como emprendedor, dio su opinión: “MercadoLibre, Globant nacieron en cartuchos y dan decenas de miles de trabajos bien pagos, pero este personaje no lo entiende y se dedica a basurear a los emprendedores que nos lo poco que aún funciona en Argentina”.

La tecnología y el mundo financiero estuvieron varias veces de la mano en la carrera de “Wences” Casares. Si bien fue un pionero de los proveedores de Internet a nivel local con Internet Argentina (lo lanzó en 1994) su salto a la fama llegaría con Patagon, el start up icónico de la era puntocom en la Argentina y en la región, que fundó junto a Constancio Larguía y que vendió a Banco Santander en US$ 750 millones en el año 2000.

Casares se radicó hace ya varios años en Palo Alto, California. Por la caída de Patagon, volvió a emprender pero lejos de Argentina: «Es un país muy ingrato. Al que hace plata se lo mira de reojo y se lo trata como sospechoso que debe demostrar todo el tiempo que hizo las cosas por derecha. No se puede hacer negocios en la Argentina sin pagar coimas, es imposible”, dijo en dos ocasiones el emprendedor.

Fundó una empresa llamada Wanaka Games en Chile junto a Santiago Bilinkis. Meses después fundó con una inversión de US$ 25.000.000 Lemon Bank, una billetera virtual en Brasil. El banco digital fue vendido en 2013 por US$ 43.000.000 a LifeLock, una firma de ciberseguridad estadounidense. 

Tras una serie de negocios, creó la startup Xapo, un servicio de atesoramiento y billetera virtual de bitcoins y criptomonedas. Atravesó dos rondas de inversión por un total de US$ 40 millones, con aportes de Max Levchin (cofundador de PayPal), Yuri Milner y Jerry Yang (cofundador de Yahoo!), entre otros. Xapo ofrece a sus clientes almacenar sus claves privadas de Bitcoin en servidores desconectados de Internet y protegidos en bóvedas subterráneas (Vault) con un alto nivel de seguridad y distribuidas en diferentes continentes del mundo.

Xapo desarrolló en 2014 un sistema de máxima seguridad para el almacenamiento de los bitcoins de sus usuarios; consistente en el resguardo de las claves privadas en bóvedas físicas repartidas por todo el mundo. La compañía desplegó varias instalaciones similares a lo largo y ancho del mundo.

En agosto de 2019 la compañía de criptomonedas Coinbase confirmó que adquirió el negocio de custodia de Xapo, un servicio muy conocido por almacenar bitcoins en bóvedas debajo de montañas suizas. Xapo fue fundada por el emprendedor argentino Wences Caseres y gran parte de su negocio radicaba en almacenar billeteras «frías» de Bitcoin.

Cuánto valen sus empresas

Según información filtrada, Coinbase pagó US$ 55 millones por el servicio de Xapo y, como resultado, ahora tiene más de US$ 7.000 millones de valor en criptomonedas bajo su control. Casares dijo que otras compañías realizaron mayores ofertas por la compra del negocio de custodia de Xapo, pero aquellas empresas flaqueaban en la seguridad o en las credenciales regulatorias necesarias para ser aceptados como clientes de Xapo. Se cree que una de esas empresas es el gigante Fidelity.

Sin embargo, no todos fueron éxitos: a los 21 años, un abogado obligó a Wenceslao a firmar su propia renuncia. Dejó pasar una oferta millonaria con Telefónica y lo perdió todo. Lejos de desmotivarse, volvió a empezar. Con US$ 10 mil ahorrados, decidió comenzar otro proyecto: crearon Patagon, el primer bróker online de la región.

Caseres primero vendió el banco online Patagon por u$s 750 millones, la billetera virtual Lemon por US$ 50 millones y ahora una parte de Xapo, dedicado a las criptomonedas, por otra cifra millonaria.

El argentino Emiliano Kargieman eligió Uruguay para fabricar satélites. Junto con Gerardo Richarte (46), se dedican a sacar fotos de alta resolución de la Tierra. Para eso hace 10 años fundaron Satellogic, una empresa que construye satélites y los pone en el espacio para que con sus cámaras capten todo lo que pasa en el planeta y así transformar esas imágenes en información útil para empresas de todo tipo. Con su visión de democratizar el acceso a los datos de origen satelital, están montando una constelación de estos satélites que tienen la particularidad de ser mucho más pequeños y baratos que los tradicionales.

Aunque se consideran una empresa con ADN argentino, “hay un montón de inconvenientes” al trabajar en la Argentina. Según Emiliano, “trabajar con el sistema científico-tecnológico desde el sector privado en la Argentina es muy complejo”.

Su compañía está registrada en Uruguay y cuentan con siete oficinas más en la Argentina, España, Israel, China y Estados Unidos. Las oficinas de I+D están en Buenos Aires y Córdoba, Argentina. La planta de fabricación está ubicada en Montevideo, Uruguay. 

“Estás lejos del mundo y de los clientes, me tuve que instalar en Barcelona porque tenemos clientes en distintas partes del mundo y el año pasado viajé más de 400.000 millas y no quería hacerlo de nuevo. La otra cosa difícil es lidiar con la idiosincrasia y las idas y vueltas de un país que tiene sistemas, organizaciones e instituciones que son bastante inmaduras, entonces cuando empezamos a fabricar y construir nuestros satélites en la Argentina nos dimos cuenta de que no íbamos a poder seguir haciéndolo en el país porque no teníamos ninguna garantía de que pudiéramos construir una empresa previsible a largo plazo, importando y exportando componentes, y nos pasa también en otras dimensiones. Desde el primer momento nos consideramos una empresa de ADN argentino y a la vez una multinacional, una empresa que iba a poner en el mundo las patas que correspondían para poder ejecutar un proyecto global”, cuenta Gerardo Richarte.

Hoy tienen 21 satélites orbitando en el espacio que dan una vuelta a la tierra cada 90 minutos. Su objetivo es tener unos 300 que permitan obtener información constante de lo que pasa para que, a través de una plataforma, sus clientes puedan conectarse, ver esa información y tomar mejores decisiones. Ya facturaron US$ 100 millones. 

A fines del año pasado cerraron una nueva ronda de inversión  de US$ 50 millones liderada por la china Tencent y el fondo brasilero Pitanga. “Si bien hacemos satélites que son mucho más baratos que los tradicionales, igual sigue siendo una industria intensiva en capital. Para fondear nuestro modelo de negocios a pleno probablemente necesitemos levantar en algún momento otros 100”, afirma Kargieman.

El sueño comenzó en 2013, luego de que Kargieman (hoy CEO) hiciera su paso por un programa de la NASA en Singularity University. Para concretar su visión llamó a Richarte (actual CTO), con quien ya tenía larga experiencia emprendiendo. Los dos amigos desde la adolescencia –que incluyó, años más tarde, un paso por la carrera de Matemática, inconclusa en el caso de Kargieman, y un pasado hacker– se hicieron socios con apenas 19 años y tuvieron su primer éxito con Core Security, una firma de seguridad informática de la que se desprendieron en 2015 luego de haberla llevado a alcanzar clientes como Apple, Google o la propia Casa Blanca. La multinacional fue fundada por seis hackers locales, incluidos Ivan Arce, quien fue su CTO, el cofundador de Satellogic, Gerardo Richarte, cuyos desarrollos ayudaron a posicionar al talento argentino en la élite de la ciberseguridad a escala global y Alfredo Ortega, doctor en ingeniería informática, mejor conocido como el cybergaucho.



[ad_2]

Source link