[ad_1]

Alba y David (Abrir Brecha UC3M) | Desde Abrir Brecha Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) hemos lanzado una campaña contra la privatización de los espacios, del ocio y de la institución de la Universidad. Esta acción se enmarca dentro de un contexto. Llevamos años asistiendo al desmantelamiento de las Universidades como espacios de socialización juvenil. El movimiento estudiantil ha sido prácticamente desmontado y la autoorganización de las jóvenes universitarias se encuentra en su punto más bajo. En este sentido, se ha producido una casi total suplantación de la actividad por y para las estudiantes en favor de actividades fomentadas por fundaciones y empresas privadas, a la vez que las lógicas académicas de la institución fomentan, activa y pasivamente, la desmovilización de todas aquellas que intentamos hacer de la Universidad un sitio más habitable y combativo.

Ya sea por la influencia de la industria cultural o por mera ingenuidad, lo cierto es que cuando una entra en la Universidad espera encontrarse con un espacio en el que compartir ideas con personas de intereses similares. En este sentido, la Universidad sería no sólo una institución de formación académica, sino también parte de una etapa de socialización y desarrollo del pensamiento crítico. Por ello, no es de extrañar la consternación entre tantos nuevos estudiantes de la Carlos III de Madrid cuando, esperando cruzarse con una sangriada, una asamblea de aficionadas al cine o una asamblea de estudiantes, se topan ni más ni menos que con una oficina de Viajes El Corte Inglés.

Más allá de ser algo anecdótico, la presencia de empresas privadas en nuestra Universidad es demasiado común, siendo el caso del Banco Santander algo que sobrepasa con creces lo grotesco. La colaboración UC3M-Banco Santander no solo se ve en la presencia de sus cajeros dentro de las instalaciones, sino que la propia Universidad promociona incluso las “condiciones ventajosas” de abrir una cuenta bancaria con ellos1.

Por si la situación no fuera ya lo suficientemente desesperante, solo hace falta comparar las facilidades que tienen tales empresas para hacerse notar y los constantes obstáculos que ha de enfrentar todo aquel que quiera constituir una asociación universitaria. Mientras que la idílica relación con el Santander se ha consumado recientemente con el establecimiento de un Work Café Santander en lo que antes era una cafetería, las organizaciones estudiantiles se ven obligadas a compartir pequeños despachos para sus reuniones y nadar entre trámites burocráticos para pegar un simple cartel en el pasillo. Otro tema es la casi inexistente promoción que hace la propia Universidad de las actividades estudiantiles y el constante goteo de ofertas que nos llegan por correo o por la aplicación de móvil de la UC3M, desde sorteos para ganar una PlayStation 5 hasta colaboraciones con Domino’s Pizza, pasando por los infames descuentos de Qatar Airways.

Uno puede creer que la situación se está exagerando o llevarse las manos a la cabeza preguntándose cómo es posible que en una institución pública tenga tanta visibilidad el sector privado, pero la explicación puede ser más sencilla de lo que parece. Hablemos, pues, del Consejo Social, el firmante de una gran parte de los correos que reciben los estudiantes y, no obstante, ese gran desconocido. Presidido por Matías Rodríguez, vicepresidente y consejero del Banco Santander, esta entidad es el órgano de participación de la sociedad en la Universidad y le corresponde la supervisión de las actividades de carácter económico, la aprobación de los presupuestos anuales y la promoción de las relaciones de la Universidad con su cultural, profesional, económico y social, entre otras tareas.

Un rápido vistazo a su composición nos da muestra de que, lejos de dar voz a la sociedad civil, el Consejo Social sirve a los intereses privados (lo cual tampoco es de extrañar dado que el 50% de la financiación de esta institución pública proviene del Santander y del grupo Airbus2). Así, entre los vocales encontramos el doble de representación de fundaciones y asociaciones empresariales que de la propia comunidad universitaria. Respecto a la presencia de organizaciones sociales de carácter no-empresarial, esta se reduce a dos meros portavoces de UGT y CCOO3, sindicatos que no destacan por su combatividad. Por si fuera poco, el pasado septiembre la Conferencia de Consejos Sociales propuso ante el Congreso situar la dependencia del control interno de la universidad bajo el Consejo Social de cada universidad, lo que, bajo el pretexto de una mayor rendición de cuentas frente a la sociedad, supeditaría aún más la institución a los intereses privados4.

Desde Abrir Brecha UC3M reivindicamos una Universidad donde quepamos todas, una Universidad donde construirnos, reconocernos y en las que los espacios de socialización no estén ocupados por empresas que tienen, además, capacidad de decisión en las condiciones económicas de la institución. Basta ya de colas de veinte minutos para usar el microondas; basta ya de correos de emprendimiento mientras destruyen el tejido estudiantil; basta ya el sentirse turista en nuestra propia Universidad. Hay otro camino, pero hay que luchar por ello, por defender lo público frente a lo privado. Porque, que no quepa duda, ellos ya lo están haciendo.


Notas:

1 https://www.uc3m.es/vivir-madrid/debes-saber/abre-cuenta-bancaria

2 https://www.uc3m.es/consejosocial/media/consejosocial/doc/archivo/doc_plan-de-actuacion-del-consejo-social.-ejercicio-2022/presupuesto-y-plan–de-actuacion-2022-del-consejo-social-de-la-uc3m.pdf

3 https://www.uc3m.es/consejosocial/sobre-el-consejo&rendermode=preview

4 https://ccsu.es/la-conferencia-de-consejos-sociales-pide-en-el-congreso-que-las-universidades-publicas-puedan-convertirse-en-fundaciones/



[ad_2]

Source link