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La vitamina C tiene la fama de reforzar las defensas y ser un excelente escudo contra catarros, pero este nutriente, también conocido como ácido ascórbico tiene también otras virtudes que se hacen notar especialmente durante el invierno. Se trata de una vitamina que nuestro organismo no sintetiza por sí mismo y que además es hidrosoluble, lo que quiere decir que se disuelve en agua y se elimina a través de la orina, de ahí la importancia de ingerir a diario las cantidades necesarias a través de la dieta.
¿Quieres saber cuáles son los principales beneficios de la Vitamina C? ¡Resuelve nuestro puzle y descúbrelo!
Entre todas las propiedades del ácido ascórbico se incluyen algunas que mejorarán nuestro bienestar en los meses más fríos del año:
1. Fortalece nuestras defensas contra gripes catarros y resfriados
Existen cientos de virus causantes de catarros y resfriados, las condiciones climáticas hacen que vivamos y hagamos más vida social en ambientes cerrados, que favorecen la proliferación y la transmisión de los virus. Los expertos insisten en subrayar el hecho de que la Vitamina C no cura los catarros ni tampoco evita el contagio: para eso, la única fórmula es la suma de hábitos como lavarse las manos con frecuencia, ventilar los interiores para impedir la concentración de virus y evitar lo máximo posible espacios cerrados y concurridos.
Sin embargo, otro de los motivos por el que los catarros y las gripes proliferan en esta estación es que el frío puede interferir en el funcionamiento de la barrera defensiva de la mucosa respiratoria. Y en eso la vitamina C sí puede ayudarnos.
Su acción participa en el mantenimiento de la estructura de la piel y las mucosas, la primera línea de defensa que impide la entrada de virus y otros microorganismos en el cuerpo. Además, se ha demostrado que estimula la producción de diferentes tipos de leucocitos, encargados de detectar, inmovilizar y destruir al patógeno invasor.
Eso sí, para que el sistema inmunitario sea eficiente, aunque la vitamina C es esencial, lo más efectivo es combinarla con un cóctel diario de vitaminas de diversos grupos (A, B, D, E…). Todas ellas trabajan complementando sus beneficios para armar un sistema inmunitario fuerte que pueda prevenir y reducir la duración y la severidad de los síntomas.
2. Protege la piel, desde dentro y desde fuera
El viento y el frío debilitan la piel y favorecen la deshidratación, provocando sequedad, rojeces, irritación… La clave para mantenerla protegida y saludable está en la hidratación. Aunque en los meses de invierno tenemos menos sensación de sed, hay que procurar beber con frecuencia e incluir en la dieta variedad de frutas y verduras, que aportan un extra de agua y además son ricas en vitaminas y antioxidantes.
Aunque no es la única que contribuye al buen estado de la piel, la vitamina C es uno de sus mejores aliados. Si forma parte de la formulación de numerosos cremas y serums es porque mejora la textura de la piel ya que estimula la síntesis del colágeno (responsable de la firmeza y la tersura de la piel) y ayuda a mantener el nivel óptimo de hidratación. Además, como es un potente antioxidante, la protege de los efectos de las agresiones externas como el frío, pero también otras como el sol, la contaminación…
3. Mejora el estado de las articulaciones
Aunque el frío y la humedad no son los causantes de la artritis, sí pueden aumentar la sensación de dolor y rigidez en las articulaciones afectadas. La explicación es que con el frío, los músculos se contraen y obligan a las articulaciones a estar más rígidas. Además, la Sociedad Española de Reumatología añade que la bajada de temperaturas está relacionada con un aumento de la viscosidad del líquido sinovial, un lubricante natural de los cartílagos que facilita el movimiento articular, lo que provoca una mayor fricción que puede hacer que duelan más las rodillas, los codos, los tobillos…
La vitamina C es esencial para la producción de colágeno, uno de los principales componentes de los ligamentos, tendones y cartílagos, y responsable de darles elasticidad y flexibilidad.
Defens d’Or: vitamina C y mucho más
Para proporcionarle al organismo las cantidades adecuadas de vitamina C, basta con incluir en la alimentación diaria (durante todo el año, no solo en invierno) cinco raciones de frutas y vegetales variados. Este nutriente se encuentra en los cítricos (naranjas, pomelos, mandarinas…) pero también en otros alimentos como acerloas, fresas, kiwis, papaya, guayaba, brócoli, coles de bruselas, verduras de hoja verde oscuro…
Otra opción para estar seguros de que nuestra dieta incluye la vitamina C que el cuerpo necesita en estos meses de frío, podemos recurrir a productos funcionales, como la bebida Defens D’Or.
Defens D’Or es una bebida funcional elaborada a partir de la combinación de la calidad del agua Vichy Catalan y de la pureza del agua Font d’Or, además de múltiples vitaminas y minerales. Entre ellos destacan el Zinc, el extracto de acerola (una fruta muy rica en vitamina C) y extracto de Jara (que tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antivirales y antibacterianas).
Estos componentes actúan desde el interior ayudando a las defensas, puesto que participan en la proliferación y diferenciación de las células del sistema inmune haciéndolo más resistente a los patógenos.
Para más información sobre toda la gama de bebidas funcionales de Vichy, consulta la web de la gama Vichy d’Or. Y si necesitas información sobre dónde encontrarlas, visita la Tienda Vichy.
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