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Londres,

Algunos pudieron conocer a William Mackinnon en nuestro país cuando, el pasado 2019 por estas fechas, presentó en la sala Art Projects Ibiza la muestra individual “Phoenix” (era también su primera monográfica europea). Constaba aquella muestra de paisajes a veces nocturnos, a veces urbanos, y casi siempre de trasfondo psicológico e inquietante.

Formado en Londres, Estados Unidos e Italia y movido por la curiosidad por los pueblos nativos australianos, durante un año trabajó este autor en Papunya Tula, uno de los centros de arte indígena más importantes de ese país. Allí encontró una historia, formas de expresión y sistemas de conocimiento completamente distintos a los que había manejado en Europa y América y sintió la necesidad de profundizar en la conexión con la tierra de aquellos antepasados, en su espiritualidad y en una cultura auténtica que le ayudaría a encontrar su propio lenguaje.

En sus obras predominan temas como el hogar, el camino, la noche o el desierto; tiende a reevaluar estos asuntos durante largos periodos para encontrar en ellos una verdad y subrayar su vertiente emocional en un sentido individual y también colectivo.

William Mackinnon- "Strive for the light", 2020. Simon Lee Gallery
William Mackinnon. “Strive for the light”, 2020. Simon Lee Gallery

Su trabajo más reciente lo muestra, hasta el 20 de noviembre, la Simon Lee Gallery de Londres: en “Strive for the light”, que supone su estreno en Reino Unido, ahonda en la memoria ligada a los árboles, y también en la historia de la granja de su familia en el oeste de Victoria, partiendo de su experiencia formativa con las comunidades indígenas de la región de Kimberley. Las obras que aquí vemos, pintadas durante el reciente aislamiento, nos presentan el árbol como símbolo de anhelos humanos: hacia el hogar y hacia la familia y en torno a la necesidad de rebrote y regeneración.

Mackinnon los llama paisajes psicológicos, en su mayoria se inspiran en los australianos y ofrecen un panorama vasto tanto en lo terrestre como en lo emocional. Entreteje en ellos relatos personales y culturales, sin dejar a un lado la intensidad de nuestras circunstancias actuales y buscando transmitir, en última instancia, qué significa para él estar vivo en el mundo de hoy.

Tanto árboles como carreteras dominan escenas construidas memoria mediante y detalles captados con minuciosidad (grietas, baches, raíces, termitas) aluden a estados emocionales a menudo tumultuosos. Los desplazamientos también se hacen muy presentes: suscitando movimiento logra transmitirnos una suerte de urgencia vital.

William Mackinnon- "Strive for the light", 2020. Simon Lee Gallery
William Mackinnon. “Strive for the light”, 2020. Simon Lee Gallery

En Londres exhibe Mackinnon pinturas de gran formato, en acrílico, óleo y esmalte sobre lino, en las que árboles centenarios se expanden sobre escenarios áridos, los propios de la naturaleza desértica de buena parte de Australia. Sus troncos y ramas anudados remiten a los del eucalipto rojo, de origen justamente australiano, habitual en las orillas de los ríos y muy presente en la infancia del artista. De corteza lisa y hojas curvadas o en forma de lanza, ha brindado a muchos un refugio necesario a las duras temperaturas.

En su producción, estos eucaliptos remiten a dinámicas familiares: cada rama compite por la luz y encuentra espacio para crecer. Sus tonos ocres y sus sombras nos trasladan a paisajes desolados, quemados por el sol, y la estructura de estos árboles en sí mismos enmarca lejanas líneas de horizonte, fondos claros que hablan de ese deseo/necesidad de regeneración (de renacimiento humano).

La oscuridad impregna muchas de las pinturas de Mackinnon: paseos nocturnos en automóvil y escenas oníricas, como Same bed different dreams, representativa de la pasión por la aventura del autor.

En último término, juega constantemente el australiano con la dualidad de lenguajes: luz y oscuridad, amenaza y consolación, atención a lo interior y a lo exterior; oposiciones que atraen irremediablemente al espectador. Sus árboles imponentes y sus vastos paisajes resultan a la vez acogedores y perturbadores: a veces sugieren lejanía y abandono (Uprooted); otras, intimidad y vida doméstica más o menos plácida (Learning to love the wind, Keep it in the family).

William Mackinnon. The legacy large family, 2020. Cortesía de Simon Lee Gallery
William Mackinnon. The legacy large family, 2020. Cortesía de Simon Lee Gallery

 

 

 

William Mackinnon. “Strive for the light”

SIMON LEE GALLERY

12 Berkeley Street

Londres

Del 20 de octubre al 20 de noviembre de 2020

 

 

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