[ad_1]

El profesor explica y un alumno toma apuntes, para luego ganar dinero en internet con ellos. Es lo que permite la plataforma Wuolah, creada por cuatro universitarios sevillanos y que paga en función de las descargas conseguidas. Con más de cuatro millones de documentos subidos y 500.000 usuarios, Wuolah se ha convertido en un portal imprescindible para encontrar apuntes y también para obtener hasta 100 euros al mes. Una interesante cantidad por compartir unos textos que al final se basan en la enseñanza de otros.

«Algo falla si alguien hace negocio simplemente vendiendo lo que copia de quien produce y crea», asegura Jesús Pérez Gil, Decano de la Facultad de CC. Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid. Wuolah hace negocio compartiendo los apuntes de clase, pero el dinero va a parar a los alumnos en vez de al profesor. Una desnivelada balanza que ha abierto el debate sobre la autoría de los apuntes y quién tiene derecho a cobrar por ellos.

La diferencia entre un buen resumen y subir directamente el powerpoint del profesor

Wuolah permite generar ingresos por dos vías. Por un lado los usuarios pueden descargarse los apuntes sin publicidad realizando un pago o pueden hacerlo gratuitamente, pero se añaden anuncios en los apuntes. Miles de estudiantes han visto una oportunidad para monetizar su trabajo de resumen de las asignaturas. Sin embargo, también se está dando el caso de alumnos que directamente suben a la plataforma los powerpoint o textos del profesor, sin ninguna modificación y con la intención añadida de ganar dinero con el trabajo de su profesor.

En estos casos, desde Wuolah son bastante claros y se opta por eliminar los apuntes robados. La plataforma explica que no se pueden subir documentos obtenidos sin consentimiento, pero en la práctica es fácil encontrar decenas de apuntes obtenidos de los profesores. Un hecho que ha generado la queja de los docentes, que ven que sus alumnos están ganando dinero por un trabajo que no les corresponde.

Lo de las plataformas de apuntes no es algo nuevo. Desde Patatabrava hasta El Rincón del Vago, pasando también por iniciativas de grandes empresas como Classmates de LinkedIn o LifeStage de Facebook. Desde hace años internet ofrece a los estudiantes una vía para organizarse y compartir apuntes. En el caso de Wuolah se añade la monetización de los apuntes que obtengan más descargas, algo que está atrayendo a muchos universitarios pero también ha generado quejas entre los profesores que ven como se están lucrando por sus enseñanzas. Más allá del factor económico, los profesores ponen el foco en la asistencia a clase y la capacidad de entender realmente estos apuntes.

Wuolah

Lluís Montoliu, presidente del Comité de Ética del CSIC, daba su visión sobre el asunto. «Entiendo que la diapositiva debe siempre ayudar al discurso, no al revés», explica el doctor en biología. Tener los powerpoints o textos no ayuda si no se ha asistido a clase. Por ello, Montoliu diferencia entre los apuntes donde se ha sintetizado lo explicado en clase, transformados en un texto de nueva creación y los documentos que directamente son copia de las presentaciones.

El trabajo de síntesis no es único de los alumnos. También hay profesores que más allá de lo explicado en clase, posteriormente cuelgan en el campus virtual resúmenes y documentos adicionales para facilitar el seguimiento de la asignatura. Unos textos que también se han visto publicados en Wuolah sin el consentimiento del profesor, lo que recordemos está en contra de las normas de la plataforma.

Dónde está la línea para conocer la autoría de unos apuntes

Profesor

Wuolah coloca en el centro el debate sobre la autoría de unos apuntes. Hasta qué punto pertenecen al profesor que explica la lección y hasta qué punto son un resumen suficiente elaborado como para poder subirlo y pedir una suma de dinero. Esta fina línea es importante definirla, pues entran en juego las leyes de propiedad intelectual.

Desde la plataforma explican que no se pueden subir aquellos documentos de un solo uso, como un cuaderno de ejercicios. Tampoco los manuales universitarios o las compilaciones de fragmentos de obras. Sin la autorización del autor, no se podrá subir una obra completo, dos o más capítulos de un libro, más del 10% del total de una obra, un artículo científico completo, material realizado por academias o archivos originales de los Campus Virtual.

¿Cómo se limita la originalidad de una obra? «La originalidad se entiende desde la perspectiva objetiva que se trate de una creación nueva, que no existiese hasta entonces y subjetiva donde se expresa la personalidad del autor a través de la creación de una obra sin copiar otra anterior», define el artículo 10 de la Ley de Propiedad Intelectual. Es decir, los apuntes subidos deben gozar de suficiente «trabajo propio» como para que en un posible juicio se pudiera determinar que no es una copia.

En Xataka | Cómo recordar mejor lo que leemos



[ad_2]

Source link