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En la Casa Rosada afirmaron que la recomendación oficial llegó desde México casi en tono de orden militar: Alberto Fernández tenía que extremar las precauciones frente al COVID-19 para formalizar su encuentro con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y como primera medida sanitaria debía evitar los vuelos comerciales y la permanencia en los aeropuertos.
El presidente consultó a Ginés González García -que aún era ministro de Salud- y decidió a continuación que volaría en un avión privado con una comitiva reducida. Cerca de la medianoche, Alberto Fernández, la Primera Dama Fabiola Yañez, Julio Vitobello -secretario General de la Presidencia- y Juan Pablo Biondi, secretario de Medios de Comunicación, despegarán rumbo a la Ciudad de México. Está previsto su arribo a las 6.30 AM del lunes 22 de febrero (hora local).
“Su intención era viajar en un vuelo de línea. Pero le recomendaron que no lo hiciera para reducir las posibilidades de contagio. Esa es la única razón”, explicó un miembro del Gabinete que ayer estuvo en la jura de Carla Vizzotti como ministra de Salud.
–Es un vuelo privado, después del vacunatorio Vip. ¿No es demasiado?-, replicó Infobae.
–Alberto Fernández no es (Mauricio) Macri. Va en un charter para proteger su salud en la medida que pueda. El avión es mínimo-, contestó el importante funcionario público.
Las precauciones sanitarias aplicadas al Presidente no corren para el resto de la comitiva oficial que hoy vuela con Aeroméxico. Cerca de las 22, en clase ejecutiva, despegarán Felipe Solá (canciller), Cecilia Todesca (vicejefa de gabinete), Martín Guzmán (ministro de Economía), Gustavo Beliz (secretario de Asuntos Estratégicos) y Ricardo Foster, filósofo y miembro de Carta Abierta. En este caso, el vuelo llegará a México a las 4.30 del lunes (hora local).
Es decir: acorde a las explicaciones oficiales, Todesca y Foster corren peligro de contagio porque viajan en un vuelo de línea y esperarán su avión en el aeropuerto de Ezeiza. Y respecto al resto, Guzmán y Solá están vacunados y Beliz ya sufrió COVID-19.
Con todo, hay una pregunta pendiente que todavía no tuvo respuesta en Gobierno. Si Alberto Fernández, Biondi y Vitobello se aplicaron la Sputnik V, porqué es necesario el protocolo extra del avión privado. Más aún si se tiene como válido que la ANMAT reconoció una eficacia del 91 por ciento a la vacuna rusa.
72 horas en CDMX
La agenda de Alberto Fernández en México será de tres días corridos y tiene rango de visita de Estado
El lunes 22, protagonizará con Andrés Manuel López Obrador una reunión de trabajo que apunta a profundizar la relación bilateral y diseñar una hoja de ruta que permita sumar a todos los países de América Latina. Alberto Fernández asume que AMLO es un socio ideal para establecer una transición democrática en Venezuela y diseñar un programa regional post crisis COVID-19.
El martes 23, en una hecho político inédito, el Presidente argentino compartirá la conferencia de prensa que, todas las mañanas, protagoniza AMLO frente a los periodistas locales. Y horas más tarde visitarán juntos la planta farmacéutica que fabrica la vacuna Oxford-Astrozeneca.
Finalmente, el miércoles 24, Alberto Fernández se trasladará en helicóptero hasta Guerrero para participar de la ceremonia oficial convocada para recordar el Plan de Iguala, que marcó el inició del proceso de Independencia de México cuando España estaba regida por la Constitución de 1812 y Fernando VII había perdido su poder real.
Asimismo, en estos tres días de cargada agenda, el presidente argentino se reunirá con empresarios locales -incluido Carlos Slim en un encuentro a solas-, será recibido por la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum (un figura política clave), dará un discurso en el Senado y mantendrá un cónclave con intelectuales de México.
Alberto Fernández considera clave la visita a México y desea que funcione como un punto de inflexión frente al escándalo del vacunatorio VIP. Será una misión casi imposible: el COVID-19 está en la agenda pública y Ginés González era un ministro valorado por el Presidente que erosionó su figura institucional por repartir vacunas Sputnik V a sus amigos. Pareciera que el daño político no se resuelve sólo con una foto al lado de López Obrador.
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