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El laboratorio del físico estadounidense Sanjiv Gambhir ha creado algunos inventos increíbles, entre ellos un inodoro inteligente, pero no de los que tiran de la cadena cuando uno ha acabado su faena, lo que tampoco está mal, más si se trata de un baño público. Este inodoro está equipado con tecnología que puede detectar una gran variedad de marcadores de enfermedades en las heces y la orina, incluidos algunos tipos de cáncer, como el colorrectal o los de naturaleza urológica. Se trata pues, de un dispositivo que podría resultar particularmente útil para las personas genéticamente predispuestas a ciertas afecciones, como el síndrome del intestino irritable, el cáncer de próstata o la insuficiencia renal, y desean mantenerse al tanto de su salud.
«Nuestro diseño se remonta más de 15 años atrás», explica Gambhir. «Cuando lo mencionaba, la gente se reía porque parecía una idea interesante, pero también un poco extraña». Sin embargo, con un estudio piloto de 21 participantes a las espaldas, el investigador y su equipo han hecho realidad su visión de un inodoro inteligente de precisión centrado en la salud.
Este inodoro puede detectar una gran variedad de marcadores de enfermedades en las heces y la orina
El retrete de Gambhir es un inodoro ordinario, pero equipado con una serie de dispositivos que utilizan la detección de movimiento para implementar una serie pruebas que evalúan el estado de los depósitos. Las muestras de orina se someten a análisis físicos y moleculares, y la evaluación de las heces se basa en sus características físicas.
Smart toilet: prevención basada en datos
Este inodoro aterriza directamente en una categoría de tecnología conocida como «de monitoreo continuo de la salud», que pueden asimilirse a dispositivos portátiles como los relojes inteligentes. «Sin embargo, lo que pasa con un inodoro inteligente es que, a diferencia de los dispositivos portátiles, no puedes quitártelo»- comenta Gambhir.- Además, como todos usan el baño, aumenta su valor como dispositivo de detección de enfermedades».
Aunque puede tomar un tiempo acostumbrarse a la idea, Gambhir, quien ocupa la Catedra Ludwig Wittgenstein para la Investigación Clínica del Cáncer, imagina este baño inteligente como un objeto usual en los hogares del futuro. Para facilitar su adaptación, el investigador diseñó el dispositivo como un complemento que se integre fácilmente en cualquier inodoro de porcelana antiguo. «Es como comprar un complemento; se puede montar directamente y tiene pequeñas extensiones destinadas a diferentes propósitos».
Estas extensiones buscan signos de enfermedad. Las muestras de orina y heces se capturan en vídeo y luego se procesan mediante un conjunto de algoritmos que pueden distinguir la «urodinámica» normal -velocidad de flujo, tiempo de flujo y volumen total, entre otros parámetros- y alertar de la consistencia de las deposiciones que denotan problemas de salud».
Junto a los análisis físicos, el inodoro también despliega «pruebas de tira reactiva», para medir ciertas características. El recuento de glóbulos blancos, la contaminación sanguínea constante o ciertos niveles de proteínas pueden ser indicadores de un amplio espectro de enfermedades, desde una simple infección, hasta cáncer de vejiga e insuficiencia renal.
Sin embargo, su desarrollo todavía se encuentra en una fase temprana y tan solo 21 participantes han probado el inodoro en el transcurso de varios meses. Para tener una mejor idea de la «aceptación del usuario», el equipo encuestó a 300 potenciales beneficiarios de estos inodoros inteligentes. Alrededor del 37% dijo encontrarse «algo cómodo», mientras que el 15% expreso sentirse «muy cómodo» con la idea de revelarlo todo en pro de un seguimiento de su salud.
Identifíquese por favor
Uno de los aspectos más importantes del inodoro inteligente puede ser uno de los más sorprendentes, y quizás desconcertantes: tiene un sistema de identificación incorporado. «El objetivo es proporcionar consejos de salud precisos e individualizados, por lo que necesitamos asegurarnos de que el baño pueda discernir entre los usuarios«, explica el ideólogo de este nuevo invento. «Para hacerlo, instalamos una placa de lectura de huellas digitales. Sin embargo, el equipo se dio cuenta de que las huellas digitales no son completamente infalibles. ¿Qué pasa si una persona usa el baño, pero otra tira de la cadena? ¿O qué pasa si el inodoro es un modelo de descarga automática?
Para salvar este escollo, los científicos tuvieron la idea vanguardista de añadir un pequeño escáner que toma imágenes de una parte del cuerpo «bastante tímida para la cámara». Es lo que podría situarse en el polo opuesto del reconocimiento facial. En otras palabras, para aprovechar al máximo los beneficios del inodoro inteligente, los usuarios deben hacer las paces con una cámara que escanea su ano. «Sabemos que parece extraño, pero resulta que su huella anal es única, al igual que sus huellas dactilares. Los escaneos, sin embargo se utilizarán únicamente como un sistema de reconocimiento para unir a los usuarios con sus datos específicos. Nadie, ni usted ni su médico, verán los escáneres», afirma el doctor sobre esta tecnología que, sin duda, le confiere una nueva e inesperada dimensión al término «analizar».
«Sabemos que parece extraño, pero resulta que su huella anal es única, al igual que sus huellas dactilares»
Pero de ninguna manera este inodoro es el reemplazo de un diagnóstico médico. De hecho, en muchos casos, el inodoro no informará de manera directa al usuario. Para hacernos una idea, si surge algo cuestionable, como sangre en la orina, una aplicación equipada con protección de privacidad enviaría una alerta al equipo de atención médica del usuario, permitiendo a los profesionales determinar los próximos pasos para un diagnóstico adecuado. Los datos se almacenarían en un sistema seguro basado en la nube. La protección de datos, tanto en términos de identificación como de análisis de muestras, es una pieza crucial en esta investigación.
Inodoro inteligente 2.0
A medida que Gambhir y su equipo continúan desarrollando el inodoro inteligente, se centran en algunas aspectos de mejora como aumentar el número de participantes en el estudio y refinar las tecnologías que ya están funcionando. Incluso ya están individualizando las pruebas implementadas por el inodoro. Por ejemplo, una persona con diabetes puede necesitar que le controlen la glucosa en la orina, mientras que otra persona con predisposición al cáncer de vejiga o riñón puede querer que el inodoro controle la sangre.
«El inodoro inteligente es la manera perfecta de aprovechar una fuente de datos que generalmente se ignora»
El otro objetivo de Gambhir es desarrollar aún más el análisis molecular de las muestras de heces. «Esto es un poco más complicado, pero estamos trabajando para lograrlo» comenta el autor. «El inodoro inteligente es la manera perfecta de aprovechar una fuente de datos que generalmente se ignora, y el usuario no tiene que hacer nada diferente, solo ir al baño como lo hace de forma habitual», concluye.
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