[ad_1]

Consumir almendras con frecuencia, de forma habitual, es sin duda un buen hábito, recomendado por todos los nutricionistas, y tiene muchos beneficios. Hemos hablado de ellas en varios artículos, y no es para menos, estos frutos secos son realmente ricos en nutrientes y tienen muchas propiedades. Son un aliado de nuestra salud, pero ¿qué efectos generan en nuestro organismo?

Las propiedades nutritivas de las almendras son conocidas desde tiempos inmemoriales y tienen una larga historia en muchas culturas de todo el mundo. Dotados de un delicioso sabor, estos frutos tienen su origen en Asia Central, donde el almendro se cultiva desde hace miles de años. De Oriente llegó a Occidente, donde fue considerado un valioso alimento por griegos y romanos.

El almendro se considera sagrado en algunas culturas, como en la judía, donde este árbol significa renacimiento, porque florece a principios de año, en enero. Las almendras son los frutos oleaginosos de la planta, y tienen un alto valor energético, hasta el punto de que más del 50% de su contenido es grasa. Por eso, los nutricionistas recomiendan comerlas por la mañana, en el desayuno.

Consumirlas en el desayuno es un buen hábito, para recargar energía y abastecerse de vitaminas B1 y B2, y minerales como el hierro y el calcio. Por cierto, el aceite extraído de las almendras se utiliza en la industria cosmética por sus propiedades beneficiosas para la piel y el cabello. El aceite de almendras también se utiliza en la cocina para la preparación de postres y condimentos. Pero, ¿qué efectos tienen las almendras en nuestro organismo? Los efectos son muchos y todos positivos, ya que comer un puñado de almendras al día puede disminuir el colesterol malo y reducir el riesgo de cardiopatías. También mejora el control de la glucemia, previene la diabetes de tipo 2 y protege el cerebro del deterioro cognitivo.

Pero los beneficios de las almendras no acaban aquí, ya que este fruto seco proporciona un excelente aporte de fibra y proteínas vegetales, eficaces para regular la actividad intestinal. Entre otras cosas, contienen una buena fuente de melatonina, por lo que favorecen el sueño si se consumen por la noche. Su consumo en caso de herpes está prohibido, ya que la arginina contenida en la fruta estimula la actividad del herpes, agravando la infección.

A diferencia de las almendras dulces, las almendras amargas, en cambio, no son precisamente saludables, debido al alto porcentaje de amigdalina, un compuesto orgánico que puede resultar venenoso. Las almendras dulces, en cambio, son estupendas, pero ¿cuántas se deben consumir al día?

Los nutricionistas recomiendan un consumo diario de unos 28 a 30 gramos, que corresponden a unas 20 almendras, para un total de 200 calorías. No hay que excederse, ya que, al ser muy grasas, aumentan la secreción ácida durante la digestión y pueden provocar trastornos gastrointestinales.

[ad_2]

Source link