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Se ha confeccionado y publicado una puesta al día del conocimiento de las faunas de reptiles que habitaron las selvas tropicales del noroeste de la península Ibérica hace 45 millones de años, para impulsar su estudio detallado. Los resultados muestran cómo se produjo en la península Ibérica la transición entre los ecosistemas dominados por dinosaurios y los que, posteriormente, serían ocupados por faunas más modernas.

 

El trabajo lo ha realizado un equipo de paleontólogos entre quienes figuran Francisco Ortega de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), José Luis Sanz de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) e Ildefonso Armenteros de la Universidad de Salamanca (USAL), todas estas instituciones en España. El trabajo se titula “Crocodyliformes and Testudines from the Eocene of the Duero Basin (northwestern Spain): an update of their diversity and stratigraphic context”. Y se ha publicado en la revista académica Historical Biology.

 

Tras la crisis de diversidad que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años, los ecosistemas terrestres se reorganizaron a partir de los linajes supervivientes. Unos millones de años más tarde, en el archipiélago europeo ya se habían desarrollado selvas tropicales en las que eran frecuentes los cocodrilos, las tortugas, las aves gigantes y una enorme diversidad de mamíferos.

 

En ese momento, en la península Ibérica existían dos áreas bien definidas, una, al noreste, que presentaba faunas semejantes a las del resto de Europa; y otra, al noroeste, que parecía haber quedado aislada y que mantuvo un complejo faunístico particular durante muchos millones de años. Los yacimientos que representan a esta área noroccidental se encuentran particularmente bien representados en las cuencas cenozoicas de Oviedo, Miranda-Treviño y, particularmente, en la cuenca del Duero.

 

Estos yacimientos con vertebrados fósiles del Eoceno de la cuenca del Duero han sido objeto de una gran cantidad de estudios durante décadas, aunque su composición faunística dista aún de estar bien conocida. Durante los años 80 y 90, una fase de intensa actividad paleontológica dio como resultado múltiples hallazgos de yacimientos en las provincias castellanoleonesas de Zamora, Salamanca y Soria y, como consecuencia, se depositó una abundante colección de fósiles de esta época en la Universidad de Salamanca, que constituye un referente del Eoceno ibérico. Sin embargo, en las últimas décadas, la actividad sobre estas faunas se había ralentizado y muchos de los datos disponibles habían quedado desactualizados y precisaban una revisión.

 

En el mencionado trabajo reciente, el equipo de Ortega, Sanz, Armenteros y otros ha retomado la información geológica y paleobiológica disponible sobre las faunas del Eoceno de la Cuenca del Duero con el objetivo de establecer una base actualizada que permita impulsar su estudio.

 

A lo largo de este proceso, se ha revisado y puesto al día el conocimiento sobre la estratigrafía y datación de yacimientos clásicos del Eoceno de las provincias de Zamora, como los de Corrales del Vino o Casaseca de Campeán; de Salamanca, como los de Cabrerizos o Aldealengua; y de Soria, fundamentalmente Mazaterón. Además, se han revisado las determinaciones de miles de ejemplares depositados en la Universidad de Salamanca, para ajustar, en una primera aproximación, la fauna de reptiles que habitaron el actual noroeste ibérico hace 45 millones de años.

 

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Cocodrilos del Eoceno de la Cuenca del Duero, España. (Imagen: Ortega et al.)

 

Los resultados de este análisis muestran cómo se produjo en la península Ibérica la transición entre los ecosistemas dominados por dinosaurios y los que, posteriormente, serían ocupados por faunas más modernas. Durante el Eoceno, una parte de la península Ibérica estuvo ocupada por selvas tropicales y habitadas por una amplia variedad de cocodrilos y tortugas. Los yacimientos más antiguos representan ecosistemas dominados por cocodrilos cercanamente emparentados con los actuales cocodrilos del Nilo y por tortugas dulceacuícolas.

 

Con el paso del tiempo, los cambios climáticos desplazarían el dominio de los ecosistemas hacia cocodrilos terrestres y aparecerían también los primeros representantes europeos de tortugas terrestres de gran tamaño. Esta estructura faunística se mantuvo hasta el final de Eoceno, hace unos 34 millones de años, época en el que desapareció la mayor parte de la fauna de reptiles y mamíferos endémicos de Europa.

 

Todos estos fósiles depositados en la colección de la Sala de las Tortugas de la Universidad de Salamanca proceden de distintos yacimientos de las provincias de Zamora, Salamanca y Soria y son objeto de una investigación en marcha a cargo del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y la Universidad de Salamanca. (Fuente: UNED / USAL / UAM)

 

 

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