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Vista de la antigua sede del Banco de España, en Santander, que alberga una vidriera con simbología franquista.
Vista de la antigua sede del Banco de España, en Santander, que alberga una vidriera con simbología franquista.ALBERTO LOSA

Las obras de rehabilitación de la antigua sede del Banco de España en Santander, para ubicar un espacio cultural, han generado una bronca política por la existencia de una vidriera con simbología franquista —un águila de San Juan— que va a ser retirada en aplicación de la ley de memoria histórica. El Ayuntamiento santanderino, que dirige en minoría Gema Igual (PP) en coalición con Ciudadanos y con el respaldo ocasional de Vox, debe decidir qué hace ahora con esa cristalera. El partido de ultraderecha, por medio de su representante, Guillermo Pérez-Cossío, ha insistido en que debe darse “valor artístico” a la representación, algo que la oposición considera un disparate.

El voto de Vox era capital para que se aprobara, como finalmente ocurrió este jueves, el plan del Consistorio para rehabilitar el inmueble y adecuarlo a una nueva funcionalidad. César Díaz, concejal de Obras y teniente de alcalde, ha afirmado durante el debate que “se pone en valor la importancia artística y no se contempla destruirla”, si bien ha admitido que desconoce dicho valor artístico y que serán los expertos quienes calibren si verdaderamente el águila de San Juan merece una consideración especial o acaba eliminándose. La oposición, encabezada por el PSOE, insiste en que un emblema dictatorial no debe recibir ningún trato singular una una vez se haya retirado.

Los santanderinos que alzaban la mirada en el patio cubierto de la sede del Banco de España se han encontrado durante casi 60 años con una inmensa águila de San Juan —tradicionalmente asociada al franquismo porque este la incorporó en la bandera nacional— en sus vidrieras superiores. Ahora ya nadie actualiza la cartilla en ese edificio, que perdió sus funciones bancarias en 2011, pero este símbolo de la dictadura se mantuvo y ha vuelto a planear en el debate político. La corporación municipal quiere que el edificio albergue ahora el Archivo Lafuente, una entidad vinculada con el Museo Reina Sofía madrileño. Acabaría así casi una década de desuso y vaivenes, pues antes se postuló como sede del Museo de Prehistoria y Arqueología.

La polémica arrancó en un pleno del Consistorio del 27 de agosto. Allí trataban la modificación urbanística sobre el catálogo de elementos del inmueble para convertirlo en museo. Los partidos del Gobierno se encontraron con un desafío de la ultraderecha: Pérez-Cosío deslizó que se abstendría si no se protegía la cristalera, insistiendo en ese “valor artístico”. La respuesta de César Díaz fue plantear que se valoraría esta vidriera “al margen de su simbología”, para contentar a su aliado y conseguir su voto. Y así ha sido.

Este jueves, durante el debate, el PSOE se ha ofrecido a dar su voto y no depender de Vox a cambio de eliminar totalmente el águila. Pero el PP no ha aceptado y ha mantenido la postura inicial, con el apoyo de Vox y el compromiso a estudiar cómo “poner en valor” la cristalera. Todos los partidos sí asumen, en cualquier caso, que sea apartada en aplicación de la ley. El portavoz del PSOE, Daniel Fernández, se ha mostrado rotundo: “Al margen de la simbología no hay nada”. Por eso, bajo el amparo de la Ley de Memoria Histórica, piden que se suprima y en su lugar se reinstale la anterior vidriera, desaparecida, y, si no, poner una nueva con un escudo constitucionalista.

Existe una incógnita sobre la instalación del águila, según precisa el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Cantabria Luis Sazatornil Ruiz, pues se desconoce cuándo se ubicó allí tras ser aprobado el nuevo formato del escudo en 1938. “Posiblemente sea de la casa Maumejean, un afamado taller de maestros de pintura sobre vidrio de origen francés establecidos en España desde 1898”, considera. La ubicación es incomparable en la ciudad: “El edificio se levanta frente a los jardines de Pereda, junto a la catedral, en una ubicación privilegiada que antes ocupara el histórico castillo de San Felipe y después el Salón Pradera”. Para el experto, la cuestión debe resolverse pronto y facilitar la renovación del panorama de los museos santanderinos. Sazatornil Ruiz añade que en algunas de las sedes rehabilitadas del Banco de España surgieron dilemas sobre la simbología franquista: en Vigo, cuenta, se comenzó en 2010 a eliminar el escudo franquista y las inscripciones del frontispicio, que rezaban “Año de la Victoria, Annus Domini MCMXXXIX”.

El representante de Vox en el Ayuntamiento de Santander, que ha cargado contra sus adversarios acusándolos de pactar con “etarras y comunistas”, ha insistido en que el águila no es franquista sino de la época de los Reyes Católicos. El socialista Fernández ha subrayado que “sería imposible que en Alemania se protegiera una vidriera con una esvástica”.

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